URIEL
Soy Uriel, Ángel de la Presencia y Arcángel de la Reversión. Bien amados hijos de la ley del Uno, que la Paz, el Amor y la Verdad se instalen.
…Silencio…
Escúchate y óyete.
El tiempo para el
regreso empieza su cuenta atrás. En unos días, durante la fiesta de los
Arcángeles, la espada de la Verdad llevada por Mikaël me será transmitida con
el fin de cortar todo lo que puede, de manera ilusoria, impedir o frenar
vuestro regreso a la Verdad.
Escúchate y óyete,
más allá de toda palabra, en el silencio de tu corazón. Cada soplo de tu vida
está lleno de la bendición de la Eternidad.
Te invito y te
convido, en el día de los Arcángeles, a celebrar cada soplo y cada momento en
el transcurso de tu día para conectarte a ti mismo, con el fin de oírte, con el
fin de escucharte, en la verdad de tu corazón.
Cuando todo se ha
cumplido y cuando todo se cumple en la densidad final de este mundo, vengo y
vendré a cortar en cada uno de ti lo que ha sido visto y lo que todavía puede
frenar el impulso de la Verdad, el impulso de tu belleza.
He venido en estos
días que preceden a la fiesta de los Arcángeles, a invitarte a la ronda de los
Arcángeles, a la ronda de la Vida, a la ronda de la Unidad, poniendo fin a las
últimas trampas de la ilusión de vida de este mundo. Acuérdate que no tienes
que perfeccionar nada que no sea ya perfecto de toda eternidad. Acuérdate de lo
que eres siempre, a pesar de las apariencias y de los velos todavía presentes
en este último tiempo, donde el tiempo no tiene que ser contado ni descontado.
Escucha lo que dice
el corazón de la Vida, escucha aquello a lo que te llama la Libertad y vive la
inocencia de la Infancia, la inocencia de lo que es verdadero, donde nada puede
ser dividido, donde nada puede ser quitado.
Haz del día de la
celebración de los Arcángeles un día de gracia total, poniéndote en la acogida
incondicional de la Verdad.
Cada día que te
acerca a esta fiesta debe ver tu Presencia magnificarse y desplegarse, sean
cuales sean las resistencias, sean cuales sean las incomodidades, sea cual sea
en lo que crees, acabando con cualquier creencia y con cualquier ilusión.
Porque viendo la verdad de tu corazón, te reconoces en esta verdad, y todas las
verdades que sólo han pasado, te aparecerán por lo que son: unas ilusiones y
unas falsedades.
La potencia,
entonces, de tu Presencia, consumirá, por la gracia del Fuego Ígneo, todo lo
que todavía puede limitarte o frenarte. No hay fecha, si no es la que está
inscrita en tu calendario humano, que sobrevendrá pocos días después del inicio
del otoño, y te afirmará y te reforzará en la verdad de tu Presencia eterna.
En ese día que se
acerca, conéctate en totalidad a la verdad de tu ser y deja que obre, desde los
talleres de la Creación, la Luz que da forma a tu eternidad reencontrada. En
ese día de fiesta, el cuerpo de Êtreté de cada uno aparecerá en la desnudez de
su esplendor. El Fuego Ígneo consumirá lo que, para tal vez cada uno de ti, no
haya podido ser todavía consumido en totalidad. No tienes que preparar nada, no
tienes que observar ninguna regla, si no es estar presente a ti mismo y acoger
en totalidad la herencia de tu presente. En el seno de tu Presencia,
dondequiera que estéis en ese día, en cualquier ocupación efímera que sea, no
olvides de rendir gracia, no olvides de celebrar el regreso y la manifestación
de tu eternidad. Sé humilde, amable y paciente contigo mismo, al igual que con
las circunstancias de este mundo que deben ocurrir y ocurrirán.
Acoge con la misma
calidad y la misma intensidad todo lo que la vida te presente, porque la vida
te hará el regalo de la vida eterna. Sea cual sea la visibilidad, o no, de la
señal celeste, los tiempos se habrán cumplido, con firmeza y certeza,
liberándote de lo que todavía puede parecerte estar entorpeciendo tu plena
libertad y tu plena autonomía.
