domingo, 16 de abril de 2017

JESUCRISTO - EL ANUNCIO DE LA NUEVA TRI-UNIDAD -2 Abril 2017


JESUCRISTO 

EL ANUNCIO DE LA NUEVA TRI-UNIDAD



Que la Paz sea en todos vosotros, dignos Hijos Ardientes del Sol. En cada corazón, aquí y en todas partes, vengo a entregaros los elementos de mi venida desde lo más alto de los cielos.

La genitora de nuestra carne os anunció hace algunas semanas, un cierto número de mecanismos; éstos están en marcha y se van a reforzar. En la hora en la que Mikaël, desde hace algunos meses, labra el cielo de la tierra, en la hora en que el conjunto de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, está a vuestras puertas, todo está preparado y todo se finaliza. Así como lo anunciará a todos nuestra Madre, el mecanismo de la Ascensión ha sido activado, acabando en este período, en los acontecimientos enunciados por Juan el bien amado. Lo que debe cumplirse según la voluntad del Único, de Abba, nuestro Padre, se realiza bajo vuestros ojos de carne. En cuanto a mí, lo sabéis, volveré de manera efectiva, de la misma manera que me fui, hace dos mil años. No me busquéis en otra parte que en vuestro Corazón y en el Cielo.

Los preparativos se han concluido. Así lo decidió la Fuente Una, procediendo desde el 8 marzo de 2017. Numerosos procesos que conciernen al conjunto del sistema solar y el conjunto de las conciencias presentes dentro de él, viven desde ahora en adelante las primicias de la Llamada de nuestra Madre. Velad y orad, porque ningún elemento de vuestro efímero debe venir a alterar o perturbar el arranque de vuestra Eternidad en el Corazón del Corazón.

Cualquiera que sea vuestra condición, cualquiera que sea vuestra situación, el momento ha llegado de rendir gracia, de dejar desvanecerse todo lo que no es verdadero. Recordad que más precisamente en estos tiempos y más particularmente en este día que anuncia la Pascua, que el momento ha llegado de estar en Verdad, el Camino y la Vida, de estar vivo más allá de los límites de vuestra forma, más allá de todo sentimiento, de todo resentimiento o de toda aceptación. La hora ha llegado, como lo dije hace dos mil años, de entregar vuestro espíritu entre las manos de la Fuente.

Dignos hermanos y hermanas, niños del Cielo y de la Tierra, vais a descubrir que estáis sobre este mundo y que no sois de este mundo. Más allá de esto, la actualización del Juramento y de la Promesa, tal como fue enunciada por la Fuente misma, se plasma y densifica bajo vuestros ojos, en vuestra carne como sobre este mundo, dondequiera que llevéis vuestras miradas. El tiempo de la Revelación toca su apogeo. La 7ª Trompeta anunciando la Llamada de María va a resonar dentro de poco sobre el conjunto de la tierra. No es más tiempo de cualquier cambio que sea, sino el tiempo ha llegado de instalaros de la manera más definitiva posible, en vuestra Eternidad.

La Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, os anunciará, por la voz de María, el desarrollo de los acontecimientos que se celebran en este mismo momento en el conjunto de la tierra, como en vuestra conciencia. La hora ha llegado de saldar todo lo que os pueda parecer tener a saldar, a resolver y a superar.

Recordad en estos instantes solemnes que no podéis cambiar ni una jota de lo que es, de lo que fue, y de lo que será. La mejor postura, la mejor actitud, sólo puede estar al interior, en vuestra casa, en vuestro templo, lavados y purificados para acoger el canto de la Resurrección consecutivo a la Llamada de María. Ningún obstáculo, que incluso os pareciera insuperable, puede mantenerse delante de los acontecimientos ligados, como lo sabéis, a la Nueva tri-Unidad, aportándoos la Nueva Eucaristía, el sello de vuestra eternidad, el conjunto de las llaves Metatrónicas, y los trastornos descritos por san Juan, el profeta bien amado, bajo mi dictado.

Entonces sí, repito hoy «Velad y orad». Cualesquiera que sean vuestros dolores, cualquiera que sea vuestra cultura, sobrepasen las nociones históricas, sobrepasen las nociones inscritas en los libros llamados la Biblia o toda escritura santa. Pertenezco a la humanidad y no a la religión constituida de la que Satán hizo su sede. Os invito desde hoy, en este particular período antes de pascua a dejar emerger todo lo que aún puede frenar el pleno establecimiento de vuestra eternidad. Velad y orad y ved lo que esta por ver, vivid lo que tenéis que vivir, pero conservad la alegría de vuestro corazón, porque lo que viene, cualesquiera que sean las apariencias, sólo representa en definitiva las luchas finales de lo que agoniza y lo que pertenece al reino de este mundo.

