lunes, 16 de mayo de 2016

Estad preparados*Este año, paso de la Dualidad a la Unidad…por el Maestro Melquizedek





Este año, paso de la Dualidad a la Unidad… 
Estad preparados



Saludos, hijos de la Luz, hijos de la Ley del Uno, hijos del Padre Único. Algunos de entre vosotros me conocen ya por mi nombre de origen, Orionis. Otros han oído hablar de mí bajo el vocablo del Anciano de los Días. Recibid Bendiciones, Amor y Paz.
Estáis en un año que es el año de la Luz, la Luz, el año del aviso y el año del despertar. No os retardéis por el alboroto del mundo, esto también lo sabéis, pues al nivel de vuestra dimensión, lo que viene es un año terrible para los que no discernieron y no vivieron la Luz.
Como ya sabéis, este año está bajo la influencia del Arcángel Miguel, que a través de manifestaciones de los elementales poderosos viene a transformar y disolver lo que no es de Luz.
El tumulto del mundo, la tribulación del mundo toca a su fin y he aquí que llega la hora de la Luz. La cosa más importante es vuestro despertar. La cosa más importante es que el gobierno del hombre, que existe desde tiempos remotos, ahora termina. Entráis en el gobierno del Único y el Único no tolera la dualidad.
La Dualidad ha sido vuestro campo de experiencias durante mucho tiempo, pero hoy, encontrar la Luz, reencontrar la Luz, exige perder todo lo que pertenece a la Sombra, lo que ha sido construido pacientemente en tanto que campos de experiencias de reencarnación a través de nociones hoy desfasadas: la avidez, la apropiación, poder, la manipulación, la desunión, el egoísmo, todo lo que la humanidad ha tomado para sí misma en lugar de dar. Este tiempo de experimentación toca a su fin.
La Luz, en sentido espiritual y en sentido físico es bien visible y os viene a recordar el juramento de retornar a la Luz, si tal es vuestro deseo. Este proceso llamado ascensión no es más que la integración en vuestra Gracia, en vuestra Unidad, en vuestra Divinidad. Ha llegado por fin la hora, hijos míos, de reencontrar vuestra herencia, de reencontrar lo que habíais perdido experimentando el camino que habíais aceptado recorrer a fin de fortaleceros en vosotros, no vuestras fuerzas encarnadas, sino la Luz de vuestras almas.
Bien amados, las manifestaciones de los elementos que observáis en la superficie del planeta así como en otros planetas de este sistema solar, no son más que primicias. Vuestra sola salvaguarda, vuestra sola persistencia en la integridad de lo que sois no puede obtenerse a través de precauciones de naturaleza material. No sirve de nada prevenirse en el plano material. Sólo vuestra fe, vuestra determinación en encontrar la Luz que sois, será vuestra garantía de retorno a la Luz. No contéis con nadie más que vosotros mismos con la Luz. Ninguna ayuda exterior os puede llevar a la Luz. Cierto, no estáis solos; cierto, sois guiados, llevados, amados como nadie lo ha sido jamás. Sin embargo, vosotros y solo vosotros podéis dar el paso, el gran salto de retorno a vuestra Unidad. Así es en los mundos de los mundos, este pasaje terrible y magnífico, el pasaje de la Dualidad a la Unidad.
Sois ciertamente hijos de la Luz, incluso aquellos que a vuestra vista se presentaron como fuerzas de lo oscuro y de la multiplicidad, no son más que niños que experimentan la multiplicidad, la división, y que no están listos para el retorno a la Unidad. Pero esto, como sabéis, es vuestra libertad fundamental. Por esto, se os ha pedido no juzgar, ni los acontecimientos ni a lo seres, sino permanecer afirmados en vuestra Unidad en vuestra Fe y en vuestra Luz.
No hay otra alternativa. El Cristo decía: “Que se haga según vuestra Fe”. Y así será. La Fe y la Luz son el motor de vuestra ascensión. La paz de vuestro ser y de vuestro corazón de cara a los trastornos elementales en curso y vuestro garante de retorno a la Unidad. Estáis en los momentos más duros que tenéis que vivir en la dualidad. Este es el momento para que la dualidad se dé cuenta de que no existe y que viene de la Unidad.
Ciertamente, muchas almas, muchos pueblos, renunciarán por egoísmo o por miedo a este retorno a la Luz.
No juzguéis, no condenéis, contentaros con vivir la Luz que viene en vuestro interior. El mejor servicio que podéis hacer a vuestros hermanos en el dolor no es otro que estar vosotros reafirmados en vuestra fe, en la Luz, en la Verdad.
Ninguna otra actitud, ningún comportamiento puede ayudar mejor que éste.
La Luz, si la aceptáis os nutrirá física, psicológica y espiritualmente.
La Luz, si la aceptáis, irradiará de vosotros, y ella se sustenta a sí misma, pues es capaz, si la irradiáis a través de vuestro ser, de conferir paz, de conferir amor y de conferir el reencuentro de la Unidad a otros seres humanos que tengan la suerte de encontrarse frente a tal ser.
Vuestro periplo de reencarnación llega a su fin, lo que significa que es el fin de la realidad tal y como la conocéis. Vais a reencontrar vuestra herencia divina. Vais a reencontrar vuestras potencialidades divinas en su totalidad. La separación entre dimensiones no existirá.
Algunos de vosotros perciben, sienten y ven los mundos invisibles. Algunos de vosotros viven el contacto con su Ángel. Esto es verdad. Esta es la vía de la Unidad.
Como ya os ha sido dicho por las energías arcangélicas, los signos son numerosos y serán cada vez más numerosos en vuestro interior y a nivel del cielo. No os preocupéis por las reacciones de la dualidad a esta Unidad que viene. El miedo nutre la Sombra, la sombra alimenta la Luz. Vosotros sois hijos de la Luz; estáis a punto de vivir la experiencia más divina que puede vivir un alma en sus diferentes caminos.
Bien amados hijos, habéis andado con el préstamo de numerosos cuerpos, habéis participado cada uno a su manera de la evolución de los mundos de este sistema solar.
Acordaos de las palabras de Cristo: “Estáis en el mundo pero no sois del mundo”. Ahí se encuentra una llave fundamental para abandonarse a la maestría, al abandono en la Luz.
Debéis más que nunca; a medida que las manifestaciones elementales queridas y desencadenadas por el Arcángel Miguel y por vuestro sol, sean ensordecedoras; a medida que este estruendo, este alboroto tal que he nombrado crezca; debéis entrar en vuestro espacio interior, en vuestra Unidad, en vuestra Divinidad.
Vivís una época majestuosa. No veáis la destrucción como un castigo. No veáis los tormentos de algunos de vuestros hermanos como un castigo, pues no es así. Dios no castiga nunca. Dios transforma las formas a fin de que la Luz resplandezca.
Cualquiera que sea lo que tengáis que vivir, allí donde estéis, estad preparados.
Estar preparados no consiste en tomar precauciones materiales o físicas. Se trata de estar dispuestos a penetrar en la Totalidad y su Esencia y la puerta, lo sabéis, como la anunció Abraham (Ram), se sitúa a nivel del corazón.
La puerta del corazón os abre a vuestro corazón interior, a vuestro espíritu, a vuestra divinidad. 