No te dejes llevar,
en ese día, por ningún acontecimiento de este mundo, sino que déjate llevar a
lo más profundo de tu corazón, ahí donde se encuentra Cristo, ahí donde se
encuentra la Fuente, ahí donde María despliega su Manto azul de la Gracia.
Tú que eres el amigo
y que eres el amado, tú mismo vivirás que no hay nada que temer, y sobre todo
que no hay nada que perder, sólo unas vanas ilusiones ligadas a tus costumbres
y a unas certezas en este mundo, dándote entonces a ver y a vivir que ninguna
verdad de este mundo sabría cómo tocar la Verdad eterna; sólo tu corazón lo
puede.
Tú que eres el
amigo, que eres el amado, recordarás entonces, en ese día o a partir de ese
día, la totalidad de lo que es tu llama eterna, tu Espíritu, permitiendo
cualquier forma. No habrá más olvido posible. De hecho no podrá haber ninguna
reticencia a este Fuego Ígneo.
Mira en ti. Cada vez
que el mundo te llame, que sea por una alegría personal o por un acontecimiento
colectivo, vuelve a sumergirte profundamente en ti para revivificarte, para
aligerarte, y para que ninguna ilusión pueda una vez más perturbarte ni
alterarte.
Entonces la
resiliencia y tu alteridad te acompañaran cada día. Serás resucitado en el
Espíritu de la Verdad, permitiéndote vivir los días que queden antes de la
Llamada de María, sea cual sea el estado de tu cuerpo, sea cual sea el estado
de tu mundo, en la misma serenidad y en la misma paz, demostrándote entonces
que esta paz no depende de ninguna circunstancia ni de ninguna condición de
este mundo, sino que descansa en totalidad en la Eternidad revelada.
En el día de la
fiesta de los Arcángeles y a partir de ahora en los días que preceden,
estaremos presentes en la ronda de tu corazón, en el seno de tu corazón
ascensional. Que lo percibas o no, no cambiará nada a la verdad de lo que se
tiene que vivir y que será vivido.
La preparación no
corresponde, te lo dije, a ningún dogma ni a ningún ritual, sino que es
simplemente prepararte a aceptar la verdad de tu corazón. Que la conozcas ya o
que te sea desconocida, no cambiará nada.
En ese día de los
Arcángeles, la Teofanía ya no será solamente una señal sino una evidencia de
cada instante, lo esperamos, para un número cada vez más grande de vosotros. La
calidad de vuestro silencio, de vuestra capacidad para acoger, desenrollará y
permitirá que la Felicidad predomine, que la Paz no sea borrada por ninguna ira
o ninguna aprensión, o alguna duda.
Desde hoy, día en
que me leas o me oigas, ten un pensamiento para el Arcángel. Que sea mi nombre
o cualquier otro nombre, lo importante, más allá de la función, en estos
tiempos particulares, es la vibración del arquetipo de lo que es el Arcángel,
que, te le recuerdo, es también lo que eres, si te decides a vivir esto en el
seno de tus experiencias de Libertad. Recuerda que todavía hoy, sea cual sea tu
apertura, sea cual sea tu despertar, sea cual sea tu libertad interior, sólo es
el reflejo de este Amor inconmensurable que ya no podrá ser frenado por ninguna
materia o condición que sea.
Que la Llamada de
María sobrevenga antes o después no cambiará nada en cuanto a lo que haya que
vivir en ese día de gracias y de bendiciones que nosotros, los Arcángeles, así
como el conjunto de los Ancianos, de las Estrellas y de los pueblos de la naturaleza
celebrarán con nosotros y con vosotros. No se trata de pedir algo, se trata
simplemente de estar presente y de acoger, de rendir gracia, y finalmente de
oírte en verdad, y para que te vivas en verdad.
Por mi espada, seré
el asiento y la fundación de tu templo regenerado, de la belleza de tu sonrisa,
de la Verdad expresada y manifestada. Entonces podrás oírte, entonces podrás
escucharte, más allá de cualquier idea y de cualquier pensamiento, más allá de
cualquier historia y de cualquier condición, rindiéndote entonces a la
inocencia de la experiencia y al juego libre de la conciencia.