No os dejéis engañar ni tentar, por cualquier reflejo de huida, de cualquier situación que sea. Sois la Luz del mundo, sois los Hijos Ardientes del Sol, las Semillas de estrellas, los porta-estandartes de la Luz. Hoy, conviene vivir eso en la integridad de vuestra presencia sobre este mundo, cualesquiera que sean las situaciones, los acontecimientos que tengáis a vivir, en vosotros como al exterior de vosotros.

Es a través de lo que se celebra en cada uno de vosotros, que vuestro posicionamiento y vuestro emplazamiento se desvelan de manera cada vez más nítida y precisa, pero guardad presente, en vuestro corazón que cualesquiera que sean las manifestaciones, cualesquiera que sean las alegrías, cualesquiera que sean los dolores, todo esto sólo pasa, con el fin de dejar vuestra eternidad aparecer a plena luz, sin que quienquiera pueda levantarse frente a la Verdad en encarnación establecida en vosotros.

María, Mikaël, yo mismo, y el conjunto de las fuerzas de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres estamos desde ahora en adelante a vuestra servicio para asistir a vuestra resurrección. Cualesquiera que hayan podido ser vuestras dudas, cualesquiera que hayan podido ser vuestras interrogaciones, olvidad todo esto, pensad en cada aliento a lo que sois en Eternidad, si no os ha sido permitido de momento vivir este momento. Tened una fe total y absoluta en esta Eternidad; que entendáis o no a lo que esto corresponde, poco importa. Id al objetivo, derecho a lo esencial, a lo que nunca pasará – lo que es en verdad, más allá de toda forma, más allá de toda historia y más allá de todo escenario.

Dignos niños del Único, os vengo a entregar, dondequiera que estéis en este día preciso del 2 de abril de 2017, si me acogéis, vengo a despertar, si aún no está hecho, lo que es vuestra Eternidad, lo que es vuestra alegría, lo que es vuestra divinidad que está más allá de toda forma, de toda matriz y de toda contingencia.

Bien amados de la Luz, bien amados del Amor, Amor y Luz vosotros-mismos, no deis la vuelta detrás vuestro porque lo que pasa se acaba y nada puede retenerlo.

Los días de la Resurrección se acercan a gran paso, son, en vuestro lenguaje “inminentes”, según el calendario de la tierra. Entonces sed ligeros, en alegría, en gracia, en perdón, porque no existe ninguna falta ni algún error que pueda mancillar lo que es el Espíritu que sois. Sólo el cuerpo y las estructuras efímeras presentes de vuestra conciencia sobre tierra todavía pueden ser dolorosos, pero esto no es nada, cuando veláis y rezáis conmigo, en vuestro Corazón.

Entonces hoy os vengo a repetir: «Paz a vosotros, y Paz en vosotros». La hora es al Amor, diga lo que os diga vuestro cuerpo, diga lo que os diga vuestro efímero. No escuchéis la voz de la Ilusión, no escuchéis la voz de vuestros sentidos, sino más bien, y exclusivamente incluso, lo que os dice vuestro corazón en este instante, en estos días.

Las gracias abundan sobre la tierra para aquellos de entre vosotros que aceptáis vivirlas, a condición de remitiros a vuestra eternidad. Ninguna circunstancia de vuestro efímero os puede afectar desde ese instante, en el que conciencias la verdad de vuestro Ser, la verdad de la Luz y la verdad del Amor.

El Amor es simple, no tiene nada que hacer de vuestras agitaciones, ni hacer de vuestras historias limitadas, ni de vuestros rencores, ni de vuestros placeres, porque él mismo es la Dicha eterna de la Gracia, la Alegría eterna del Espíritu, no conociendo ningún límite de forma, de tiempo, de espacio o de dimensión.

Entonces, lo repito una tercera vez: «Paz a vosotros, y Paz en vosotros». Estoy con vosotros, no sólo hasta finales de los tiempos, sino en este final de los tiempos.