El único esfuerzo que tenéis que hacer es volveros a él. La llave de vuestro paraíso, la llave de vuestra eternidad, la llave de vuestra salida de la dualidad no puede encontrarse más que a nivel del corazón.
Todos los que buscaron en otra parte, a través de sus comportamientos, a través de luchas, a través de resistencias, se alejarán de la puerta sagrada. Una vez más, no juzguéis, contentaos con irradiar-si la habéis encontrado-vuestra interioridad.
Ahí se sitúa la única ayuda posible en los mundos de la dualidad. Los numerosos elementos mezclados en esto que sois, en vuestras múltiples encarnaciones y en vuestros múltiples destinos, no deben alejaros de la Verdad del instante. Numerosos entre vosotros tienen el conocimiento de quienes son en verdad y autenticidad. Incluso aquellos que escojan la dualidad verán claramente quienes son y la distancia que existe entre quienes son y lo que manifiestan.
Debéis quedar en paz. Ninguna presión creada por la dualidad, sea de naturaleza afectiva, profesional, familiar o social, os debe impedir hacer el retorno al Centro.
No debéis escuchar más que a vuestro corazón. No debéis escuchar al mental. Cuando digo “escuchar al corazón”, esto es más allá de las manifestaciones energéticas mezcladas con las vibraciones, a lo sentido y experimentado, sino más bien un centrado de la conciencia en la unidad del corazón.
Seréis ayudados. Asistiréis a numerosos fenómenos naturales y no naturales, visibles a simple vista, transmitidos por vuestros modernos medios de comunicación antes de que desaparezcan de la superficie del mundo. Debéis salir totalmente de esta realidad a fin de penetrar en lo Real, que es la Unidad.
No podréis quedaros a caballo entre dos mundos.
Esto que os ha sido pedido (a algunos de vosotros después de numerosas vidas y años): Mantener en la encarnación de un cuerpo teniendo consciencia de ciertos mundos espirituales, obligándoos a permanecer, como decís, enraizados, no tendrá sentido. Esto podrá ser para algunos de vosotros una gran inquietud, porque la única manera de manifestar la Unidad estando en la dualidad era, hasta el presente, afirmarse en la dualidad para no errar entre dos mundos y sus peligros.
Pero pronto, muy pronto, esto no será el caso. Seréis ayudados en esto por el poder de la Luz, por el poder de la Vibración y por el poder de vuestro Ángel Guardián, con la condición expresa de que lo pidáis.
Acordaos de que la Luz nunca puede violar el libre albedrío, incluso si sabéis que a otro nivel este libre albedrío no existe en absoluto. Sin embargo, los que tienen la creencia en esta libertad, el libre albedrío, deben ser respetados, pues es su verdad y su realidad.
No obstante, los que quieran retornar a la Unidad en la morada del Padre y más cerca del Padre, y evolucionar en dimensiones no separadas, no divididas, deberán necesariamente soltarse y aposentarse en esta realidad antes de que desaparezca totalmente.
Así, se producirán numerosas partidas de almas grupales.
Algunos seres, simplemente desaparecerán. Otros se consumirán. Otros abandonarán sus cuerpos y no dejarán rastro. Otros deberán, durante un tiempo restringido, continuar trabajando en esta dimensión, hasta que otros trabajen ya en el establecimiento de nuevas bases de nueva vida en la nueva dimensión.
Esto está en marcha ahora, esto durará un tiempo preciso en vuestro tiempo terrestre.
Ciertos seres de entre vosotros van por delante de este calendario, pues han encontrado ya el camino de retorno en sus propias revelaciones a ellos mismos, de aquí a poco más de un año.
El sentido y la meta de vuestra misión en este retorno a la Unidad se os aparecerán cada vez más claramente a medida que las semanas os acerquen al vencimiento. Nadie podrá equivocaros, salvo vosotros mismos, si permanecéis atados a valores que no tendrán sentido ni existencia en los tiempos que vienen.
