BIDI Parte 5 Octubre 2017 Preguntas y Respuestas
Bueno, Bidi está aquí.
Instalemos la Acogida y el Silencio antes de continuar.
…Silencio…
Os escucho.
Pregunta: Me gustaría, simplemente,
testimoniar una alegría y una intensa ligereza en el silencio del corazón y con
todo, sin pedir nada especial.
Entonces, acojamos tu
testimonio. Solo tienes que mantenerte así todo el tiempo, permanentemente.
Aprovecha esta oportunidad que se te ofrece para darte cuenta de que lo que
sucede en mi presencia es exactamente lo mismo que lo que ocurre también en tu
presencia. No tienes nada que retener, ninguna regla que
observar, sino solo dejar que se despliegue una y otra vez lo que está
sucediendo ahora y lo que se producirá en un número cada vez mayor de vosotros.
Cualesquiera que sean las vicisitudes de vuestra vida, los problemas, las
obligaciones, todo desaparecerá frente a este gozo, sin esfuerzo, con evidencia
y diría incluso -por una vez que estoy en vuestro tiempo-, que cada día que
pase veréis entre muchos de vosotros, esta ligereza, esta Alegría como ninguna
otra, tomar la delantera y dar las órdenes.
Abandonaos a eso. No lo expliquéis, no lo comprendáis,
pero vividlo con intensidad, con verdad, con humildad; no necesitáis nada más.
Ni siquiera para saber lo que vais a hacer mañana o en el instante siguiente.
No necesitáis ningún punto de apoyo o de referencia al pasado en vuestra
historia, ni a ningún modelo. Despojaos. Desnudad esta
joya, no por un acto, sino por la evidencia que está ahí. Ahí está la Verdad,
la que os sitúa en la Alegría permanente, en la permanencia del corazón y de la
Eternidad. No se requiere ningún esfuerzo, todo lo contrario; lo vivís ya
algunos de vosotros. Y aunque la experiencia la hayáis vivido antes o si
todavía no la habéis vivido, ahí está la Verdad, ahí sois simples y verdaderos.
Ved la diferencia, incluso pensando en esos recuerdos
felices; no hay comparación posible. Esta Alegría sin objeto, esta ligereza,
esta evidencia, es independiente de cualquier circunstancia de vuestra vida, de
vuestra edad, tanto de vuestras miserias como de vuestras alegrías efímeras. No
hay nada más porque lo que queda es pasajero. Y lo que está ahí, incluso por
experiencia, o quien esté ahí, es el Único, el Último, el testigo indirecto de
lo que se vuelve a diseñar, de lo que se ha encontrado. Y cuando estás en este
lugar que es el más justo, no necesitáis palabras, no necesitáis proyecciones,
no necesitáis conciencia, irradiáis hasta el infinito, superando el marco de la
tierra donde estáis ubicados.
Bienvenidos a vuestra casa, y esto es contagioso;
veréis que es más contagioso que el peor de los virus. Todo fluye desde ahí,
todo está incluido. Es vuestra naturaleza, es nuestra naturaleza Una. Sobre
todo, no tratéis de retener o de reproducirlo en la memoria porque está ahí. Y
allí, tú eres la Vida y no tu vida estrecha con todo lo pasajero, que aparece y
desaparece.
…Silencio…
¿Quién habla ahora?
Pregunta: Gracias
por la fuerza que irradia y la alegría que nos aporta. No tengo ninguna
pregunta, pero acepto lo que pueda decirme.
Te responderé a ti, en vista de lo que dices y de lo
que vives; según lo que veo solo tengo que decirte que tienes que vivirlo en
cada respiración, en cada ocasión. Depende de todos vosotros, a partir de
ahora, que nunca se apague, que nunca desaparezca, pase lo que pase, porque en
este caso ya no sois vuestra vida, sino la Vida. Todo lo demás se hace de forma
natural, sin esfuerzo, repito, con evidencia y con facilidad. Os encontráis y
os reconocéis. Y si no es hoy, será en otro momento, está en curso. Entonces,
¿qué importa el final del Kali Yuga?, ¿qué importa que toméis la iniciativa en
relación con lo que es verdadero, lo que es único? Ahí está la única
espiritualidad; todo lo demás no son más que habladurías, ilusiones que pasan.