Para muchos de
vosotros, habrá una evidencia sin igual, sea cual sea la experiencia que cada
uno de vosotros haya vivido. La belleza del corazón, la belleza de la Verdad y
la belleza del Amor, que no depende de ninguna atracción ni de ninguna
sensibilidad, sino que es la evidencia de la perfección, empezará a aparecerte,
y sobre todo empezará a ser vivida, en total libertad.
Durante la ronda de
los Arcángeles, durante la fiesta de los Arcángeles, habrá innumerables gracias
que en definitiva sólo son lo que se te debe y tu propia restitución. No hay
ningún esfuerzo ni ningún mérito, porque es lo que se le debe a cada uno, sea
cual sea su estado, sea cual sea la persona todavía presente encima del
escenario.
Lo que hablo
ocurrirá por supuesto ante todo en el espacio de tu templo sagrado, en las
profundidades de tu corazón. No pierdas el tiempo con el espectáculo del mundo,
porque en cualquier sufrimiento que puedas percibir, en el siguiente instante,
está la felicidad más grande.
Ahí está el
verdadero renacimiento, la verdadera resurrección, ahí donde nunca más la
palabra “muerte” podrá existir, ahí donde nunca más ningún olvido podrá
aparecer.
Mis palabras, en
este día en que me lees, en que me oyes, serán breves.
Estate listo y
recuerda: no hay nada que preparar, en el exterior como en el interior,
simplemente estar ahí, en la humildad y en la simplicidad.
Para muchos de
vosotros, esta verdad será infalible.
En este período
previo al día de los Arcángeles, cada día, cada minuto, se os ofrece la
oportunidad de vivir la Gracia, sea cual sea vuestro estado en el seno del
efímero.
…Silencio…
Entonces ya no
necesitarás palabras, ya no necesitarás pedir, ni esperar, ni anhelar ningún
acontecimiento que sea. Entonces por tu estado, tendrás la prueba absoluta y
total de lo que eres, sin necesidad de creer en ello, sin necesidad de
construir ninguna historia, simplemente estando ahí. Estaré ahí. Al igual que
la Fuente te lo ha dicho, ella ya no te deja; también te lo digo, estoy a tu
lado, como estoy en ti. ¿Cómo es que a un espíritu perfecto le podría faltar
algún elemento en el seno de la ronda de las creaciones y de las de-creaciones?
Los Arcángeles, los Ancianos, las Estrellas, los pueblos de la naturaleza, las
civilizaciones intergalácticas, todo está presente. Revélalo, sin esfuerzo, por
la acogida en unidad y en verdad de lo que siempre ha estado ahí.
Dejaré a María,
Reina de los Cielos y de la Tierra, que os de tal vez más detalles. En cuanto a
mí, os he dado las líneas y los ejes importantes.
La más grande de las
preparaciones interiores se hará por sí sola, sin vuestra implicación personal,
entre el equinoccio y el día de los Arcángeles. Habrá pues una intensidad nueva
de vuestro Fuego Ígneo en vosotros, viniendo de manera temporal a alejaros de
la escena del mundo con el fin de que, enteros y unificados, permanezcáis lo
más posible en la Verdad y en la belleza.
Soy Uriel, Ángel de
la Presencia y Arcángel de la Reversión. A partir de ahora y por la Eternidad
estoy con vosotros, de manera más sensible y más perceptible. Escucha y oye,
más allá de mis palabras, en la pureza de tu corazón, lo que esto significa y
lo que esto representa.
…Silencio…
Entonces, en el
Fuego Ígneo, sello mi Presencia en tu corazón; en el Fuego Ígneo, sello tu
libertad inviolable.
Soy Uriel, Ángel de
la Presencia y Arcángel de la Reversión, y te digo: ve en paz, en el Amor y en
la Verdad, y deja que la felicidad de tu corazón restaure la Verdad. Te saludo
y permanezco en tu morada de Eternidad, y no olvides esta cita temporal donde
estarás conectado a tu corazón y a tu eternidad, en tu intimidad.
Soy Uriel, Ángel de
la Presencia y Arcángel de la Reversión. Que mi Blanco resplandezca en la
felicidad de tu ser. Por tu Presencia, eres bendición. Hasta luego y hasta
siempre.
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Me parece algo grandioso y simplemente a aplicarlo desde nuestro sagrado corazón.
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