Entre este día, en este preciso instante, hasta el período pascual y hasta la Ascensión, y hasta Pentecostés, en vuestros días de vuestro calendario del año 2017, vengo a anunciaros y a expresar la buena noticia: Cristo resucita en vosotros. Entonces, la Paz es vuestra morada de eternidad. Diga lo que le diga este mundo, digan lo que digan vuestros allegados, digan lo que digan vuestras leyes, lo que digan los sistemas de poder y de control, sois seres que son libres de toda eternidad, que han sido engañados por las fuerzas opuestas a la Luz. Su rendición sin condición, sólo quedan algunos retazos o bolsas de resistencia que cederán en el momento de la Llamada de nuestra Madre.

Velad y orad, ved vuestro corazón, sin falsas-apariencias, sin evasivas, sin mentiras a si-mismos además no lo podréis más desde este día. Sólo la sinceridad, la verdad, la transparencia, la ética, la integridad y la humildad, os guardarán de toda falta, de todo error que pertenece a la historia. Es en vosotros que se revela el Cristo, es en vosotros que se revela el Espíritu del Sol, es en vosotros que se revela el Coro de los Ángeles, es en vosotros que se revela la Verdad.

La Verdad no es de este mundo, ha sido viciada, alterada. Me presentaron como un salvador, lo que ciertamente no soy, soy simplemente el que viene a cortar los últimos velos de la Ilusión, porque mi lengua es una espada, al igual que la espada de Mikaël, que os viene a portar la libertad cortando vuestros vínculos residuales o persistentes a lo efímero. Sabed no obstante que el conjunto de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres respeta y respetará la ley de Amor, la ley de Libertad, la ley del Único.

Pronto, desde la Llamada de nuestra Madre, tendréis la oportunidad de ver desfilar el conjunto de la historia, la de la Tierra como la de su alma en peregrinación en la Ilusión de este mundo. Recordad, que sólo el Amor verdadero e incondicional es el aval de vuestro establecimiento en la Eternidad, sin demora, sin confusión y, con soltura.

Dondequiera que estéis sobre esta tierra, de la misma manera que el 8 de marzo ha sido anunciado, por la santa tri-Unidad, la realidad del mecanismo ascensional, por el aumento de lo que llamáis la vibración Cósmica, la respuesta de la Tierra ha permitido efectivamente de activar el proceso ascensional en si. El conjunto de las condiciones previas a los momentos que vivís han sido cumplidos tales como han sido anunciados por múltiples voces.

En cada uno de vuestros gestos, y en cada uno de vuestros hechos que tenéis a vivir, os es recordada vuestra Eternidad. Cualquiera que sea la alegría, lo repito, cualquiera que sea el sufrimiento, eso sólo pasa, sólo se queda y quedará lo que es verdadero. No existirá pronto sobre esta tierra ningún espacio donde sustraerse a la Luz Una, no hay nada a que huir. Recordad también, de que no hay nada a salvar respecto al efímero. Estáis aquí sobre la tierra – cualquiera que haya sido la duración de vuestras múltiples encarnaciones –, de paso. La Tierra no es vuestra morada. La Tierra podía haber sido una morada, cuando nuestra Madre la sembró.

Hoy, vais a descubrir y de manera extremadamente rápida, la Verdad que no necesita de ninguna palabra, de ninguna historia, de ninguna pregunta, y que cada uno de vosotros, sólo puede reconocer, cualquiera que sea el emplazamiento anterior de su conciencia. Dejad pues el Fuego del Amor crecer en vosotros, dejad el Fuego Ígneo, revelar vuestro espíritu en su pureza original, en su pureza inicial, más allá de todo tiempo. El tiempo, tal como es vivido en encarnación sobre esta tierra, es un lugar de desgaste, donde el tiempo que pasa implica y arrastra una disolución de las formas que llamáis la muerte. En Espíritu y en Verdad, nunca habéis nacido como nunca habéis muerto, sólo los velos de la ilusión os hicieron adherir, y vivir las consecuencias.

Recordad lo que he dicho: «Nadie puede penetrar el Reino de los cielos si no vuelve a ser como un niño, inocente y espontáneo». Entonces estáis invitados, cualesquiera que sean vuestras obligaciones efímeras, que no representan nada al nivel de la Eternidad, a dejar esta inocencia, esta Alegría, esta Infancia expresarse a través vuestro. No limitéis nada, no busquéis nada, estad simplemente allí, en el corazón del Corazón, presentes unos con otros, en el Silencio.

