viernes, 21 de abril de 2017

BIDI Parte 1 Allí donde lleves tu atención, la conciencia efímera te sigue. Abril 2017



BIDI Parte 1 Allí donde lleves tu atención, la conciencia efímera te sigue.  





Bueno, Bidi está con vosotros y vamos, en primer lugar, si queréis, a instalarnos en el silencio unos minutos.

…Silencio…


Estoy todavía con vosotros hoy, en vuestra densidad, para intercambiar. Especifico que, como de costumbre, hablo de la verdad que está detrás de la persona. Comencemos a intercambiar; escucho la primera pregunta.

Pregunta: Me he dado cuenta que ejerzo el control de mí mismo y de las personas que me rodean. Me gustaría abandonar estos viejos esquemas de funcionamiento. ¿Qué me aconseja?

Olvídate de ti mismo. Como digo a menudo, eso concierne a la persona. La mejor solución no es ni será mejorar nada dentro de la persona porque eso afectará siempre a la misma persona y, por tanto, a lo efímero. Sitúate en el corazón del Corazón y no te preocupes de nada más. Dedícate a tus ocupaciones, ocúpate de tu cuerpo, nútrelo, pero no alimentes nada más. Colócate en el observador, desaparece de esos patrones, como dices, no tienes otra forma de llegar a ello por ti mismo. Allí donde llevas tu conciencia sobre una resistencia, creas tú mismo una conciencia de resistencia y cuanto más reconozcas el problema, como dices, más notarás que está ahí, más lo mirarás y más presente se hará. No te ocupes de eso. Mira hacia ti, donde no hay nadie y, entonces, no habrá ninguna razón de tratar de controlar nada. Tú buscas todavía vivir tu vida con sus placeres y disgustos, pero no dejas espacio para la espontaneidad.

Al colocarte en la espontaneidad, no dejas aparecer ninguna resistencia; eso ya se dijo. Yo te lo repito en la forma en que lo han expresado otros intervinientes; hay que comprender, saber y vivir lo siguiente: mientras creas vivir tu vida, no estás disponible para la Vida. Ejercer un control es indispensable dentro de la materia, para hacer funcionar la materia, ahí sí; pero todo lo relacionado con los comportamientos y tu esfera psíquica no tiene ningún interés que sea controlado. Desvía tu conciencia de lo que eres consciente y toma conciencia de lo que no es tu persona; es la única solución posible que permanecerá. Todo lo demás no serán más que parches, porque se trata de automatismos que no se puede controlar en tu consciente ordinario.

Todo esfuerzo que se haga para superarlo, no hará más que reforzarlo. Hace falta ver eso como algo que no te pertenece, como algo pasajero. El exceso de control, como dices, es una dificultad inherente para poder colocarse en el instante presente que no depende del pasado ni de ninguna referencia al pasado. Aceptando, como dices, este principio del exceso de control, te darás cuenta que no es tu persona la que puede deshacerse de ello, sino justamente, la desaparición de la persona y, por tanto, de la historia. Haz esto por etapas, utilizando los medios que sean, pero desde el momento en que te desvíes de tu propio personaje no habrá ninguna razón para que tu conciencia caiga en esta emboscada.

Después de ver estas cosas, no es necesario ni deseable, explorar tu pasado. Cuando esto suceda, puedes decirte que no estás en el momento presente, porque tu presente está condicionado por la experiencia pasada. Si aceptas eso, comprenderás que no hay ninguna razón de saber lo que es pasajero, aunque sea muy a menudo. Lo tomas cada vez, esperando controlar tu propio control. Date cuenta de la estupidez de tal conducta. Querer poner fin al control es querer controlar algo para hacer desaparecer el control. Esto solo puede convertirse en un bucle y no ofrece ningún espacio de resolución o solución. Acepta este principio y comprueba por ti mismo, dejando pasar eso, lo que se produce entonces. Te diría de otra forma: elimina la necesidad de controlar el control.
¿Quién controla algo? ¿Quién controla a alguien? ¿Es tu persona la que controla lo que eres, lo que tienes, sin controlar lo que se ve?

Por tanto, es un error básico de posicionamiento. Creer por ti mismo que vas a poder, dentro de la persona, es posible, pero creer que vas a poder con la espiritualidad, con la energía, a deshacerte de ello, es imposible, sobre todo cuando lo has visto. No es porque lo hayas visto, en este caso, eso debe desaparecer porque te olvidas que una vez visto, eso debe ser atravesado. Eso no quiere decir detener lo que se ve, sino dejarlo aparecer, no hacer nada y dejarlo desaparecer. Es este esquema el que arrastra a tu conciencia, primero a la atención y que te sugiere encontrar una solución en la persona, mientras que es la persona la que lo ha creado, aunque sea inconsciente de ello.
¿Ves lo inútil de eso? No trabajes sobre el control, sino sobre el abandono. Todo control sea el que sea, es una falta de abandono a la Inteligencia de la Vida, a la Inteligencia de la Luz. Todo lo que te preocupa en este caso, concierne a la persona, pero no a ti.

La mejor de las soluciones, el mejor de los consejos en este caso, es justamente no dirigir la atención sobre ello. Vuélvete hacia ti, deja pasar lo que emerja, aunque pase a menudo, no te enganches a ello, no te pares ahí, no trates de comprenderlo. Es así como verás desaparecer este problema, habrá como un descuelgue que te permitirá ver con más lucidez, pero no apoderándote de ello como si cogieras un objeto para analizarlo, sino para mirar ese objeto que sólo afecta a lo que es pasajero y que si no estás interesado en ello va a desaparecer porque se ha visto, pero debe atravesarse. Atravesar no quiere decir interesarse en ello, quiere decir ver y dejar ser la Vida. Haz esto.

Otra pregunta.

Pregunta: Desde hace unos años he soltado ciertas cosas, pero no sé cuándo ni cómo. ¿Qué hacer para ser consciente de saber cómo soltar?

Repite la pregunta porque hay una contradicción en ella.

Pregunta: Desde hace unos años, he soltado ciertas cosas, pero no sé ni cuándo ni cómo…

¿Qué importancia tiene? Es pasado. Sigue.

Pregunta: ¿Qué hacer para ser consciente de saber cómo soltar?

Pero no hay que ser consciente de saber
cómo soltar, porque eso concierne a la persona. Lo que me preguntas es de la persona. Una vez más, deja a la persona, deja de querer saber. Todo lo que sabes te posee, todo lo que tienes, te tiene. Allí donde lleves tu atención, la conciencia efímera te sigue. La voluntad no puede hacer nada en esta historia, porque eso mantiene a la persona. En tanto queráis oponeros a cualquier manifestación de la persona, feliz o desgraciada, estáis atrapados, os identificáis a la persona y no a lo que sois.

El tiempo os muestra ahora que no podéis controlar nada, que no podéis decidir nada y es eso lo que la persona quiere haceros creer. El final de Kali Yuga está inscrito como la certeza de vuestra muerte al final de vuestra vida. No os ocupéis de lo efímero, administrad vuestra vida efímera en lo que afecta a lo efímero, pero desde que toca a la conciencia, hay que cambiar de postura, hay que cambiar de razonamiento, hay que cambiar de actitud y es muy fácil. Dejad de querer saber cosas que son pasajeras, vosotros no sois lo que pasa, no lo seréis nunca. Es una identificación ilusoria a la Ilusión, no hay ninguna verdad en ello.

Este tipo de preguntas muestra simplemente que la persona quiere saber de ella misma y que ella no tiene nada relacionado con el Espíritu en ella; es siempre el juego de la personalidad que trata de mejorarse, de beneficiarse, de no sufrir, pero el fin definitivo del sufrimiento, no está nunca en la persona, es precisamente cuando no hay persona.
¿Es que no vais a entender de una vez por todas esto: vosotros…no sois…este…cuerpo?

