"Isis Alada": Jeshua habla sobre: El Maestro interior -abril de 2017

Jeshua habla sobre:

El Maestro interior

Amados, me han pedido si puedo dar forma a cierta enseñanza que podría tomar desde el principio hasta el lugar de la maestría. En realidad, he dado cierta edificación en esa área. Tienen libros que sirven de guías de estudio. Pero quiero preguntarles algo básico. ¿Al utilizar una guía de este tipo, dónde se realiza principalmente ese estudio? En la mente.

Y lo que quiero destacarles es que, incluso si comienzan con los conceptos de la mente - lo cual es un buen punto de partida - la meta es llegar al lugar del corazón para que ustedes, como les he dicho durante varios años, no vuelvan atrás al cuadrado y ocupen solo su mente.

Porque en realidad, mientras yo uso palabras, no son tan importantes como el sentimiento. Los alcanzo y toco a cada uno de ustedes, corazón a corazón, mientras la mente está ocupada leyendo palabras. La mente dice, “oh, bien, puedo entender esta idea. Mantendré esta idea” Luego, otra idea viene y olvidan la primera, luego juegan con la segunda en la mente. Si son afortunados, la mente se cansa y sentirán una sensación de paz.

He ahí el por qué enfatizo que a menudo, ustedes deben tomar un tiempo cada día y solo respirar, ir profundamente dentro y solo respirar. Ahora, yo sé que cuando realizan esa práctica día a día, si son como el resto de los hermanos y hermanas, su mente estará ocupada con lo que sucedió en el día anterior o este y que habrá un par de cosas que ustedes resumen en su mente: “Ella me dijo esto. Que pasó en el trabajo. Esto debo pensarlo para mañana. Espero tener todo preparado para la cena y con cien personas que vienen a comer... etc.”

Y luego, cuando hayan practicado el enfocarse en la respiración, llegarán a un lugar de paz interior, donde vienen al lugar donde saben que encontrarán sensación de expansión, el sentimiento de ser, sin juicio, sin pensamiento, solo el lugar de paz interior. He compartido muchas veces con ustedes, y lo reiteraré. Que cuando ustedes encuentran ese lugar de paz interior, el cuerpo se los agradece, porque el cuerpo puede relajarse sin que ustedes intenten controlarlo.

Ustedes respiran, se sienten en paz y el cuerpo se expande. Todas las células del cuerpo permiten que su Luz se expanda.

Hemos hablado en diversos textos, las escrituras que son claves para forjar sus caminos. Tienen tantas escrituras a las que consultar. Tienen tantos buenos poetas, escritores, músicos que han escrito melodías y palabras en las melodías que los transportarán de estar sentados en un lugar a cierta emoción. A menudo, la música puede moverlos de una manera que nadie más puede. Ahora, cuando la música los mueva a un lugar donde encuentren que el agua fluye libremente, disfruten. Sepan que hubo vidas donde no pudieron, no se atrevieron a derramar lágrimas. Alégrense cada vez que sientan que caen lágrimas de sus mejillas, porque muestra que el corazón se está abriendo.

Algunos me preguntan, “Maestro, ¿cómo puedo yo convertirme en maestro? Muéstreme, enséñeme, condúzcame a los libros correctos para estudiar.”

Dependiendo de lo que parezca necesario como siguiente paso para ellos, les sugiero. Pero, otras veces vuelven y dicen, “he leído los que sugirió. Estaban bien. Me llevaron a cierto grado en mi camino, pero siento que hay más. ¿Hay algo más que debiese estar estudiando?”

Cuando preguntan eso, sé que quieren algo de la mente, así que les sugiero algo que puedan leer para la mente. Después de un tiempo, si siguen el camino, volverán a mí y dirán que leyeron los libros que sugerí. Los he reflexionado. Los he cuestionado. He meditado las ideas de estos libros, pero aún siento que hay algo más. Dígame dónde ir, qué hacer.”

Y lo que les digo, es lo mismo que algunas veces les digo a ustedes. “Acceda al maestro interior, su propio maestro interior.” Porque cada uno de ustedes que han existido desde el comienzo del tiempo, ha existido desde el primer pensamiento para crear y conocen su camino mejor que cualquier cosa. Ustedes conocen a su maestro interior. Pregúntenle a su maestro interior.

Está bien preguntar cosas de hermanos y hermanas, porque ellos caminan el camino humano y quizá, lo que han leído los va a iluminar a ustedes. Pero cuando lleguen al lugar donde necesiten saber más, vayan dentro y pregúntenle al maestro interior.

Porque, verán, hace dos mil años atrás caminé con ustedes, nos sentamos alrededor de una fogata y caminamos a la orilla del mar donde compartimos ideas y preguntas. Cuando hicimos todo eso y ustedes volvieron a sus casas o a sus familias o dondequiera que hayan ido, hacían preguntas que quedaron y preguntas que yo no podía responder. Yo solo puedo responder lo que es cierto para mí, como lo hago en este día y este tiempo.

Pero el verdadero maestro para ustedes, es el maestro interior. Son ustedes, el maestro que son, dentro. Ahora, lo más maravilloso de esto es que, como quieren saber, preguntan para saber, están deseosos de saber, nada los detendrá. Atraerán el texto perfecto para ustedes, Traerán los maestros perfectos para ustedes. Traerán las circunstancias perfectas para ustedes.