No necesitáis para eso de estar al lado o cerca, necesitáis simplemente de ser íntegramente, no la persona y la historia que vivís, sino esta Eternidad que algunos de entre vosotros han vislumbrado o vivido. Nadie podrá mantenerse en la tibieza, nadie podrá estar indeciso, estad seguros de ello, porque esto está a vuestra puerta, y tendréis la oportunidad de vivirlo y de verificar la verdad.

El reino del Amor y el reino de la Eternidad, están a vuestro encuentro. Recordad también que aquel que querrá salvar su vida efímera la perderá, a fin de descubrir la verdad de la Eternidad. Vengo a zanjar lo que debe ser zanjado, y recordad que vuestro único juez, es vosotros-mismos. ¿Pero cuando vivís vuestro Eternidad, qué juicio puede ser llevado a este efímero que desaparece? No perdáis el tiempo, id a lo esencial, directamente en la Verdad, directamente en la Paz. Estad seguros que si dais un paso hacia mí, yo daré tres hacia vosotros y eso, de manera instantánea.

Recordad de que no he sido solamente el personaje histórico, sino que soy ante todo vuestra fiel imagen, habiendo como vosotros sufrido esta ignominia de este mundo, de este mundo de perdición y de ilusión, cualquiera que sea la belleza que se puede vivir cuando se la vive. Es hoy indispensable y esencial reencontraros en totalidad, y recordad que nada, en el seno de la historia de vuestra persona, como nada, en el seno de las experiencias vividas durante todos estos años, o desde vuestro nacimiento, o desde numerosas vidas, no se puede sostener delante de la Verdad.

Sed humildes y amables con cada uno. Recordad lo que he dicho: «Lo que hacéis a los más pequeños de entre vosotros,  es entonces a mí que lo hacéis». Es lo que descubrís ahora los que ejercieron la predación al  encuentro, en cualquier nivel que sea.

Recordad  que sólo hay dos leyes: la acción-reacción, o la acción de Gracia. A vosotros de escoger, pero no podéis mantener vuestro libre albedrío y ser Libres al mismo tiempo. La Libertad no tiene nada que hacer de vuestros conceptos, a la Libertad y a la Verdad no le interesan vuestras experiencias, la Libertad y la Verdad son lo que Sois, de siempre.

- El resto sólo representa experiencias felices, o desafortunadas en esta tierra. -

La revelación de vuestros linajes, la revelación de la historia ocultada de la Tierra han sido un fantástico respaldo, permitiéndoos liberaros hasta un cierto punto. Es hora en lo sucesivo de liberaros totalmente, y de reencontraros aquí-mismo, en vuestra carne, en estos días reducidos por la voluntad de la Fuente, para manifestar, expresar y concienciar la verdad del Amor. Esto debe volverse y ser, vuestra única preocupación mental, emocional, afectiva o social.

Entonces, vais a ser impulsados a hablar como nunca, como fue el caso durante la Pentecostés por los apóstoles. Sois los sucesores de los doce apóstoles originales, y hablaréis en lenguas, y vuestra lengua sólo hablará el Verbo del Amor. Todo el resto se borrará delante la potencia de este Verbo, a condición de vivirlo en humildad, en sencillez, en la vía de la Infancia, y de la inocencia.

Hoy, os digo, los tiempos se han cumplidos. Hoy, os digo; « Paz en vosotros ». La Verdad emerge finalmente en su sencillez y en su gloria. Que vuestras miradas, vuestras palabras, vuestros actos, vuestros pensamientos, vuestras ocupaciones, vuestras actividades, sean todos tomados de la misma verdad, de la misma belleza y del mismo amor, a fin de que puedan declamar por vuestra presencia en el seno del Verbo: «Soy el Camino, la Verdad y la Vida, Soy la Eternidad».

En la última Gracia de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, en estos próximos días, os queda a actualizar esto, a estar conforme a vuestra eternidad y a la verdad del Amor. Ninguna otra preocupación encontrará lugar de expresión en el seno de vuestra conciencia, de vuestro cuerpo, como de vuestro Corazón. El Amor incondicional y eterno toma todo el espacio, toma todo el tiempo y posesión de vuestro cuerpo. Os incumbe decir “Sí'. Os pertenece, por un acto de sacrificio, de valentía y de simplicidad, de entregaros a esta eternidad, que la conocías, la vivías, o aún no.