Os lo dije la última vez, vosotros no sois lo que pasa, vosotros sois eternos. Dejad de identificaros. Necesitáis plantear esto como un postulado, como una certeza, incluso creencia si queréis, es la única forma de poner fin a las ideas, de creer que podéis regular algo. Vuestro cuerpo no tiene necesidad de vosotros, necesita que le deis una buena alimentación y es todo. No tenéis que ocuparos de vuestra persona, solo tenéis que verificar, desde la posición de testigo, que todo se desarrolla normalmente, pero no podéis cambiar el equilibrio que hay. Desde el momento en que interfiráis, vuestra conciencia efímera está enganchada, está arrastrada a las divagaciones de la persona en la causalidad, en la dualidad, en la acción-reacción. Mientras os adhiráis a eso, no podéis ser libres.

Comprended eso y vividlo, sobre todo. Es siempre atractivo para la persona, comprender, pero no se necesita comprensión, excepto por un cirujano que tiene que saber los puntos de referencia, sino saber dónde os situáis vosotros en lo relativo al juego de la conciencia. Permaneced tranquilos. Cuando eso se produce en vosotros, la necesidad de controlar, la necesidad de dirigir lo que sea, en lo relativo al Espíritu o a la persona, abandonad toda veleidad de acción. Preguntaos, mirad, dejaos atravesar; son palabras simples. El mental no puede intervenir cuando os conducís así. Lo veo, lo comprendo o no lo comprendo
(eso no cambia nada) y dejo que lo que ha aparecido se aleje, pero si pongo en ello la conciencia efímera, se ha terminado, eso no puede irse.

Eso de lo que hablo, como punto de vista o emplazamiento de la conciencia, no tiene nada que ver con
dar vuestro punto de vista, es cambiar de perspectiva. Aceptad que no sois el cuerpo, como dije la última vez, y veréis. El ego es muy maligno y os hace creer que podéis mejorar todo, solucionar todo, sea cual sea la técnica, y de golpe, os olvidáis de lo que sois y refunfuñáis porque no estáis en la paz. Pero no hay ningún medio de encontrar la paz, así. Es una paz de pacotilla, una satisfacción del ego, pero eso no dura nunca. Si queréis estar en paz en permanencia, mirad lo que sois y no las anomalías de la persona o de la conciencia ordinaria. Conciliad el sueño. No tenéis necesidad de agarrar lo que se ve -sobre todo cuando se ve-, solo atravesarlo.

Por supuesto, si está inscrito en la estructura, podéis utilizar lo que queráis, guijarros, oraciones, cultos, devociones, pero se trata todavía de los juegos de la persona. La única Paz eterna se encuentra en vosotros y no depende de vosotros, es lo que sois. Es el personaje el que os arrastra en esos momentos en que no hay paz, en los momentos en que tenéis necesidad de comprender. Comprender es agarrar.
¿Cómo queréis soltar algo si tenéis la pretensión, incluso sutil de querer agarrar algo? Reforzáis la identificación a la persona y a la historia. Es muy simple.

Por otra parte, todo lo que decís que os pertenece,
¿sois vosotros? El hecho de decir: eso me pertenece, mi cuerpo, mi coche, mi casa, mi mujer, prueba que eso no sois vosotros; es muy simple. No se necesita buscar palabras en hindú o en lenguas exóticas: la simple lengua corriente, vuestra lengua, os basta para demostrar eso. ¿Cuál es la anomalía que hace que cuando decís mi cuerpo, mi mujer, mi perro, mi coche os identifiquéis a eso? Vosotros no sois ni vuestro cuerpo ni vuestro perro. El simple hecho de decir mi, prueba que ponéis una distancia con la Verdad.

Continuemos.

Pregunta: Desde el comienzo de esta vida, no sé a lo que aspiro y cojo todas las muletas. Por otro lado, sé que todo lo que debe llegar, llegará hagamos lo que hagamos. Estoy dividido entre los dos, ¿qué hacer?

¿Es que la persona que ha planteado esta pregunta, comprende lo que quiere decir? Ella me pregunta cómo hacer algo que ella sabe pertinentemente que no es posible hacer. Es decir, por un lado, hay una proposición: he comprendido que no soy eso, pero “¿cómo puedo hacer eso?” ¿Veis algo? No es espiritual, es el buen sentido. Desde que habéis visto, no vuestra estupidez sino la estupidez de lo que se ha planteado, sois libres. Es necesario llegar a ese choque de ver la ineptitud, para reconocer que no podéis cambiar nada y me preguntáis cómo hacer para cambiarlo. Pero, ¿de qué cambio trata la pregunta? No hay necesidad de cambiar, necesitáis estar aquí. No es necesario mover nada, desplazar nada, comprender nada.

La solución está aquí en este momento. Es la persona la que hace pantalla, es la historia la que os impide ser lo que sois. No hay nada que hacer si no es la vida ordinaria, sobre lo que sois; hay que ser, justamente. No hay
yo, no hay palabras, no hay tuyo. No hay nadie, hay Eternidad, la Alegría Eterna. La persona obstaculiza la Alegría, obstaculiza la Paz, es ella la que os tortura, pero no sois esa persona. Dejad de identificaros a este cuerpo, a esta persona, a esta historia, a esta vida, Vosotros sois la Vida.

Todo lo que pertenece al mundo de las formas, sean las que sean, no es verdadero; es algo pasajero, son juegos. Preguntaos allí donde estéis, qué llega a la pantalla de vuestra conciencia, sean los que sean los problemas, no preguntéis
qué hacer, sino cómo ser. Superad la causalidad, superad la acción-reacción de este mundo. Vosotros no sois de este mundo. ¿Cuántos santos hay que lo han dicho? ¿Cuál es el maestro? ¿Vuestra historia, vuestra persona, vuestro karma o la libertad de lo que sois?

Vosotros no tenéis que buscar la Libertad en ninguna parte haciendo lo que sea, Está ya aquí. Pero,
¿cómo queréis verlo, vivirlo, apreciarlo, si estáis pensando en vuestras llagas, en vuestros dolores, en vuestra conciencia, en la liberación o en lo que sea? Es una inepcia. Descubrir lo que sois no es agarrarse a lo que sea, ni a ideas, ni a conceptos ni a pertenencias. Vosotros no sois ni un hombre, ni una mujer, ni un hindú, ni un oriental, ni un occidental porque desde que vosotros os definís a través de una forma, una cultura u otra cosa, sois muy violentos, porque excluís todo lo demás y os encerráis en vuestra persona.

Tan pronto como ponéis una etiqueta sobre vosotros, podéis hacerlo por supuesto si sois un médico, sois un médico, si sois un arquitecto, sois un arquitecto, y hacéis lo que tenéis que hacer, pero eso no concierne a la Eternidad. Si la pregunta se plantea con relación a la Eternidad, al Parabrahman, entonces podad todo lo demás, olvidad todo lo demás porque no tiene ninguna importancia. Por supuesto, vosotros estáis obligados a jugar el juego; habéis llegado un día y os iréis de nuevo otro día y entre tanto, la disposición de los elementos, de los alimentos se os mostrarán y se os manifestarán según ciertas condiciones, pero todo eso no os concierne. Hacedlo porque estáis ahí y es todo. No hay ninguna solución para todo eso. Eso no quiere decir que no haya que hacerlo, pero no podéis
ser nunca en ese hacer.

Tened en cuenta que la persona trata siempre de agarrarse, como se ha dicho, a muletas, a historias, a certezas, a proyecciones, a ideas, a conceptos, a emociones. Todo eso es móvil como el nacimiento termina por la muerte; no hay nada eterno ahí. En otro espacio tiempo o más allá de todo espacio y de todo tiempo, eso no tiene ninguna importancia. Pero recordad que nosotros estamos aquí, hemos llegado, hemos perdido la memoria que teníamos antes de nacer. Nadie recuerda y lo que
recuerda no está en el pasado, es una interrogación que calificaría de metafísica y que es la única cuestión válida: “¿Quién soy yo?”

