miércoles, 16 de marzo de 2016

¿Qué es un Toroide?


¿Qué es un Toroide?



A todos nos enseñaron las “curvas” del espacio tiempo de acuerdo a la teoría de la relatividad de Albert Einstein, sin embargo estas curvas no tienen en cuenta el hecho de que todo en el universo, en todas las escalas, da vueltas. Nassim Haramein agregó un par y fuerzas de Coriolis a las ecuaciones de Einstein presentadas adecuadamente en cuenta la rotación de todas las cosas.

Al hacerlo, Haramein ha desarrollado ecuaciones que predicen la topología de un agujero negro que es no sólo que se curva hacia la singularidad, sino también hacia la quietud, como el agua que se va por el desagüe.

Cuando se retire la clavija de la bañera al drenar el agua, no se acaba curva y va directamente hacia abajo a lo largo de la ruta más directa hacia abajo del embudo, que gira mientras se mueve hacia abajo y recuerda el aire.

Cuando tienes un cambio en la densidad, se obtiene un vórtice que se mueve hacia la centropía, creando equilibrio dinámico conocido como un toro.

EJERCICIOS DE ACTIVACIÓN DE TU TOROIDE PERSONAL:

Las posiciones son opcionales.
1. Fetal o en cuclillas.
2. Loto o sentado.
3. Parado con brazos juntos.
4. Parado con brazos extendidos.

La primera vez hay que pedir ayuda a otra persona. Ya que estarás con los ojos cerrados, pide a alguna persona que te haga el favor de leer pausadamente y suave todo lo que más abajo escribo.

Dice:

Ponte cómodo y relajado.   Respira profundo, pero pausado.
Cierra tus ojos y concéntrate.
Piensa y siente lo que te digo.
Tus pies. Tus rodillas.
Tu parte íntima.
Tu estómago.
Tu corazón.
Tu garganta.
Tu cabeza.

La energía de tu cuerpo sale de la cabeza, baja abrasando tu cuerpo hasta los pies e ingresa, sube por tus pies, las rodillas, tu parte íntima, estómago, corazón, garganta, cerebro y sale, da la vuelta, te abraza bajando hasta tus pies entra y sigue a las rodillas, tu parte íntima, estómago, corazón, garganta, cabeza, sale te abraza hasta los pies, sube a las rodillas, tu parte íntima, estómago, corazón, garganta, cabeza, y sale, te abraza, entra por los pies, sigue en las rodillas, tu parte íntima, estómago, corazón, garganta , cabeza, cae a los pies y sube a las rodillas, tu parte íntima, estómago, corazón, garganta, cabeza.

¿Cómo te sientes?

Si has logrado sentir el fluir de tu energía, es porque tomaste conciencia de tu escudo protector o TOROIDE.

Repite la secuencia cada vez más rápido.

Puedes continuar hasta que tú quieras.
También puedes ejercitar la secuencia invertida.

La meditación te acrecienta el toroide Gracias a todos los que han hecho suyo y compartido esta activación.
El toroide, o tubo toro, es una figura geométrica construida con espirales doradas, circunscrita en una esfera, semejante a una dona o una manzana. El toroide es la forma que tienen los átomos, los fotones y toda unidad mínima constitutiva de la realidad.

En la figura del toroide encontramos reunidos todos los principios de la Geometría Sagrada, a saber: el Gran Vacío, la Ley de Unidad, la Ley de Dualidad, el Principio de Auto-sustentación, los tres números pilares matemáticos de la Geometría Sagrada: Phi, Pi, Euler
Es la imagen que contiene dentro de sí misma una gama infinita de posibilidades de  combinación, y por tanto de significación y es la llave maestra de acceso a la ciencia de la Implosión.

La dimensión psicológica de esta figura es trascendente: en ella convergen simultáneamente los pares de opuestos aparentemente irreconciliables: yin y yang, blanco y negro, bien y mal.

Su geometría deviene del Gran Vacío.

El Gran Vacío es literalmente un punto en el espacio.

De esta imagen se desprende simultáneamente espirales doradas que se desdoblan  hacia “abajo” y hacia “arriba” para dar la vuelta sobre sí mismas y encontrarse en una Zona Horizonte en lo más alejado del punto de inicio.

Esta imagen sustraída de la realidad nos muestra el principio del Uno, el principio de la ínter-conectividad de todas las formas, de todas las estructuras. Cuando se le relaciona con los 5 sólidos platónicos forma la tabla periódica de los elementos, la sustancia tal como la conocemos.