No necesitáis ropa especial, no precisáis palabras
especiales a partir de ahora; no necesitáis nada. Dejaos vivir, dejaos que la
Vida os viva. Además, constataréis que, si queréis volver atrás, lo que dudo,
se desencadenará un tipo de sufrimiento que no es físico, sino un sentimiento
de pérdida porque ya no podéis perderos a vosotros mismos. En cualquier
acontecimiento que tengáis que vivir, íntimamente o colectivamente, os devuelve
a lo que sois. Todo lo demás es pasajero, todo lo demás pasa y vosotros
permanecéis, sea cual sea vuestro cuerpo, vuestra historia, vuestro mundo. Eso
no importa. Todo es relativo a lo pasajero.
Lo que vivís algunos o muchos, aquí o en otra parte,
es la única Verdad. Podría decir que es la única llave que puede ser útil, la
única puerta que no existe. Es el único lugar correcto, totalmente verdadero,
absolutamente verdadero. Olvidad incluso las nociones de Absoluto, del Último y
de todo lo que queráis, porque ahí donde estáis es precisamente la antesala.
Estáis en buen lugar. No os pido que me creáis, pero comprobadlo por vosotros
mismos. La única solidez, solo puede venir de ahí, la única certeza allí donde
las incertidumbres de vuestra vida, de vuestro mundo, están relegadas al
olvido, como una gran farsa -que es. Aquí, no necesitáis nada más.
El Espíritu se vuelve a encontrar, la Verdad se hace a
la luz. Sumergíos en eso por completo. Y si eso no lo percibís, no os
preocupéis, también caerá en vosotros, es inevitable. No puede haber otra
salida posible que la Alegría, ese santo de los santos, y observad muchos de
vosotros, aquí y en otras partes, que, hasta las etapas intermedias, en que se han
sentido las vibraciones, los circuitos, los chakras y demás, son relativas.
Diría incluso, que hay más certeza en la ligereza y en
esta Alegría que en el hecho de sentir y vivir ciertas sensaciones, ciertos
sentimientos, ciertas experiencias. Aquí, ya no estáis en la experiencia,
estáis en un estado más allá de todo estado, diga lo que diga vuestra persona,
vuestro mental, vuestras vibraciones. Así
de simple. Comprobad, constatad, no os detengáis. Y todos los que os
encontráis, permitís a otros muchos hermanos y hermanas que se encuentren. Es
fácil. No es un trabajo, no es un ejercicio, es el “sí” total a la Eternidad y
a la Vida, no a la parodia. Todo está ahí.
…Silencio…
¿Quién quiere hablar,
expresar, preguntar, decir?
Pregunta: No tengo pregunta; acojo con
infinita gratitud, su respuesta.
…Silencio…
Así que es esto lo que te digo, que no es una
respuesta, propiamente hablando, a una pregunta que no existe, pero sí una
resonancia que va a producirse en el momento o más tarde, no importa.
Nuevamente, no trates de comprender, acepta. El valor que das a cualquier
elemento de este mundo, a cualquier aspecto de este mundo, nunca podrá
aproximarse al valor que tú eres. Entonces, vuélvete hacia ti con toda
sinceridad, con toda verdad, en este valor que nunca puede disminuir, nunca
puede medirse o pesarse. Así que lo que queda de cargas no podrá ya estar
presente. No te preocupes por la carga, sino por el valor, el valor de los que
eres. No hay nada más estimable, es el oro más puro, es el único tesoro y es lo
que eres; eso no tiene precio. Es un bálsamo. Y así, ninguna carencia puede
haber si no es en lo que aparentemente falta en la persona. Pero la
sensibilidad a la apariencia, el “yo”, también desaparece para ti.
…Silencio…
Escucha el silencio, él
dice la verdad. Habla con él, aliméntalo con tu sonrisa. Necesitas, como cada
uno de nosotros, vivir esto, esta exclusividad del Amor, de la Alegría,
de la ligereza que incluye lo demás en la misma frescura, en la misma
liviandad, en la misma evidencia. Ahí está la verdadera humildad, para
reconocer este tesoro, para reconocer la Verdad que nunca se ha movido y lo
demás se ilumina. No en el sentido mental, como comprensión o explicación; se
ilumina porque eso es la Verdad. Y esa Verdad es una certeza inquebrantable que
no sufre ni discusión ni cuestionamiento. Como sabéis, es lo que sois sin
ninguna excepción, cualquiera que sea vuestra ubicación actual.