Yo no soy nada de lo que pasa, ni mi cuerpo, ni mi forma, ni mis ideas, ni mi vida, ni mi karma, ni el fin del mundo, ni el fin de lo que sea. Vosotros no tenéis ni principio ni fin. Ved eso, vividlo en vuestro cuerpo, Es vuestro cuerpo, pero no sois vosotros. Al coche, le ponéis gasolina, lo mantenéis, hacéis lo mismo con vuestro cuerpo y eso basta. No os agarréis a lo que pasa. Esto os afecta, ciertamente, pero,
¿por qué os afecta? Es porque estáis identificados a ello. Nada más y nada menos.

No hay ni culpabilidad, ni remordimientos, ni placer que tener. Vosotros veis que la Paz no puede instalarse mientras estéis preocupados por vuestra historia. El Jnani no está liberado por la historia; él asume la historia, pero se mantiene tranquilo, pase lo que pase, porque ni está en el hacer, aunque lo haga; él está en el ser eterno y en el
no ser al mismo tiempo. Eso no quiere decir que no tenga sufrimientos, que no tenga problemas, pero eso se resuelve al nivel en el que estáis sin mezclar el Espíritu en eso.

Hay un error fundamental de identidad y de identificación en todo el mundo y mientras eso exista, no podéis estar tranquilos. No hay ninguna fuente de tranquilidad, solo satisfacciones efímeras que alternan y oscilan permanentemente entre la alegría y el dolor. Así que ninguna alegría dura, es ficticia es de cartón piedra. Eso no tiene ninguna sustancia, eso no reenvía más que a la causalidad, que como veis, es infinita mientras el proceso no se detenga de una manera o de otra. Vosotros estáis atrapados unos en los otros, en los sueños de los demás o en las pesadillas de los demás y encontráis una satisfacción porque comparáis la historia de uno con la historia del otro.

Tenéis simpatías, atracciones y toda vuestra vida se pasa en ese juego de escena de teatro sin veros nunca como observadores.
¿Cómo queréis ver que el teatro no existe? Estáis atrapados y reivindicáis la Libertad y la Paz, pero jugando el juego de la prisión. Abandonad toda pretensión. Como se ha dicho, lo que debe llegar, llegará, se haga lo que se haga; entonces, ¿por qué fatigarse? Fatigáos por ganar vuestra vida, fatigáos por responder a los imperativos de este mundo y es todo. En lo que os concierne, no hay nada que hacer, nada que encontrar. La solución está en vosotros y siempre ha estado allí. Solo vuestra mirada os dirige a otra parte, es la trampa.

En este período, tenéis más oportunidades que nunca, de ver la realidad detrás de las apariencias, bien sea en las otras dimensiones, bien sea por las vibraciones y continuáis volviendo a llevar todo a vosotros.
¿Veis el error o no? Y así, aunque lo sabéis este reflejo está tan arraigado que se reproduce cada minuto de vuestra vida. Ocupaos de lo que os pertenece por supuesto, aunque solo sea vuestro cuerpo que no sois vosotros. Es un vehículo en todos los sentidos del término que está constituido de elementos y vuestra conciencia también mientras habláis dentro de la persona. El día en que los elementos se desmoronen, es la muerte, pero, ¿sois vosotros los que morís? No, porque es el vehículo el que muere.

Tenéis tal identificación a vuestra historia y a vuestra persona que hoy, en esta edad de sombra no se puede considerar o conceptualizar otra cosa. Entonces, por supuesto, el occidental está tranquilizado con el karma, pero el karma solo concierne a la persona, no concierne a lo que sois. Dejad de pensar como una secuencia de acontecimientos causales, de acciones-reacciones y de lógica. Vosotros no sois eso; no lo seréis nunca. Así que se trata de un error de identidad, vosotros no tenéis identidad, estáis más allá de toda forma, más allá de toda conciencia. Es eso lo que necesitáis vivir, es eso lo que sois. Lo queráis o no, lo veáis o no, eso no cambia nada.

Si a menudo he tomado el ejemplo, y todos los Satgurus han tomado el mismo ejemplo, se trata de la analogía entre el Parabrahman y el sueño. Cuando os dormís,
¿es que tenéis un cuerpo si no es la costumbre al despertaros que os hace decir que tenéis un cuerpo? Pero, ¿estáis seguros de despertaros? Vosotros no os planteáis la pregunta durante la noche. El Parabrahman es eso. No hay mundo, no hay forma, no hay yo ni incluso el Sí. No hay conceptos, no hay distancia, ni tiempo, ni espacio, nada es identificable. Vivir eso, reconocer eso, procura la paz del cuerpo, la paz de la conciencia efímera y la paz de la vida y no es una paz pasajera, es una paz eterna. Entonces vosotros ponéis fin al enigma; no hay otro medio ni otra técnica para poner fin al enigma.

Sean cuales sean las historias, incluso la más auténtica, el principio del encerramiento, independientemente de los hechos cósmicos que han sucedido, no lo niego, pero la problemática es siempre la misma. Digo simplemente que eso concierne a la persona, pero no a lo que sois. Es un problema de identidad, de identificación, todo viene de ahí y el sufrimiento sólo puede venir de ahí. Sea cual sea el sufrimiento del cuerpo, el sufrimiento del mental, el sufrimiento psicológico o cualquier otro sufrimiento, es un problema de identificación. No digo que neguéis el sufrimiento cuando está ahí, pero si acompañáis al sufrimiento, no sois libres, no sois vosotros mismos, jugáis el juego de la persona.

Por supuesto, hay que mantener el vehículo, pero eso no debe arrastrar lo que sois, sólo seréis vosotros mismos en el corazón del Corazón. Cuando seáis vosotros mismos, la vida pasa, los conceptos pueden aparecer, pero no son detenidos, lo mismo que con las ideas. Todos los recuerdos son entonces superfluos, salvo los hábitos necesarios para conducir un vehículo o este cuerpo ahí donde debe haber reglas. Es como si conduciendo vuestro vehículo, estáis con los dos pies en el freno y os quejáis que el coche no se mueve o aceleráis, pero no tenéis la velocidad. Ya veis cómo os comportáis o cómo nos comportamos cuando no somos libres.

Entonces, por supuesto, sé que hay una historia particular que se termina y todo lo que queréis es que hace falta resolverlo ahora. Desde luego tendréis ayudas, pero sean las que sean las ayudas sois siempre vosotros los que decidís, no dentro del personaje histórico, no dentro de este cuerpo, sino vosotros de verdad.
¿Veis la diferencia?
Continuemos.

Pregunta: ¿Puede hablarnos del último abandono de la persona?

El abandono definitivo de la persona es un momento identificable entre todos porque ahí reconoceréis un antes y un después. Desde luego, no hay pasaje; eso siempre ha estado ahí, pero en los primeros momentos os decís:
hay un antes y un después y después concienciaréis que eso ha estado siempre allí; erais vosotros los que no estabais ahí. Vosotros habéis estado siempre allí, pero que habéis estado distraídos por la historia, por el juego, hasta tal punto que ese juego defectuoso os ha hecho creer que jugándolo ibais a encontrar el nirvana, pero podéis jugar más tiempo. ¿Veis lo que quiero decir y por qué lo digo? El abandono definitivo es lo que algunos han llamado el sacrifico. No tenéis que flagelaros, no tenéis que crucificaros, se trata de una crucifixión interior. Dejad vuestro cuerpo tranquilo, dejad vuestros pensamientos aparecer y desaparecer, no os agarréis a ningún concepto, a ninguna idea. Vaciad todo.

Como Cristo os ha dicho, mantened limpia vuestra casa, eso,
¿qué quiere decir? ¿Es que si la casa no está limpia Cristo puede entrar? No. Vosotros mantenéis vuestras maletas, vuestros karmas, vuestras posesiones. No digo que no debáis tener nada. Sino que lo veáis como lo que son, objetos, vuestro cuerpo como una bolsa de alimentos, nada más, y os identificáis permanentemente a lo que es pasajero: el nacimiento, la muerte, festejáis los aniversarios, festejáis, en cierto sentido, los decesos, los nacimientos, las bodas, los divorcios, pero daos cuenta de la estupidez de esas convenciones afectivas, morales, sociales. Os ilusionáis unos a otros. Es una pesadilla colectiva.