El toroide tiene dos vértices. Un vértice que va del centro hacia fuera en el sentido de las manecillas del reloj y otro vértice que va del centro hacia fuera en el sentido contrario a las manecillas del reloj. Estos pares de opuestos van configurando la noción psicológica de interacción con la realidad por medio del cual el ser humano entra en contacto con la materia o sale de contacto de ella. En el mismo toroide un giro implota la realidad y el giro contrario la explota. La misión de la ciencia de la Implosión consiste en llevar lo   exterior, lo más alejado de nosotros mismos siempre dentro de nosotros mismo, hacia el punto cero o Gran Vacío de cada toroide.
Cada uno de los 5 sólidos platónicos, por relación con sus caras, tienen diferente número de toroides que parten del centro exacto de la figura.

Por ejemplo, encontramos en el octaedro, figura de ocho caras triangulares, cuatro toroides con sus respectivos pares de opuestos. Y así sucesivamente con el resto de los sólidos platónicos: en el icosaedro, figura de 20 caras triangulares, encontramos diez toroides con sus respectivos pares de opuestos.

Así, las funciones de cada Toroide Humano están determinadas por la cantidad de toroides fractales contenidos en la estructura de cada sólido platónico. El Toroide
Intelectual tiene 4 toroides, cada uno con dos vértices que tocan las 8 caras del octaedro.
Esto implica que el Toroide Intelectual tiene 4 funciones básicas con sus respectivas polaridades. A saber, la capacidad de análisis y síntesis que integran el primer toroide fractal; un segundo toroide fractal tiene las funciones de resolver contradicciones y de crearlas y así sucesivamente.

Es importante mencionar que de los 5 sólidos platónicos solamente en 3 de ellos encontramos el número áureo: en el octaedro (toroide intelectual), en el icosaedro (toroide emocional), en el dodecaedro (toroide instintivo).

Los otros 2 sólidos platónicos, el tetraedro y el hexaedro o cubo, no tienen el número áureo en su construcción. Recordemos que el número áureo es la fórmula matemática viva que utiliza el universo para compartirse y compartirnos. Aquellos sólidos platónicos que no contienen a Phi en su geometría tienen la función de generar estructura, de cerrar, de no compartir. Geometría Sagrada
Este movimiento en espiral de entrada y salida de la energía en torno al punto de vacío genera lo que en Astrofísica se llaman agujeros de gusano.
Sólo cuando la espiral se ajusta a cierta proporción se da la posibilidad de la creación de vida.

A la figura que se crea de una espiral siendo succionada por el punto de vacío y luego siendo expulsada de él se le conoce como Tubo Toro o Toroide.

En geometría, un toro es la superficie de revolución engendrada por una circunferencia que gira alrededor de una recta fija de su plano. La palabra “toro” proviene del vocablo en latín torus.

Un toro sólido es un objeto tridimensional construido mediante el producto cartesiano de un disco y un círculo.
El toroide tiene la forma de dona, de llanta o de esfera agujereada en el centro.

¿Qué utilidad puede tener el toroide, por ejemplo, en la creación y comprensión de símbolos de poder?
¿Si nos preguntamos por qué escribimos las letras como las escribimos?
Es decir, ¿Por qué con esa forma y no con cualquier otra?
¿De dónde heredamos que las letras tengan la forma que tienen? D. Winter junto con otros investigadores como S. Tenen, descubrieron en la década del setenta que el origen de los patrones de forma de los alfabetos es geométrico.

Y esto deriva de la noción de toroide. A partir de los movimientos de una espiral áurea inscrita en el toroide y de sus consiguientes inclinaciones angulares, se va obteniendo por proyección, todas las formas del alfabeto que utilizamos; pero no sólo eso, sino que se obtiene también las formas de los alfabetos sagrados como el hebreo, el sánscrito o el occidental.

Por eso decimos que las formas, los símbolos, las letras, contienen mucha más  información de la que estamos acostumbrados a pensar.

Contienen información angular, sobre inclinaciones y proporciones que permiten codificar diferentes niveles de realidad.
La forma del Om hindú, que si buscamos crear la forma real del símbolo vinculando su imagen visual a su imagen sónica debemos pronunciarlo como “aeouim”, es el sonido primordial del universo según dicha filosofía.