Esta capacidad de contagio de la que hablé, no es
lineal ni aritmética, es exponencial, tanto para vosotros como para los que os
rodean. El movimiento está bloqueado, la inmutabilidad aparece, barre todo lo
que no tiene lugar de estar, dentro como fuera. Mirad a vuestro alrededor. Y
cuanto más os adentréis y más miréis dentro, más inmutables seréis, más ligeros
y más espacio y tiempo tomará la Alegría. Ya no hay lugar para la persona, no
hay espacio para ningún galimatías
espiritual.
Vosotros ya no estáis en estado de Gracia, sois la
Gracia. No necesitáis el “estado” que solo es una experiencia. Aunque eso os
parezca que ha pasado, nunca pasará. Y ahí dentro, no hay lugar para el
sufrimiento, para los arrepentimientos, para las proyecciones, para las
expectativas, para las esperas ni para la desesperación; ahí podéis decir: “sí;
todo se ha cumplido”. Y eso os saca del tiempo, no estáis afectados por tiempo
alguno que espera o que pasa.
…Silencio…
¿Quién habla?
Pregunta: No
tengo ninguna pregunta, pero acepto con alegría y gratitud, lo que pueda
decirme.
Habéis encontrado la fórmula, ¿eh? Pero está bien; es
simple. Y, ¿qué me puedes decir de lo que eres?
Pregunta: Que
todo está cumplido.
¿Y…?
Pregunta: Y que
es simple.
¿Y…?
Pregunta: Y que
la Alegría perpetua ha comenzado.
Entonces, no solo es contagioso, no solo es
exponencial, sino que va a ser cada vez más intensa, esta alegría, esta
ligereza, esta densidad. No pongáis barreras. Llevad la buena nueva, no
hablando, sino siendo lo que sois; eso es ampliamente suficiente. Y, repito
para ti como para cada uno, que eso proviene del santo de los santos. No hay
necesidad de historia, ni de un templo, ni de un cuerpo, ni de una conciencia,
aunque lo viva vuestra conciencia. Sois la Vida. Es cierto, y todo lo que os
parecía verdadero antes, no puede seguir siendo verdadero frente a eso. Así que
compartid, y la mejor manera de compartir es dejar ser lo que es. Como decía
uno de los Ancianos, sed perezosos.
Guardad vuestras fuerzas para lo que tiene que hacer
vuestra persona, pero esa fuerza que aparece, se refleja o se encuentra en
vuestros alimentos. Alimentaos de vosotros mismos y ese alimento será
sobreabundante, nunca puede faltar, es perpetuo, permanente, irreparable. Y eso
no es un estado, no puede desaparecer, solo puede crecer o, en todo caso, dar
la impresión de que crece, porque eso siempre ha estado ahí, intacto,
simplemente toma todo el espacio y todo el tiempo.
…Silencio…
¿Quién habla?
Pregunta: le agradezco por todo lo que me
ha enseñado, mi corazón está feliz ahora con un reconocimiento infinito, y está
abierto de par en par para oír lo que tiene que decirme.
Tampoco olvides el
reconocimiento para ti. Sé agradecida hacia lo que eres, es decir el Todo, en
todas partes, y la nada aquí, juegues lo que juegues como papel y que sin
embargo tienes que cumplir. Pero rectifico una palabra, no te he enseñado nada
si no es a desaprender. Como mucho, acepto ser el olvido de lo que es conocido
pero nunca os he enseñado nada si no es, como acabo de decirlo, desaprender,
deshaceros de lo superfluo, de lo que os estorba. Y no puedo reivindicar nada,
esto viene de vosotros, realmente y concretamente. De alguna manera habéis
aceptado dejar de hacer esfuerzos, averiguarlo por vosotros mismos, olvidar
todos los discursos, todas las experiencias pasadas. Os habéis atrevido a estar
desnudos, simples, verdaderos. Aunque dure sólo cinco minutos, eso basta. Todo
cambia, todo es reencontrado.
Y ahí estáis en el
verdadero servicio, en el verdadero don, el que no espera nada a cambio, ni
recompensa, ni agradecimientos, ni gratitud, porque es Evidencia. Soy cada uno
de vosotros, sois cada uno de mí, en vosotros y en mí. La Fuente lo dijo, el
Salvador está en vosotros, reveladle. Siempre os hemos dicho que erais vosotros
quienes dabais este último paso. Por supuesto, está lo que había antes, pero os
diré sinceramente, incluso lo que había antes, con relación a esto, no
representa nada. Os ha permitido simplemente aligerar los pesos más pesados.