La Vida no es eso, vosotros lo sabéis a través de vuestros contactos, de lo que experimentáis. Cuando os encontráis frente al Amor, sabéis que es verdad, no tenéis necesidad del concepto sobre lo que es el Amor, no tenéis necesidad de la idea sobre lo que es el Amor, sin eso, no hay Amor. Lo hay cuando lo vivís cuando reconocéis este Amor sin condiciones, sin nadie, donde se tiene la impresión de sumergirse en el otro, en el universo, en los ojos de un dragón, en el corazón de un hermano o de una hermana. En ese momento os olvidáis de vosotros porque si nace el Amor, no hay deseo de poseer, no hay más que un reconocimiento, una reconexión a la Eternidad, es todo. Y toda experiencia es pasajera, aunque algunas experiencias son susceptibles de socavar estas creencias falseadas, estas ideas y estos conceptos a los que os adherís, el concepto y la idea de ser una persona, de ser el resultado de un karma. Eso se refiere a la persona, al vehículo que desaparecerá también.

Volveos al interior, es el único movimiento posible. Por supuesto hay muchas palabras, en todas las lenguas, en todas las tradiciones, pero es siempre lo mismo. Mirad los sufíes, ellos se vuelven hacia sí mismos para olvidar, para ver por sí mismos que no son el cuerpo; se sirven del cuerpo para eso, pero están perfectamente lúcidos, en un momento dado, de no ser ya este cuerpo; ellos son la Luz auténtica, la Morada de la Paz Suprema. En ese momento veis la verdadera Vida y estáis realmente vivos. De lo contrario, el resto del tiempo, lo vivís en la Ilusión.
¿Cómo queréis ser lo que sois, en ese caso? El Amor no se acomoda a ninguna condición, a ninguna circunstancia, a ninguna suposición y, sobre todo, a ninguna proyección. El Amor auténtico está solamente en el instante presente eterno que es independiente de vuestra forma, de vuestra edad, de vuestra función, de vuestros deseos o de lo que sea.

Lo más importante, cuando los conceptos surgen de pronto, las ideas, los problemas, es que hagáis silencio, que no busquéis nada, que no os opongáis. Si eso se manifiesta, eso es pasajero y si vuestra vida es la que pasa,
¿qué importa? Creéis perder algo cuando perdéis un amor, cuando perdéis algo, pero de hecho sois vosotros los que estáis perdidos porque dais valor a lo que no es eterno, eso solo puede conducir a la satisfacción inmediata, pero nunca a la Paz Eterna. Como veis, sean cuales sean los placeres, sean cuales sean las satisfacciones, sean cuales sean los honores o el dinero, no hay una solución ahí, sólo estrategias de defensa y de miedo, de adhesión a los sueños de los demás.

…Silencio…


Otra pregunta

Pregunta: Cuando se dice: Padre, en tus manos entrego mi Espíritu, ¿se trata de una forma de evocar el Absoluto en tanto que Padre?

Pero desde que hay un calificativo, cuando decís
Padre, como cuando decís Krishna, estáis ya en una forma y en una historia. No podéis apoyaros sobre nada de lo que es conocido como concepto, como historia, como emoción, como sentimiento, para encontrar la Verdad. Es todavía un razonamiento analógico donde buscáis correspondencias, afinidades, pero eso no puede ser la Verdad. Vosotros buscáis tranquilizaros identificando al Absoluto con Cristo, con Krishna, con el Padre, pero eso es todavía una manifestación. Id más allá de toda manifestación. ¿Qué sois antes de la manifestación?, ¿dónde estabais antes de nacer? Buscad en vosotros cuando aparece el primer momento, en vuestra infancia, cuando habéis tenido el sentimiento de ser una persona.

En primer lugar, vuestra madre os ha dado un nombre, se os ha habituado a ese nombre y se os ha persuadido que sois ese nombre. Además, cuando se os pregunta cómo os llamáis, dais vuestro nombre y apellido y os identificáis a eso. Pero desde que sois nombrados, estáis en la manifestación, eso os concierne a vosotros, como el Padre, como la Fuente, como el Absoluto. El Absoluto no puede ser definido, es el único concepto sobre el que no podéis añadir nada. Mientras busquéis hacer una correspondencia, una correlación, una superposición, estáis en el error.

Vosotros buscáis todavía conceptos. Esta pregunta refleja una búsqueda de conceptos, la necesidad de seguridad a través de conceptos para aferraros a algo. Vedlo claramente. El Absoluto no es el Padre, ni la Madre. El Absoluto no comprende elementos, ni formas y todavía menos, ideas y conceptos, ni incluso la Luz y es, por tanto, la base del Amor, la base de la manifestación, sea la que sea, la vuestra como la del Padre, como la de Cristo, como la de krishna. Todo eso son historias. Todo lo que está sumido en el tiempo, no es verdad, todo lo que está sumido en el espacio, no es verdadero. Es una realidad parcial, relativa, no es la Verdad. Así que deja de querer conceptualizar, comparar, identificar el absoluto. Vívelo, sé lo que tú eres, sin ninguna referencia a ningún personaje glorioso, a ningún libro en el sentido que sea.

He venido a hacer tambalear vuestras pseudo certezas, quizá más que nunca. Así que, el Absoluto no es el Padre, el Absoluto no es la Madre, el Absoluto no puede ser nombrado ni definido por una forma, por una historia o por cualquier idea o concepto y es, por tanto, lo que sois. Así que dejad la identificación a todo lo demás, como el cuerpo, los conceptos, Cristo, Krishna. No he dicho que eso no exista, he dicho que no es la Verdad -eso no quiere decir que sea falso. Vosotros sois libres cuando todos los conceptos han desaparecido. Sois libres cuando observáis este personaje y no os dejáis engañar. Sois libres cuando aceptáis lo que la vida os da y os quita, sin cambiar lo que sois.

Por supuesto, si se os quita, os contraéis; si se os da, os abrís. No hablo de amor, sino de una manera general; es la naturaleza humana. Y si queréis ser plenamente humanos, no tengáis nada de eso porque la conciencia necesita ponerse a prueba ella misma. El Amor tiene que ser probado para manifestarse, pero vosotros no sois ninguna manifestación, sois anteriores a la manifestación, anteriores a toda materia, a toda dimensión. Así que cuando, en definitiva, aceptáis no ser nada, no por falsa humildad sino cuando veis concretamente eso, entonces, habréis dado el último paso, es decir, el Abandono definitivo. Sin humildad, sin simplicidad, sin sacrifico, no hay Libertad, no queda más que el libre albedrío y una sucesión de karmas, de placeres y de tristezas.

Así es la naturaleza humana, vosotros la veis y la vivís.
¿Qué espacio de paz definitiva puede haber ahí dentro si no es en los sueños ilusorios de creer que vais a mejorar un karma para ser mejores? Ponéis ya una distancia entre la Verdad y vosotros. ¿Cómo queréis encontrar la Verdad si ella ya está aquí? Mientras exista la menor búsqueda relativa al Espíritu, no podéis ser la Verdad. Toda búsqueda, sea la que sea, proviene del ego, del miedo a la muerte y nada más, independientemente de vuestras coartadas energéticas, vibracionales u otras. No os dejéis engañar.

Preguntaos. Preguntarse no quiere decir
hacer. Abandonar no quiere decir «querer abandonar» es simplemente «soltar». No sujetéis nada, sed responsables, autosuficientes, jugad los juegos sociales que la vida os pide que juguéis, pero no os dejéis engañar. Debéis ser capaces de quedar totalmente inmóviles, haga lo que haga vuestro cuerpo, hagan lo que hagan vuestros conceptos y vuestras ideas, pero también vuestras relaciones.