Visto geométricamente refleja un toroide que simboliza la relación entre la materia y la energía, entre lo masculino y lo femenino. Si rotamos en 90º la imagen, vemos que la forma aparente de número “3” es la forma de un toroide que representa la fuerza gravitacional, implosiva o femenina, mientras que la línea en la parte superior es la fuerza electromagnética, asociada con lo masculino, con la energía solar. Del lado izquierdo notamos la representación del Sol y la Luna creciente evocando este principio.

En el acto sexual, el proceso de la implosión femenina y la explosión masculina se hace evidente en el instante mismo de la fecundación. El óvulo siendo una esfera no se abre para dejar entrar el espermatozoide, sino que éste tiene que salir de su esfericidad, de su completud para convertirse en un toroide: crear el vacío en el centro e implotarlo.

El óvulo (símbolo femenino) deja de ser una esfera, creyéndose completo en sí mismo, y abre paso al espermatozoide (símbolo masculino), representante visible de la energía caótica que busca un punto de implosión. El óvulo le enseña el camino, siempre áureo, para ser tragado y al llegar al centro, al vacío, comenzar el proceso de división mitótica celular.

Para que este proceso comience, debe de haber no sólo una geometría adecuada (un registro de frecuencias de onda complementarios entre ambos), sino que la energía necesaria para que se produzca el “chispazo” debe ser muy elevada, la diferencia de potencial eléctrico entre el espermatozoide y el óvulo es del orden de 400,000 voltios como lo indica el médico español J.L Bardasano. Además, si graficamos en el tiempo el crecimiento del bebé en el útero materno nos daríamos cuenta de que obedece a un desdoblamiento en espiral.

Los tornados se crean de la misma manera, se enroscan en movimientos toroidales donde una capa de aire caliente envuelve una de aire frío.
En el trenzado ocurre un movimiento de torsión producto del vacío. En la Tierra las radiaciones telúricas junto a las cósmicas crean un campo eléctrico que entre más distante sea la diferencia entre uno y otro más intensa será la transmisión de carga (esto puede llegar a oscilar entre los 100 voltios/metro a los 100,000 voltios/metro).

La sexualidad, la formación de parejas, la empatía, la atracción, la polaridad entre dos personas surge por el mismo principio: diferencia de potencial eléctrico y magnético; saber cultivar nuestro potencial electromagnético es condición inequívoca para vivir una relación de pareja estable y duradera.

La noción de sujeto que tenemos en Psicogeometría es la noción de un sujeto como toroide fractal. En esta concepción podemos encontrar cualquier información en cualquier lugar de los cuerpos de un ser vivo. El toroide es de vital importancia en la Naturaleza pues en él se resumen las diferentes formas para subir o bajar en la escala de complejidad o de embonabilidad.

La topología del toroide ha sido retomada por el pensador y psicoanalista francés J. Lacan para concebir la noción de sujeto. En la historia de la humanidad el Toro ha sido representado como el símbolo de la manzana, utilizado por las sociedades secretas platónicas o, más recientemente, en la masonería, por ejemplo. Para el experto ruso en mitología sumeria, Z. Sitchin, el mito de la manzana en el Génesis, cuando ésta es comida por Eva y Adán significa un cambio en la composición genética del ser humano.

Es el paso geométrico de ser una esfera (y no ser capaz de reproducirse) a convertirse   en toroides, viviendo una sexualidad libre que les permite engendrar. Implica que ambos dejan de ser de alguna manera esclavos de sus amos y se vuelven creadores.

El investigador revisa detalladamente la noción religiosa de pecado (en latín, pecatus significa ‘no dar en el blanco’ o sea, ‘error’) como algo negativo, y la replantea como la oportunidad para vivir con mayor conciencia, la oportunidad de crear conocimiento y nuevas posibilidades de vida.

La forma de una manzana ilustra acertadamente el proceso de creación. En el centro, un vacío fractal, es decir, un vacío creativo donde se aloja la semilla que tiene la posibilidad de reproducir la vida nuevamente, encapsulada en un pentágono con pétalos en forma de almendra (en latín, vesica piscis que significa la vesícula del pez y en italiano mandorla o almendra) y en su exterior una capa que limita y protege el interior. Homólogamente, en el sujeto la personalidad corresponde a la cáscara de la manzana y la semilla al ADN.

La pulpa representa las experiencias acumuladas luego de haber sido filtradas y asimiladas desde el exterior.


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