Los pesos del miedo, los pesos del supuesto karma, los pesos del mental, de
vuestras historias, de vuestras costumbres. Pero la Felicidad no está ahí, está
en lo que sucede ahora. Que estéis liberados, que estéis despiertos, que estéis
vibrando, que no sintáis nada, ya no hace ninguna diferencia hoy. Es esto lo
que está pasando. Cuando digo que volvéis a encontrar lo que siempre ha estado
ahí, cuando hay esta Felicidad, sabéis automáticamente que es la Verdad, que no
puede haber ninguna otra. Todo lo demás es fútil, vosotros mismos lo estáis
constatando.
¿Quién quiere decir algo
o hablar?
Pregunta: no tengo tampoco ninguna
pregunta, pero escucho con gracia lo que tiene que decirme.
...Silencio...
Escucha el Verbo de Amor
que se esparce en tu ser. Canta la Resurrección, canta la Evidencia. De
momento, sólo es un susurro, pero este susurro se convertirá en un rugido, un
estallido de Felicidad, de claridad. Usa tu gratitud sobre ti misma, aunque sea
sólo un susurro. Anímalo. En esto no hay ni preguntas ni explicaciones, en esto
sólo hay lo que es verdad.
Lo que nombráis Teofanía,
hoy, la vivís con vosotros mismos. Sólo soy un catalizador, no actúo, no hago
nada. Lo que percibís y sentís es vuestra resonancia eterna. El susurro se
vuelve rugido, el rugido se vuelve el Coro de los Ángeles, el Coro de los Ángeles
os lleva al Paracleto, el Impersonal es vivido, Cristo es encontrado, se vive
la Libertad. No dejes más los pensamientos ordinarios contrariar este rugido
que viene. No te preocupes ni de mañana ni de ayer, deja que este niño interior
venga a ti.
...Silencio...
¿Quién quiere hablar o
decir algo?
Pregunta: no tengo ninguna pregunta. Acojo
su Luz en la Felicidad y le escucho.
...Silencio...
Mi Luz, como dices, es tu
Luz. La Luz es infinita, no puede ser la propiedad de nadie porque es la misma
para cada uno, sea cual sea el papel, sea cual sea la escena del teatro que se
esté jugando. En esta Felicidad y en esta Luz que eres, no hay ni bien ni mal,
está el Todo, la plenitud, la alegría, donde el bien y el mal ni siquiera pueden
ser concebidos ni imaginados. Lo que está ahí entierra, de manera definitiva,
lo que podía parecer estorbaros, limitaros, restringiros. Eres mucho más vasta
de lo que puedas imaginar, anticipar o soñar. Es tan vasto que nada puede
escaparse a ello.
Así, todo lo que tienes
que vivir, aquí o en otra parte, se hace en la misma ligereza, en la misma
evidencia, en el acto más preciso, material, como en el acto más sutil, más
invisible.
Hace mucho tiempo, hace
algunos años creo, utilizabais la respuesta del corazón para elegir, para
decidir lo que sea. Hoy, y cada día, el corazón tiene la respuesta para todo.
Porque hay Evidencia y la respuesta es el Silencio, entonces la Felicidad se expande
siempre más. Es un júbilo, tal y como se ha dicho, es una alegría. No podréis
encontrar ningún calificativo satisfactorio, es por esto que el silencio es
importante. No para guardarlo en un joyero sino al contrario para dejarlo
emerger y aparecer siempre más.
Nada puede rivalizar o
confrontarse a esto. Todo lo que quisiera oponerse en vosotros, en vuestro
personaje, en vuestra vida, a esto, sólo puede ser consumido por el Fuego del
Amor. Este Fuego del Amor actúa, aunque no sea inmediatamente, constataréis
rápidamente que estas palabras no son unas palabras baladíes sino que son unas
verdaderas palabras. Cuando se os dice, por numerosos intervinientes, que el
Amor es la fuerza más poderosa, vais a averiguar la exactitud de esta
afirmación. También vais a averiguar que ningún miedo puede instalarse, es
quemado, que ningún sufrimiento puede perdurar, se disuelve.
Si tuviese que encontrar
una imagen sería que estáis en vías de identificación con vosotros mismos. Como
dije, os reencontráis. No es algo que encontráis, porque lo que era desconocido
en el seno de la persona, el seno de lo que sois es algo conocido, que no deja
ninguna sombra, ni nada en suspenso, todo está claro y límpido. Entonces sólo
queda ir en paz y vivir lo que la vida te ofrece vivir. Nada puede estar
perdido o estar oculto. Es la Libertad. Todas las demás verdades sólo pueden
salir de ahí.