Si ahora, mis bien amados, tenéis interrogantes en relación con este proceso que os acabo de anunciar, quiero aportar las aclaraciones a condición de que os sean útiles, no según vuestro sentido, sino en el sentido de la Luz y del destino del Alma.
Pregunta: Los famosos 3 días anunciados por María ¿corresponderían a una ola ascensional mayor para la humanidad?
Esto sucedería al mismo tiempo. Esto que ha sido llamado por la Divina Madre “3 días” corresponde a la fase última de la desaparición de la dualidad. El momento en el que la Tierra será regenerada. El momento en el que esta dimensión no existirá, simplemente. Esto sucederá en un momento ulterior entre el principio y el fin del proceso de revelación.
Pregunta: Lo que se vive en 3ª dimensión tiene riesgo de ser un freno para la 5ª dimensión?
Querido hijo de la Luz, todo depende del punto de vista. Numerosas cosas pueden representar frenos a vuestra expansión en la nueva dimensión. Llegado el momento, ninguno de estos frenos podrá subsistir. No hay más que vuestra mirada o la orientación de vuestra consciencia, que puede ser un freno únicamente por la dificultad en volver suficientemente la mirada hacia el corazón. En el corazón se disuelve, real y concretamente, la totalidad de las oposiciones ligadas a vuestra materialidad. Ni la enfermedad, ni las circunstancias materiales, ni la edad, pueden ser un obstáculo para vuestra ascensión. Sólo la orientación de la consciencia puede ser un obstáculo. Un cierto número de las etapas que vivís actualmente están destinadas de manera general a soltaros de vuestros últimos apegos, de vuestras últimas creencias, de vuestros últimos miedos. No olvidéis que la Luz revela, que la Luz trasciende y que la Luz disuelve todo lo que no es la Luz.
Pregunta: ¿Cómo tomar ventaja en el sentido de la Luz interior?
Debéis admitir que cualquiera que sea el potencial de la Luz que es propia de cada uno, cualquiera que sea el nivel de revelación de esa Luz, hacéis de momento vuestras ocupaciones materiales, las que sean. Pero llegado el momento, esas ocupaciones materiales deberán también cesar. Llegará el momento en el que tendréis que estar en Visión Interior totalmente.
El momento os será indicado, todo ser humano lo sentirá, todo ser humano podrá aceptarlo o rechazarlo. Pero es evidente que si no habéis hecho el trabajo preparatorio (si lo preferís, el abandono de ciertos comportamientos, de ciertas actitudes, de ciertos apegos) esto será más duro, llegado el caso.
Lo que no quiere decir que no corráis el riesgo de experimentar consecuencias molestas que son inútiles de experimentar. Id hacia el Interior. Cierto número de ejercicios os han sido dados y pienso en particular en Abraham, que os ha dado acceso a las llaves de vuestro santuario interior. No hay otros ejercicios. Esto es lo más simple, auténtico, completo, y sobretodo lo más seguro.
No obstante, nada os prohíbe de momento interesaros en los síntomas de la venida de esta Luz en vosotros y sobre este mundo. Pues las imágenes que veáis serán grabadas en vuestra alma de manera eterna. Fortificarán y forjarán vuestro espíritu en la comprensión de los mecanismos precisos del retorno de la sombra a la Luz.
Habéis venido, habéis encarnado solamente para vivir este momento.
Entonces, no tengáis ningún temor. Simplemente, intentad en la medida de lo posible desconectar de vuestros sufrimientos cualquiera que sea su origen. Esto no es una visión del mental. Esto es una realidad hecha posible por la afluencia de Luz.
Bien amados hijos de la Ley del Uno, vamos a vivir ahora un momento de Comunión, un momento de Amor, un momento de despertar. Quered, simplemente, acoger en vuestro interior la bendición que os trasmito, desde lo más alto de los Cielos a vuestra densidad.
Sed benditos. Sois hijos de la Luz, Hijos de la Unidad, Hijos del Padre Uno. Sed benditos



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