Cualquiera que haya sido vuestro camino durante esta vida, y más particularmente en el curso de estos treinta y tres últimos años, hoy es un día nuevo, sin igual. Los signos visibles, que sean sobre la tierra, o en los cielos, que sea en el seno de vuestros hermanos presentes y hermanas en vuestro entorno, vendrán a consolidar la verdad del Amor. La verdad del Amor será además la única solución a todo lo que sucede, desde ahora en adelante, sobre esta tierra.

El conjunto de los que llamáis los pueblos de la naturaleza finalizó su misión y la concluyó, del mismo modo que concluís vuestro efímero para dejar lugar a la eternidad del Amor, a la realeza de esta Eternidad.

Entonces, lo repito por cuarta vez: « Paz sobre vosotros, Paz en vosotros ».

La Gracia os acompaña y la Verdad es vuestro estandarte, el Amor es vuestro os, vuestra mirada, y la Luz de los mundos. No os dejéis entorpecer por todo lo que no es instante presente, no os dejéis abrumar por cualquier temor de un cualquier futuro, porque no hay futuro en la Eternidad, sólo existe como sabéis y que, tal vez lo vivís, que el instante presente, en su belleza, en su magnificencia y en su verdad. No necesitáis de ningún plan, de ninguna estrategia, de ninguna elaboración de cualquier plan, simplemente necesitáis ser auténticos y ser lo que Sois, más allá de toda apariencia, de todo sufrimiento, o de todo deseo.

Entonces, me dirijo a vosotros, aquí y en todas partes sobre esta tierra, como otras voces se elevarán, durante esta Semana Santa que se acerca, para expresar la misma cosa, a saber de qué los tiempos están cumplidos y que el tiempo de la Resurrección y de la Ascensión se celebra en este mismo momento.

La vida que vivís en el seno de lo efímero, puede efectivamente proponeros de sobrepasar y de vivir algunos obstáculos. Recordad que no podéis, por vosotros mismos sobrepasarlos, ni por cualquier conocimiento, sino únicamente por la verdad del Amor de lo que sois en Eternidad.

El único juicio es aquel del Cara a Cara, entre lo efímero y la Eternidad de cada uno de vosotros, mostrándoos a vosotros-mismos, según lo que decidáis, en vuestra alma y conciencia, cómo reaccionar, cómo asentir. Lo que se celebra en la pantalla de vuestra conciencia personal, en vuestro cuerpo como en vuestros pensamientos, sólo es su ilustración. No veáis allí nada más, no hay ni condena, ni castigo, ni cosas que reparar.

Vosotros que vivís una de las Coronas, vosotros que habéis, incluso con rechazo, leído nuestras intervenciones en estos momentos o en tiempos más lejanos, estáis preparados, diga lo que diga vuestra persona, lo que diga la sociedad y lo que diga vuestra vivencia.

Desde el instante en el que la última Gracia, que será revelada a vuestros ojos dentro de muy pocos días, no habrá ninguna duda sobre la realidad de que sois; que creáis en ello, que lo neguéis, o que lo viváis, o que no lo viváis, esto no cambiará nada. Bien evidentemente, después de la Llamada de nuestra Madre y después de los tres días de tinieblas por vivir, cada uno estará frente a su libertad, cada uno estará frente a lo que él pudo creer o crear, en el seno de esta Ilusión, pudiendo representar un peso, o al contrario, una ligereza.

La Luz no hace ninguna diferencia, como la luz del Sol, entre aquel que me ha reconocido y aquel que me dio la espalda. El karma pertenece a la Ilusión de este mundo y nadie puede conocerme, si no renace de nuevo, a fin de que vosotros también estéis sobre el mismo plano de amor y de igualdad. Os remito para eso a la parábola del hijo pródigo.

Las frases que pronuncié durante mi paso sobre esta tierra, son hoy de una actualidad que, yo calificaría de chillona, no la historia que ha sido construida por las religiones que se sirvieron de mi nombre y que me traicionaron, como lo he anunciado y expresado.

Vengo a reconstruir el templo de la Verdad y nada podrá oponerse, ninguna historia se podrá mantener delante de la majestad de la Eternidad. Estad seguros de ello, e id en paz. Dedicaos a vuestras ocupaciones cualesquiera que sean, pero guardad vuestro Corazón, velad y orad. Que todos vuestros actos, que todos vuestros pensamientos en este mismo momento y en los días venideros sean volcados exclusivamente hacia la primacía del Amor, mostrándoos en el otro lo que sois, nada más y nada menos.