Todos los Satgurus os lo han dicho en su lenguaje, pero ellos os reenvían sistemáticamente a lo mismo. Mientras creáis organizar, mientras creáis regular, mientras creáis que vais a encontrar un día o en alguna parte, el Espíritu, estáis al lado de vosotros. La conciencia última es justamente estar liberado de todas las formas, de todas las ideas y de todos los conceptos. Consiste en verlos por lo que son, algo que tiene un principio y un fin, como vuestro cuerpo. Pero vosotros no habéis tenido nunca un principio ni tendréis nunca un fin y no necesitáis una dimensión, una forma, una historia o nada más. Debido al encerramiento de este mundo, no se puede tener una posición intermedia. O estáis en el ego, digáis lo digáis o viváis lo que viváis, o estáis en la Verdad. Y cuando sois la Verdad no emerge nada más. La Alegría es indeleble, el Amor es indeleble, es eterno, lo convierte en este cuerpo, en vuestro marido, en vuestro mundo.

Dejad de aferraros a lo que es falso. Eso no quiere decir ignorarlo, sino estar lúcidos. Así que os hemos hablado del Fuego, de los Fuegos. Sí, porque el Fuego quema todo. El Fuego es el primer Elemento antes que el Agua; es el Espíritu, justo después, viene el Agua. Nosotros tenemos lo mismo en la Bhagavad Gita que en la Biblia; tenéis lo mismo en el Corán y en los escritos gnósticos; tenéis lo mismo por todas partes, dicho de otra forma, con historias diferentes, pero la historia es el soporte de la Verdad, aunque no sea la Verdad.

Sabéis muy bien que Cristo dijo también:
Lo que ha nacido de la carne procede de la carne, lo que ha nacido del Agua y del Espíritu, procede del Espíritu. Una vez que habéis comprendido, que habéis atravesado eso, ¿qué queda de las creencias, las ilusiones, las suposiciones, las proyecciones, las historias? Vosotros sois libres, pero ya el hecho de enfrentarse a ser liberados os aleja de la Libertad que sois desde la Eternidad y así, de nuevo, os atrapáis a vosotros mismos y no escapáis a la acción-reacción, no lo veis. No podéis encontrar el yo soy, el , la Unidad, partiendo y apoyándoos en la dualidad.

Vosotros no sois ni esto ni aquello. Por supuesto, después descubriréis que sois también esto, pero esto es pasajero, esto no os concierne. No hay nada que ganar, nada que mejorar, nada que perder, nada que contemplar. El Corazón del ser, el corazón del Corazón, como decís, es la verdadera Libertad. No hay ninguna libertad en el libre albedrío de este mundo, no hay más que esclavitud, historias que dan vueltas, una esperanza que nunca será recompensada, porque no hay ninguna Eternidad allí. La única Verdad es lo que sois, no hay mundo, no hay Arcángeles, no hay Bidi. Es un juego que, al nivel de la densidad, puede aparecer como verdadero, pero al nivel de lo que sois no es nada porque es pasajero. Todo lo que pasa es falso, ya sea vuestra vida ya sea un sistema solar o lo que sea.

Luego, y esto se ha dicho, hay historias que están más próximas a la Verdad e historias que os arrastran fuera de la Verdad. Pero, en un momento dado, hay que ver que no hay historias; incluso las más cercanas a la Verdad no son la Verdad. La Verdad no puede ponerse en palabras, no puede estar organizada, no puede ser decidida; es inmutable y es lo que sois. El principio de la refutación, de la que ya hablé, es exactamente eso, Debéis estar seguros, sin hacer nada, por visión directa. Debéis tener la certeza que no sois este cuerpo, debéis tener la certeza que no sois esta historia, no por una creencia impuesta sino por el descubrimiento real de lo que es y no de lo que pasa o tenéis.

Tan pronto como utilicéis «yo» o «mi», ya estáis en la distancia. Vuestro cuerpo os pertenece como vuestro coche, pero nunca os vendrá la idea de identificaros a vuestro coche,
¿Por qué lo hacéis con vuestro cuerpo? Creáis sin parar, todos creamos continuamente las condiciones de nuestro compromiso, de nuestro encadenamiento, de nuestra falta de libertad. Es necesario ver eso.

Id también más allá de mis palabras, cualquiera sea su poder, no os paréis solamente en el sentido de las palabras. Dejadlas moverse.
¿Qué arriesgáis?, ¿qué os vale más? Valoráis a vuestra conciencia como la pulga valora a su perro. Eso os araña, os pica y nunca os tranquilizáis. Esa es la vida de la persona, en toda vida, en todo karma. Todo lo que pasa es sufrimiento, todo lo que es eterno es Alegría y no hay nada de eterno en este mundo, salvo vosotros.

Sigamos.

Pregunta: Usted ha aludido a un encuentro con personas que le habían conocido cuando vivía en la Tierra y le han dado las gracias.

No comprendo nada

Pregunta: Usted ha aludido a un encuentro con personas que le habían conocido cuando vivía en la Tierra y le han dado las gracias.

No siempre comprendo.
¿De qué personas se habla? ¿De ahora, de antes? ¿Cuándo estaba encarnado o qué?

Pregunta: Se trata de personas que conoció cuando estaba encarnado.

Pero,
¿dónde las he visto?, ¿aquí?

Pregunta: No, cuando se fue. Personas a las que usted echó de su vida y que después se lo agradecieron cuando tuvieron que hacer su transición.

De acuerdo, comprendo,
¿y entonces?

Pregunta: ¿Podría testimoniar su experiencia de la desencarnación de su conciencia y de su proceso hasta la desaparición en el Absoluto, aunque eso sea propio de cada uno?

No; es siempre la misma experiencia.
¿Por qué va a ser diferente si es eterna?, ¿por qué queréis que haya un escenario diferente para cada uno? Vosotros sois libres o no sois libres. Vosotros estáis atrapados por la identificación a la historia o no creéis en ninguna historia. La forma en que morís, condiciona todo. Así que, si vais con la idea del karma, tendréis karma. Si partís con la idea de ser imperfectos, regresaréis imperfectos. Si mantenéis algo, os impedirá ser libres. Es siempre el mismo proceso. El Jnani no está afectado por la muerte y la desaparición de la forma, porque ya había desaparecido. Es lo mismo con el coche; cuando se rompe, se cambia. ¡Ah! Nunca os llegaría la idea de ser el coche.

¿Por qué queréis que mi conciencia viva algo extraordinario, en el momento de mi partida en Mahasamadhi? Yo estoy identificado a mí mismo y hay un vehículo que se ha ido. Eso no altera en nada lo que soy, más allá de todo ser, de toda forma. ¿Por qué queréis tener elementos que ubicar en el momento de la muerte? Antes os lo he dicho: lo que tengáis en el momento de vuestra muerte, os tendrá y todavía mucho más, después. Por supuesto, las circunstancias son diferentes, pero repito incluso hoy, las condiciones de vuestra muerte determinan lo que seréis después. ¿Sois libres o no? Si estáis afectados con la idea de vuestra muerte, y no hablo del miedo a la muerte, ¿cómo queréis ser libres?

El miedo a la muerte no refleja más que el apego a la forma y vosotros construís historias, escenarios al final para hacer frente a la nada, para no entender la Verdad. Son historias que os contáis a vosotros mismos porque antes otros os han contado historias; entonces las habéis creído. Vosotros habéis creído conceptos, os habéis adherido a los conceptos tanto espirituales como materiales. Os creéis afectados por el karma, os creéis afectados por una relación, pero lo que sois no está afectado por nada y si lo veis estando encarnados, la desaparición de la carne y de la conciencia cuerpo y los alimentos, no cambia nada.

Cuando partís, no os importan nada ni el cuerpo, ni las ideas, ni los conceptos, ni las posesiones. El miedo a la muerte, la interrogación sobre la muerte, no es más que ignorancia y sustituís eso por guirnaldas de conocimientos. Leéis libros sobre cómo morir y además las tradiciones han escrito sobre ello. Pero,
¿estáis ya muertos en vida? Es eso el Liberado Viviente; él ya ha muerto, El cuerpo está aquí, pero él está allí. La conciencia ordinaria está aquí, pero está allí, ¿y entonces?, ¿es que eso cambia lo que soy? Todas las noches, el mundo desaparece. Todas las noches vuestra persona desaparece. ¿Por qué tenéis miedo de la desaparición de la muerte y no de la desaparición del sueño? Porque os dormís con la certeza de que eso va a volver a comenzar. ¿Y qué creéis al nivel espiritual? Suprimís el miedo a la muerte porque os decís que vais a volver. Y después pasáis vuestro tiempo tratando de liberaros de vuestro karma y no hacéis más que reforzarlo porque creéis en ello.