El maestro interior de ustedes jamás los deja, jamás los abandonará. Pueden sentir algunas veces que están abandonados, pero jamás serán abandonados, porque el maestro interior ha estado con ustedes desde el momento en que crearon el primer pensamiento y han creado mundos multitudinarios, realidades, cosas que vivir y expresar, porque ustedes son la extensión de un principio creativo; por ende, ¿Qué van a hacer? Van a crear.

Y van, según la mente, a juzgar sus creaciones. El maestro interior de ustedes no juzga. El maestro interior camina como ustedes y siempre está al alcance. En realidad, ustedes no necesitan a un maestro fuera de ustedes.

Es divertido jugar con alguien, tirar ideas y decir, “bien, ¿qué te parece esto? Y probablemente, por su maestro interior, ellos podrán ver las cosas de manera distinta a la de ustedes y dirán, “Bueno, así lo veo yo.” Y ustedes dirán, “está bien, pensemos un momento sobre eso. Déjame ver cómo se siente.” Y puede que no se sienta bien.

Cuando llegue un momento donde sientan que se confrontan con alguien más, respiren, y vayan dentro, calmados, accedan al maestro, su maestro, interior. Pidan validación, porque muy a menudo viven con la mente en un mundo sin validación. Las ideas vendrán a la mente, y la manera habitual de jugar con estas ideas han sido sometidas a juicio de valor, muchas veces su juicio de ustedes mismos es un poco más corto que el valor que le ponen a alguien más.

Así que cuando eso pase, respiren y pregúntense, “¿Cuál es mi verdad? Háblame, maestro interior, mi maestro interior” y escuchen. Nuevamente, no emitan juicio de valor, No digan, “pienso que no es correcto porque leí en otro lado en un libro... Etc., y tiene que ser de esta manera.”

Solo escuchen y sientan. Lo más importante será el sentimiento, el sentimiento de paz, de aceptación de “estoy bien. Puedo tener ideas distintas a las del otro, pero estoy bien con mis ideas. Estoy bien con mis valores. Tengo valor”, porque lo tienen.

El mundo quiere acabar con lo que creen que ustedes valen. La mente les va a dar una lista entera de cómo valorarse a sí mismos, y se encontrarán ya al fondo de la lista, porque es lo que habitualmente se les ha enseñado generación tras generación. Se les ha enseñado eso desde pequeños. “No sabes nada. Tienes que escucharme a mí”, dicen los padres o los hermanos mayores. Lo hacen por un tiempo, y empiezan a pensar, “esto no es como yo veo las cosas y no estoy seguro si estoy con esto.”

Escuchen a su maestro interior. No confronten a otros, porque el maestro interior puede traerles lo que el alma quiere vivir, Pero valoren a su maestro interior, porque ese maestro es la verdad para ustedes. Es importante que ustedes conozcan su valor y hablen, incluso cuando el resto no los escuche. Permítanse valorarse a ustedes y a su maestro interior.

Lean los libros. Cuestiónense cosas. Discutan. Luego lleven todo a la meditación con el maestro interior. Ese maestro interior, cuando ustedes sean completamente abiertos, sin juicios, los llevará a la verdad de su ser.

Les puedo decir estas palabras ahora a ustedes, porque están en el lugar donde entienden; no solo la mente, sino que con el corazón abierto. Puedo contarles estas cosas, como lo hice hace dos mil años atrás cuando nos divertíamos con ideas, porque lo hicimos. Nos gustó usar la herramienta de la mente, así que jugamos con la mente. Y lo han hecho desde los primeros años de vida, porque la mente es una gran entretención. Si la tratan como tal, no se equivocarán.

Pero el corazón dice la verdad. Así que cuando tengan la sensación de uñas sobre una pizarra de tiza y se pregunten qué sucede, respiren y luego pregunten a su maestro interior, “¿Cómo ves tú lo que ocurre?”

Cada vez que le pregunten a su maestro interior, obtendrán una respuesta. Puede que no lo escuchen. Que no lo quieran. Que no le crean, pero tendrán una respuesta con la que pueden volver y ver si es la misma cuando regresen la próxima vez. Permítanse confiar en el maestro interior, porque será cierto; no la mente, sino el sentimiento del corazón.

Se divertirán con eso. La menta ya se divierte con eso, pero el corazón dice, “¿Y qué? Yo amo, yo soy, yo ser, por siempre y para siempre.”

Vayan dentro y pídanle a su maestro interior, “Háblame. Ámame.” Es algo muy poderoso. Vayan y pídanle al maestro interior, “Ámame.” El sentimiento que los inundará, se quedará con ustedes por siempre. Será poderoso, transportador, y eterno, porque Yo estoy con ustedes. Camino con ustedes ahora. Háblenme de tiempo a tiempo.

Les prometo algo. Hace dos mil años, les prometí que “Mira, estaré contigo siempre, incluso hasta el final del mundo.” Será algo bueno para celebrar. Estoy con ustedes siempre, y los amo por lo que son, porque eso que son ustedes es lo Único que somos, hemos sido, seremos por siempre más allá del tiempo.

Hablen conmigo durante el día. Si realmente quieren mi atención, díganme algo divertido, una broma. Disfruto riendo. La paz sea con ustedes ahora y siempre.

Que así sea.

Jeshua ben Joseph (Jesús) en expresión mediante Judith