Llamadme. Así como mi madre está presente para algunos a vuestro lado, desde hoy lo soy también de manera, diría yo, mucho más tangible que lo que pudisteis vivir, tal vez, en estos años pasados, y de manera mucho más tangible que lo que pudieron vivir aquellos que me imitaron, a los que llamáis santos. Sois también santos como ellos, sois el mismo Amor, y la misma Verdad. Sólo la expresión de esta Verdad, ha podido ser alterada por la primacía del Amor, de este mundo de privación.

Entonces permitídme, en este día de la Pasión, de transmitiros de manera colectiva y universal la verdad del Amor, la verdad de la Paz, la verdad de vuestra Eternidad.

No os dejéis más engañar de los melindres y de los lazos de este mundo, no seáis engañados más por el miedo, sed verdaderos, sed conmigo, sed con vosotros y sed semejantes hacia cada uno de vosotros con la misma intensidad y la misma verdad de Amor. Olvidad todo el resto, que pasa en este mismo momento. No valoréis nada, si no es la Verdad, soltad lo que la vida os hace soltar, sin miedo y sin pesares, porque os anuncio vuestra Resurrección, no en tiempos próximos, ni en vuestra revolución solar, sino desde ahora. Estad en paz porque os quiero, sed en paz porque sois la Paz y sois el Amor.

Nunca olvidéis esto y de todos modos, no podréis olvidarlo al momento llegado.

Quedemos en comunión algunos minutos, dondequiera que estéis sobre la tierra, en este día como en los días posteriores, en cuanto que habréis escuchado o leído lo que os anuncio en este día y en esta hora.


… Silencio…


Como dije hace dos mil años, lo podéis decir a su vez, sois la Luz del mundo, sois el Camino y la Verdad, la Vida, y sois Uno con el Padre, tal como dije. El momento es a esta revelación. No os pido de creerme, no os pido de adherir a mis palabras, ni de imitarme, sino de ser vosotros mismos lo que Sois, sin maquillaje ni rodeos, sin preguntas, con fe, con sinceridad. Entonces me dirigiré a vosotros incluso antes de la hora, en la que debo venir para zanjar de manera colectiva lo que debe ser zanjado.

… Silencio…


Os doy mi Paz y acojo vuestra Paz. Os doy el Perdón, como me dais el Perdón, a fin de que la Gracia y su majestad empapen cada fibra de vuestro efímero como de vuestra eternidad.

… Silencio…


Bendito sea el Eterno, bendita sea la Verdad, bendito sea el Amor. Sé bendito, mi hermana, mi hermano, estoy contigo en este final de los tiempos. Regocíjate, tú, resucitado en la gloria Eterna. Te amo. Ven a mí, ven hacia ti.

Sé bendito a cada minuto y a cada aliento en la Gracia del Amor y de la Verdad.

En el nombre de la Fuente, en nombre del Único, en nombre de la ley de Uno, dígnate recibir mis saludos y mis respetos, dignáos acogerme en la dicha del Espíritu resucitado.

… Silencio…


Os saludo, niños del Único, llenos de gracia, la Luz es con vosotros.

Sois bendecidos, cada uno del mismo modo, y el fruto de vuestro corazón es bendito.


… Silencio…


Soy Uno con cada uno.

Acoged la Luz de Cristo en Unidad y en Verdad.

Bendito seas en tu nuevo nacimiento, tú que nunca has nacido y que nunca has muerto.

Nuestra Madre va a detallarte, si puedo decirlo así, el guion que está escrito para este final de los tiempos, que mis profetas han anunciado y que vives en este día. Rindo gracias a tu escucha, a tu presencia, a tu lectura.

Bendito seas, Hijo del Uno, bendito seas, Amor encarnado.

… Silencio…


Te invito a mi Pasión, te invito a la verdadera Vida, y sobre todo te amo, más allá de la medida con la cual me amas, y sin embargo con el mismo Amor que todos juntos llevamos. Ha llegado ahora el momento de acallar mis palabras y de dejarte pasar a la acción, a la acción de Gracia, al estado de Gracia con el fin de que te conviertas, durante estos tiempos benditos, en la mismísima Gracia.

Te digo: « Hasta siempre en la Eternidad » te digo: « Hasta siempre en este instante ».

Estoy contigo hasta el final de los tiempos, estoy contigo para la Eternidad; así que alégrate, he venido a anunciarte la buena nueva. Te amo, los tiempos se han cumplido.

Hasta siempre.




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