Es lo mismo para todas las religiones, sean las que sean. Donde quiera que miréis, todas las personas que son religiosas, salvo ciertos santos que son muy escasos, no están ahí más que por miedo -del castigo, del karma, de la culpa, del mal. El Jnani ha visto todo eso. Él lo ha vivido, pero no está afectado. Él no busca deshacerse de, porque está ahí, pero no es él. Así que no puedo describir la muerte de un liberado porque la muerte no es nada, es un
no evento. Vosotros nunca habéis nacido y nunca habéis muerto. La persona sí. Así que, mientras estéis identificados a la persona, estáis persuadidos de haber nacido un día y de morir otro día. ¿Y qué verdad hay en eso?, ¿qué satisfacción?

El Jnani está vivo, tanto si está vivo en este mundo como si está muerto en este mundo, no cambia nada. Él no está afectado por la aparición de la forma como por la desaparición de la forma, de lo contrario no sería eterno y se contaría historias. El Jnani no conoce ninguna historia, sea cual sea su cultura. Él acepta el juego porque el cuerpo está aquí y la conciencia de la bolsa de alimentos está aquí, pero es todo. No hay ninguna implicación, no hay ninguna deducción, ninguna proyección, ninguna idea, ningún pensamiento, ningún deseo en relación a eso. Así es. Y eso pasa, pero vosotros no pasaréis nunca. Vosotros no lleváis ningún equipaje, excepto el peso de vuestras creencias y culpabilidades. En Occidente os gusta el castigo eterno, el pecado mortal, pero el mayor pecado es creeros que sois este cuerpo y no hay otro pecado. Todo fluye de ahí.

Luego, las religiones han creado modelos. Se tenía que seguir a Cristo, se tenía que seguir a Buda, se tenía que seguir a tal o cual gurú. Huid de todas esas organizaciones. Desde que hay organizaciones, hay mentira. No podéis organizar el Espíritu, no podéis organizar lo que sois. Organizar la vida, sí; pero no os ocupéis del Espíritu. Mientras busquéis una relación, una correspondencia, estáis atrapados en el juego y no veis el juego. Sois un actor que cree interpretar la verdad. No pensáis incluso que estáis en una escena de teatro. Estáis tan absorbidos en vuestro personaje, con sus penas y alegrías os daréis buena conciencia, por así decirlo, afirmando:
busco la Eternidad y busco el Amor. Pero no tenéis nada que buscar, vosotros lo sois ya. Es el ego el que os hace creer eso.

Así pues, comenzáis meditando para encontrar la paz. Luego hacéis ejercicios, luego creáis o contáis historias. Y después, en un momento dado, todo eso debe ser soltado porque de todas formas desaparecerá. En el momento de la muerte como en el momento del sueño, no estáis ya afectados por el mundo ni por vuestra persona, salvo en la conciencia del sueño. Pero la vida es un sueño que pasa, como todo sueño.

Otra pregunta.

Pregunta: No hay más preguntas escritas. Se puede dejar paso a las preguntas orales.

Entonces escucho

…Silencio…


Pregunta: Hay un testimonio

Escucho

Pregunta: una hermana desea subrayar, en relación con la experiencia vivida por ella con Usted el mes anterior, que lo que le parece importante, para quienes estén preparados, consiste en dejarse llevar y atravesar por las palabras de Usted, de tal forma que la mente abdique.

Como bien dije, no me dirijo a la persona, aunque sea la persona quien me oiga. La hermana está en lo correcto. Dejaos atravesar por mis palabras. No os aferréis a ellas. Oportunidades habrá para leerlas u oírlas nuevamente. Estad plenamente presentes, fuere cual fuere la pregunta. Al responder a la pregunta, no apunto a la pregunta, no apunto a la persona sino que fracturo vuestra estructura mental, fracturo vuestras certezas ilusorias. Gracias por tu planteamiento.

Pregunta: para que la mente no se entrometa.

Así es.

... Silencio...


Aprovechad el silencio, entre las preguntas, entre mis respuestas, no para pensar sino – precisamente – para dejaros atravesar, en este caso también, por este silencio.

... Silencio...


De hecho hoy, como en los tiempos de mi encarnación, he venido a quebrantar vuestras certezas mentales.

... Silencio...


Reitero que la manera en cómo morís lo condiciona todo y no la manera en cómo nacéis.

En eso también está la libertad de esta conciencia llamada encapsulada, efímera. No quedéis atrapados. No existe ningún espacio de resolución en relación con quienes sois como persona. Así de simple. No pido que me creáis, pido que aceptéis una idea o un concepto y que lo experimentéis. Sólo vosotros podéis experimentarlo. La Verdad es simple, tan simple,
¿cómo queréis que el ego la acepte? ¿Cómo queréis que una historia se rinda? Acabad con las identificaciones, acabad con las creencias de que sois eso o eso otro, dejad de veros como buscadores que algún día van a descubrir algo. Solamente cuando el motor de la búsqueda para, estáis libres, no antes. Y el ego os cuchichea que a más preguntas, más conocimientos, y más tranquilo él queda pero estáis levantando así una cárcel minuto a minuto.

A lo más os corresponde definir cuáles son vuestras prioridades.
¿Qué es lo que importa? Si se trata de vuestra persona, entonces ved con la persona, si se trata de vuestro karma, entonces trabajad con el karma, pero seguiréis siendo una persona, siempre atada con cadenas ilusorias. No hay ningún espacio de resolución en eso. Solamente se dan satisfacciones egóticas. El ego se regocija con la lógica, con el simbolismo, con la búsqueda, con la auto-satisfacción, con la repetición de las experiencias. Esta ansia no tiene fin porque es propia de la persona y del ego. El jnani no conoce avidez alguna, lo que no significa que no tenga placeres, fueren cuales fueren, sino que no queda sometido a ellos. Su cuerpo está sometido a las leyes de este mundo pero él no, ya que no es este cuerpo ni esta historia ni esta vida.

Pregunta: se nos enseñó a rezar: «Padre en tus manos entrego mi Espíritu». ¿Cómo hacerlo si no hay Padre?

Lo tomas todo en sentido literal.
¿Qué manía es ésa de tergiversar las cosas? He dicho que se trataba de niveles de realidades relativas, que sólo pasan. No he dicho que no había Padre. El Padre es un nivel de realidad ya que eres hijo o hija de Él, como decía Cristo. Es una atribución, una función. Todo depende del punto de vista. Cuando te hayas liberado estarás sin Padre ni Madre. Mientras no estés liberado puedes considerar y admitir que haya un Padre, un salvador, un Cristo, María y lo que quieras. Existieron, ¿verdad? No dije que no fuera Verdad. ¿Acaso dije que no era así, que no existieron?

Se ve ahí la técnica de proyección de tu propia mente que se hace con las palabras y los conceptos para acomodarlos como le conviene. Si bien digo que todo eso es falso no significa que eso no existe. Existir es ser fuera de la Verdad. Tú estás más allá de la existencia. Y decir «Padre, en tus manos entrego mi Espíritu» te hace libre, siempre y cuando lo experimentes y no lo conceptualices, porque demuestras así que has sido crucificado. No es necesario tener las manos traspasadas por clavos. Eso es renuncia. Esto es sacrificio. Jamás he dicho que el Padre fuese ilusorio. Este mundo es ilusorio, las historias son ilusorias, pero la Fuente, sí existe. Y, sin embargo, sois anteriores a la Fuente. Lo sois Todo pero aquí no sois nada.