Vais a ser cada vez más
numerosos en ver y en vivir que la cabeza no os sirve de nada, que simplemente
ha servido para mantener una historia, lo falso, para interactuar unos con
otros. Estando compartimentados y separados aparentemente, hicieron falta unos
medios para comunicar, para contar cada uno su historia, pero ahora, con lo que
vivís, sólo hay una única historia, es común a cada uno, sólo hay unas
diferencias de formas y unas historias anexas. Esto no os limita en nada, esto
derrumba todos los límites, incluso los de vuestro cuerpo.
...Silencio...
¿Quién quiere hablar?
Pregunta: muchísimas gracias por todos
estos momentos compartidos de Felicidad y de Verdad. No tengo ninguna pregunta
y soy todo oídos y muy feliz de ser.
Entonces, ¿cómo debo
entender el todo oídos, “todo oídos” o “toda Sí”?
Pregunta: soy todo oídos.
Pero, yo te prefiero
“toda Sí”. Entonces escucha, hermana mía, escucha lo que digo a tu corazón.
...Silencio...
Lo que tengo que decirte
cabe en tu sonrisa y en mi sonrisa. Entonces te digo, ahora que has dicho “sí”
y que eres todo oído, sonríe, porque la sonrisa es la muralla inviolable ante
las ilusiones de este mundo, sea cual sea la circunstancia o el acontecimiento,
y la sonrisa de tus labios es la sonrisa de tu corazón. Entonces el brillo del
ojo se convierte en la radiación del corazón, entonces, en el silencio de las
palabras, el Ángel de la Presencia canta tu resurrección. ¿Quién podría tener
el orgullo o la vanidad de oponerse a esto? Incluso lo que fue llamado creo,
por el Comendador, los chicos malos o los guiñoles, sólo son unos fantasmas
mientras siguen jugando a este juego. No pueden hacer nada contra la sonrisa,
no pueden hacer nada contra la Libertad. De hecho para ellos, esto es una gran
lección, con el fin de ayudarles a reencontrarse ellos también. Nada es grave
en el Amor, todo es justo. Habiéndose reencontrado, todo es perfecto,
integralmente y totalmente.
...Silencio...
¿Quién desea hablar?
Estamos llegando al final del tiempo
concedido, pero puede haber una última pregunta. Todavía hay más preguntas.
Pues si queréis, estaré a
vuestra disposición en otro momento.
¿Hay una última pregunta?
Pregunta: con cada una de sus presencias
entre nosotros, estoy en una felicidad inconmensurable y tengo una gratitud
profunda por la ayuda que me aportó hace unos meses.
Pues desearía decirte una
única cosa: estoy siempre ahí, como estás siempre ahí, nunca lo olvides. Lo que
percibes no viene de mí sino de ti, es lo que eres. Incluso esto, tienes que
girarlo hacia ti. Soy totalmente tú, no en una forma sino que en la joya.
Siempre estoy ahí como siempre has estado ahí, sean cuales sean las apariencias
y las vicisitudes de esta Ilusión. Acéptalo, y sobre todo experiméntalo,
vívelo. No necesitas ningún objeto, ninguna foto mía ni nada más. No necesitas pensar
en mí. El pensamiento está en la cabeza, estoy en tu corazón. Soy tu corazón,
todo el tiempo, en cualquier cosa que pase.
...Silencio...
Entonces ha llegado tal
vez el momento de dejar descansar vuestros oídos. Y como hay más peticiones ‒
de hecho no tengo que negociar nada ‒, vuelvo cuando quiero. Ah, me dicen que
efectivamente tenéis que escuchar una historia importante mañana, volveré después.
Mientras tanto, incluso en el silencio no puedo desaparecer. He desaparecido
totalmente y la desaparición os hace aparecer por todas partes.
Entonces, si tuviese que
formular un deseo, no es una petición sino un deseo que os parecerá evidente.
No os apartéis de esto, pase lo que pase esto no puede dejaros; sea cual sea la
pena, el dolor, el sufrimiento, la enfermedad, o la felicidad, siempre está
ahí.
Eh bien Bidi os saluda, y
Bidi volverá.
En cada uno de vosotros,
la Paz, la ligereza, y como decía alguien, creo, en vuestra literatura: « Uno
para todos, y todos para Uno. »
Hasta pronto.
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