La frase «Padre, en tus manos entrego mi Espíritu» la pronuncia obviamente la persona. Y esta frase abre paso al abandono, al sacrificio. Mientras crees que tú gobiernas tu vida, ella te lleva por la punta de la nariz y sufrís la alternancia de penas y alegrías. Al estar alegres os olvidáis del sufrimiento y al estar sufrientes buscáis la alegría. Y eso sin parar. Observad la vida con tales cadenas. Es un sinfín de penas y alegrías.
¿Qué hay de duradero en eso?

Al decir que este cuerpo es una ilusión efímera,
¿acaso digo que no hay cuerpo? Obviamente el cuerpo está ahí. Al estar encarnados estáis dentro. No podéis ignorarlo. ¿Se te ocurriría decir que eres tu coche? Sabes perfectamente, en un caso como éste, distinguir entre tu coche y tú. Tu cuerpo es tuyo pero no es tú.

El Padre está presente en todas las historias, en cualquier mundo que sea, por ende existe. Ya ves lo fácil que es tergiversar los dichos tan pronto como te detienes a nivel mental. Tu mente ha frenado mi proposición y la ha transformado en comprensión, en interrogación. Por lo tanto no has sido impregnada, como decía anteriormente la hermana. No te has permitido ser atravesada. Detienes los conceptos. Detienes mis palabras. Permite que te atraviesen. Intento mostrarte que es tu mente la que quiere hacerse con mis dichos. Procedes a un análisis. Tu ego analiza el sentido de las palabras en relación con lo ya dicho, luego comparando, evaluando, y diciendo «comprendo» o «no comprendo».
¿Ves lo ilusorio en todo eso?

Pregunta: sí.

... Silencio...


Reitero que cuando hay silencio, de vuestra parte o de la mía, la Infinita Presencia y el Fuego del Espíritu están ahí.

... Silencio...


Lo habéis experimentado ya con otra cosa que con formas e historias. Eso fue llamado el Impersonal, el Espíritu del Sol, el Coro de los Ángeles, precisamente para sacaros de la identificación a una forma, a una historia. Ahora bien, fijaos, la mente, el ego siempre están listos para comparar, para retrotraer a lo conocido, a lo ya experimentado por ti o por otros. Pero en ese tipo de ocupación
¿dónde está la Libertad? ¿Dónde está la Verdad? La Verdad no puede estar inscrita en nada que no haga sino pasar. Un sistema solar jamás es eterno. Por supuesto no es, aparentemente, la misma escala de tiempo, pero toda creación tiene un fin. Y, sin embargo, la creación es infinita, es libre. Lo que significa, obviamente, que estás antes de toda creación, antes del Padre. Y si uso antes no es para que te pongas a buscar algún lugar. Es una expresión. Eres anterior a todo concepto, a toda idea, a todo mundo, a toda creación y a toda dimensión.

Mira la frase de Cristo: «Padre, en tus manos entrego mi Espíritu». «Yo y mi Padre somos Uno».
¿No ves la contradicción? Y cuán importantes son estas frases. Mira estas dos frases, usa tu herramienta mental, aquí: «Yo y mi Padre somos Uno», «Padre, en tus manos entrego mi Espíritu». Pero - si somos Uno - ¿qué puedo entregarte? ¿Quién habla? Era la historia la que hablaba, no lo que Él era, no lo que Él es. Si os parece coherente, si os parece lógico, decir: «Yo y mi Padre somos Uno» y «Padre, en tus manos coloco mi Espíritu», pues lo siento pero, para mí, no hay lógica ahí. Eso no significa que estas frases no fueron pronunciadas. Eso no quiere decir que son falsas. Ellas remiten, como dije anteriormente, a: «No soy este cuerpo». Se abre una fractura en vuestra mente. Cristo partió el cielo y la tierra. Por lo demás se hizo un gran silencio, hubo un gran terremoto, en los momentos de la crucifixión. Y esto es una verdad histórica.

Colocad ambas frases frente a vosotros: «Yo y mi Padre somos Uno», « Padre, en tus manos coloco mi Espíritu ». Ahora bien, de ser Uno, tenemos las mismas manos, el mismo Espíritu y, sin embargo, algo esencial hay ahí pero no te detengas a nivel de las palabras. Bien sea en francés, bien sea en castellano, bien sea en latín, bien sea en griego, bien sea en arameo, no os detengáis a nivel de las palabras, es decir de la explicación, de la comprensión, porque ambas frases se sitúan mucho más allá de toda interpretación, de toda exégesis.

¿Te queda claro?

Pregunta: ¿Acaso hay una diferencia fundamental entre liberarse ahora o después de la Llamada de María y los tres días de estasis?

Vais a experimentarlo. Por lo tanto veréis la diferencia, la que sí existe. Aquél que está liberado tiene identificados a todos los apegos y los tiene disueltos. El que vive el Sí no tiene certeza completa y total de que no persistan todavía ciertos lazos, ciertas ataduras y, sin embargo, la meta es exactamente la misma. Pero lo que podría llamarse transición queda más o menos evidente. Así es, tienes razón, al final el resultado es exactamente el mismo. En un caso, para el Liberado, habrá instantaneidad, con reincorporación o no y – en caso de aquel que no haya sido liberado anteriormente al evento – habrá que transitar.

Nadie puede entrar al Reino de los Cielos, dijo Cristo, si no se torna nuevamente un niño.
¿Acaso el niño se preocupa por el futuro? ¿Tu persona te capta como un niño espontáneo, natural, o como un adulto pensativo? El Jnani es como un niño. Sabe que todo conocimiento, aunque fuese erudito en un principio, no es sino juego. Nada puede atarlo.

El fin es el mismo, la transición es exactamente la misma, pero se vive de diferentes maneras. El Liberado Viviente es el único que ha visto ya todas las facetas del ego, de la persona. El Sí se vive en la persona, incluso en caso de trascendencia de la persona, pues la persona sigue ahí. Eso lo expliqué y lo venía diciendo cuando estaba en mi cuerpo carnal: mantener firmemente el Sí, el
Yo Soy y, luego, deshacerse de todo eso. No sois ni siquiera el Sí. Pero jamás dije que el Sí no existía ya que digo incluso que conviene reforzar el Sí. Todo es cuestión de compás, de ritmo. Es la única manera de salir de la historia y del ritmo y de permanecer inmutable. No hay un cómo de otra forma. Mientras no seáis nada aquí, mientras no seáis el más pequeño, no podéis ser libres. Os recuerdo lo que dijeron al respecto algunos Ancianos y, en especial, hace poco, el Maestro Philippe.

Ser nada no significa ser tímido y hacerse ermitaño. Significa haber reconocido la Ilusión y lo que sólo es pasajero, sea cual sea su intensidad.

... Silencio...


Pregunta: ¿Cómo es que jamás hemos nacido si todos somos hijos de María?

Muy simple. No estáis ligados al tiempo ni al espacio. Ese cuerpo biológico viene de María, así es y Ella siempre ha venido diciéndolo.
¿Dónde está el problema? ¿Por qué ese afán de siempre confrontar las cosas? No permites que las palabras te crucen. Las frenas. Éste es el punto. Tu mente no quiere partirse. Se mantiene delante. Fuere como fuere tu corazón, tu mente es el obstáculo. Tu mente te limita. Corta con las nimiedades. Eres libre. ¿Cómo puedes imaginar ser libre? Llega un momento cuando hay que alejarse de los padres y vivir la vida. Llega un momento cuando hay que apartarse de los modelos, hay que matar al padre y madre, simbólicamente, y matar a todos los maestros. ¿No ves que sigues apoyado en eso? ¿Realmente lo necesitas? ¿Cuáles son las razones? ¿Las ves? Mira por qué. ¿A qué te adhieres? ¿Qué necesidad hay ahí? Estás apegado a la historia. No he dicho que Cristo no era Cristo. No he dicho que el Padre no existía.

Pregunta: así es, estoy apegada a la historia.

Entonces, quédate con la historia pero no te quejes entonces. No vivirás jamás la Libertad de esa manera.
¿Acaso crees haberte liberado del sufrimiento, de los afectos? ¿Qué es lo que andas buscando? Sé clara. Mientras te guste la historia, vivirás la historia, es tu libertad, pero no me vengas con que estás libre en tales condiciones. Estás condicionada. Mientras no hayas percibido que no hay historia, que no hay mundo, que no hay dimensiones ni tú tampoco, ¿cómo quieres ser libre diciendo al mismo tiempo que te gusta la historia?

Pregunta: es lo único que conozco y, por ende, es mi única referencia.

Para de referirte a lo conocido. Olvídate de todas las historias. Necesitas referencias y dices gustar de la historia pero, al mismo tiempo, reivindicas algo o nada. La historia no tiene fin. La Libertad jamás estará en una historia, ni en una forma, ni en un concepto. La Libertad no conoce nada de eso. El Liberado no conoce nada de todo eso. Los vio. Los ve. Sabe del peso de su cuerpo, del peso de su vida pero no es eso.
¿Acaso el uno excluye el otro? ¿Acaso cuando estaba encarnado no hablé de la tradición de la que era oriundo? No hice otra cosa. No está en oposición ni es antinómico o exclusivo. Es inclusivo. Sin embargo, mientras no hayas visto eso, sigues ligada, encadenada a la historia.

Sigues necesitada de amar en manifestación, ya sea a Cristo, ya sea a cualquiera, pero
¿acaso te amas a ti misma? No puedes estar ocupada en amar unas formas o unas historias y amarte a ti misma. Resulta imposisble. Tan pronto te amas a ti misma, tan pronto amas lo que eres, incluso sin verlo claramente, te das cuenta de que no son necesarias las historias de amor, de la carne o del Espíritu. No significa que haya que deshacerse de ellas. Significa que no hay que engañarse con ellas. Todo conocimiento no es más que ignorancia y, mientras no hayas comprendido que el verdadero conocimiento es ignorancia, no experimentarás la Libertad.

No te pido renunciar a Cristo o renunciar a lo que sea sino ver lo que es.

Hay miedo y, por lo tanto, falta de amor a sí mismo. Es un amor condicionado. El Liberado Viviente vive el Amor. No necesita relatarse historias, incluso conociéndolas todas. No necesita justificar ni explicar. Eso tiene que ver con la mente, con la persona. He puntualizado que me dirigía a lo que está detrás de la persona, o dentro de ella, llámalo como quieras si te hace falta representarlo.

… Silencio…


Todos los hermanos y hermanas apegados a un maestro, a un gurú, a un dios, no pueden ser libres. Encuentran en eso algún consuelo, alguna esperanza, algún futuro, algún modelo, no sé qué más pero, mientras estés ocupada en eso, jamás serás quien eres. Y al referirme al saber, no hablo de un acto intelectual sino lo contrario. Eres anterior a toda historia.

… Silencio...


Pregunta: ¿consiguió usted convencer a muchos maestros desencarnados de lo que expone hoy?

¿Una vez transitado?

Pregunta: sí.

¿Pero qué interés hay? Respeto la Libertad de cada uno. Si alguien quiere jugar el papel de Melquisedeck, entonces será él bienvenido ahí, usted lo sabe. No tengo que convencer a nadie, puedo sólo destrozar vuestra mente e ir más allá de vuestras certezas, que son sólo vuestras defensas, pero que no son lo vivido. A menudo hacéis la Pregunta: «¿Acaso estoy liberado?». Pero si estáis liberados, no puede haber este género de preguntas, ni sobre vosotros, ni sobre la historia, ni sobre el karma, ni sobre nada.

Yo decía, cuando estaba encarnado, que hay que respetar las creencias de cada uno, pues no vine para convencer, no vine para imponer, sino que vine para mostrar la Verdad. Decía: «Mis palabras no pueden fracasar», y la gente, los hermanos, las hermanas que venían a verme, la mayoría no comprendía nada.
¿Qué importancia tenía? No estaba allí para que ellos me comprendieran o para que se comprendieran, sino para que abandonaran esta historia de comprensión, de conocimiento. Tú no puedes convencer a nadie, debes respetar la Libertad. Lo que hago, es alumbrar. Cuando digo que hay que renunciar a las historias, no dije que hubiera que apartar la vista de Cristo o de Buda o de Mahoma, digo que hay que ir mucho más profundamente. Pero todo depende de lo que busquéis, todo depende de lo que creéis buscar. Si buscáis historias, ellas son innumerables y son infinitas, pero no son eternas. Tenéis todo vuestro tiempo.

No quiero convenceros, porque convencer,
¿qué es? Es mental. Mientras esto no sea vivido, cualesquiera que sean las convicciones que tienes, son errores.

Silencio...

Pregunta: ¿hay una vida efímera dónde hay que hacerlo, cuál es el acceso a la vida eterna del ser?

¿Qué es el acceso? ¿Qué quiere decir esto?

Pregunta: ¿cómo acceder a eso, cambiar el chip?

Deteniendo la identificación con el cuerpo, con la historia, con el personaje. Me parece que me expresé decenas de horas, y millares de horas cuando estaba encarnado, siempre sobre lo mismo. No hay solución en el seno de lo efímero. Dondequiera que vayas, hay sólo callejones sin salida. Acepta ya esto, y comprenderás que no sirve para nada el «
¿cómo actuar?». Justamente, no es posible. Hay que soltar la pretensión de creer que desde la persona vas a encontrar lo que Eres, el Impersonal, lo Sin - Forma, Parabrahman, lo Absoluto. No hay nada que buscar, no hay nada que encontrar. Esto ya está ahí, es sólo verlo, y no es un «cómo actuar». Nada de vuestra persona puede liberaros. Sólo lo Sin Forma que sois puede hacerlo, el Fuego, el Espíritu, el Coro de los Ángeles, el Impersonal. Pero vosotros, por vosotros mismos en el seno de la persona, es como si me pidieras ¿cómo tu coche puede volar?

La Verdad no está en este cuerpo, tú estás dentro, sí, pero a partir del momento en que dices 'mi cuerpo', sabes bien que no eres tú.
¿Qué es este principio?, una vez más, apropiación de lo que no es verdad. Compruebas que el cuerpo está ahí, que tiene necesidades, que otros cuerpos están ahí y que hay que organizar esto. Eso es completamente exacto. Es por esto que no hay mejor analogía que el sueño. Si ves la analogía, como acabo de decir, entonces lo has conseguido. Es siempre la persona quien busca. ¿Qué busca? La Verdad, pero ella nunca conocerá la Verdad, todo lo más puede ser el testigo de que vosotros mismos sois la Verdad.

Es por esto que la meditación, mientras el Sí mismo no haya aparecido, es primordial.
¿Pero acaso el Liberado necesita meditar? ¿Acaso necesita probar algo ante sí mismo? Recordad, cuando estuve encarnado, con los consejos de mi maestro tardé tres años. Hoy, en todo caso sobre mi continente de origen, tenéis hermanos y hermanas que son liberados, sin conocer nada del karma, de la espiritualidad, tan rápido como yo. Una vez más, el problema fundamental es la identificación con el cuerpo, no hay otro. La identificación con el cuerpo, es la identificación con una historia, con unos apegos, con posesiones, con relaciones, por más que ellas pertenecieran a Cristo. Pero así como lo decía estando encarnado, incluso si vivís con Cristo, en un momento dado, hay que ver bien la Verdad. Y las mujeres tienen más facilidad para esto, porque como esposas de Cristo, es mucho más fácil fusionarse, y desaparecer.

Por otra parte, como se dice, lo dije cuando estaba encarnado, o os ha sido dicho en ocasiones innumerables: no es la persona quien es liberada, sois vosotros los que sois liberados de la persona. Poned estas dos frases ante vosotros. Mirad, todo está ahí. No necesitáis a nadie más, ni a Cristo, ni al Buda, ni a María. No dije que no existieran o que no valieran nada, sino que en un momento dado, hay que, de forma totalmente simbólica, matar al padre y a la madre.
¿Cómo queréis ser autónomos? ¿Cómo queréis veros?

... Silencio...

El tiempo concedido se ha acabado.

¿Me has hablado?

El tiempo concedido se ha acabado.

Entonces Bidi va dejaros descansar los oídos, y os digo hasta luego.





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