jueves, 19 de octubre de 2017

MIKAËL Octubre 2017



MIKAËL





Soy Mikaël, Príncipe y Regente de las Milicias Celestiales. Bien amados hijos de la Ley del Uno, acojámonos los unos a los otros dentro de la Eternidad y el Amor.



…Silencio…



Saludo y honro a cada uno de vosotros en su verdad eterna de Luz. Bendito sea el Eterno.



…Silencio…



Hace algunos meses, en términos terrestres, os anuncié el arado de la superficie de la Tierra. Hoy, eso es visible a través de la actividad de los Elementos. Ya sea por el Fuego, ya sea por el Agua, por el Aire o por la Tierra, el Fuego Ígneo se revela a vosotros en cualquier lugar al que dirijáis vuestra mirada. La evidencia de esto, ya no podrá ser ignorada.



El Arcángel Uriel actúa ahora en vosotros para revelar el Blanco de la perfección, de la belleza y de la Verdad.



Como María os ha dicho, no os dejéis engañar por ciertos aspectos impresionantes de mi Presencia -mi Presencia, por supuesto, que está también dentro de vosotros en el Fuego ardiente de vuestro Corazón, en la intensidad del Amor. Eso se vive ahora, de forma directa, concreta y palpable.



Es en vosotros, no en el escenario de este mundo ni en la escena de este personaje, donde se encuentra la única Verdad, accesible por mi arado y acción sobre los elementos; esto permitirá al Ángel Uriel, Ángel de la Presencia, y Arcángel de la Reversión, haceros vivir y ver la Verdad. No necesitáis ningún equipaje, ningún requisito; eso forma parte del don de la Gracia que la Tierra vive en este mismo momento.



No os desviéis de la Verdad, por ningún elemento de vuestro cuerpo o de vuestra vida, o de este mundo; manteneos firmes en la Verdad y todo lo demás os aparecerá con evidencia, no la evidencia de los acontecimientos, sino la de vuestro Corazón. Ha llegado el momento de vivir todo lo que hemos preparado juntos para la celebración final, para las Bodas finales.



Olvidad todo pasado, toda experiencia y permaneced en la desnudez de vuestro Corazón que solo es la Verdad y la belleza inefable, a nada parecido. El Ángel Uriel irradiará todo lo que es falso, todo lo pasajero para que no quede más que la Blancura inmaculada, la inmaculada Alegría.



A partir de ahora -y las circunstancias de vuestras vidas os llevarán también a ello-, solo existe lo esencial: vuestro corazón. Cada circunstancia de este mundo, cada circunstancia de vuestra vida en el personaje y en la historia, os conducirá con fuerza o con suavidad al mismo lugar, a la misma verdad común a todos, allí donde no hay ninguna diferencia, allí donde está la Libertad y allí donde está la Alegría. Como María os ha dicho, únicamente depende de vosotros y solo de vuestra conciencia, que lo viváis y lo reveléis con facilidad y majestad.



Mi arado y mi siembra continuarán de manera más y más intensa, a medida que Nibiru avanza, cuyos efectos son ya perceptibles antes de su visibilidad. Como sabéis, toda la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, los Arcángeles, los Ancianos, las Estrellas, los pueblos galácticos, están tan preparados como vosotros para vivir esto. Todo lo demás desaparecerá de vuestra vista, la Verdad estará desnuda y todo se regenerará; nada será igual en vuestra densa realidad.



Cualesquiera que sean las sirenas exteriores, sean cuales sean las resistencias y los vínculos o la ignorancia existente en muchos de vosotros, no os alarméis, todo sucederá a la perfección. La majestad de la Luz, así como su despliegue visible, no permitirá el más mínimo error, la más mínima anomalía ni la más mínima desviación. La Verdad está desnuda, el corazón se reencuentra. Recordad que no hay nada más que hacer, nada que emprender, solo estar ahí, estar íntegramente ahí. Todo lo demás lo hará la Gracia, la misma Luz, en su Inteligencia y en su Presencia. Ya nada va a depender de vosotros, si no es para volveros hacia vosotros mismos, no para huir de cualquier acontecimiento, de cualquier elemento de vuestro cuerpo o de vuestra vida, sino para establecer la Verdad de manera visible.



María os ha dicho que no hay ninguna circunstancia previa, ningún estado anterior que constituya un obstáculo para la Verdad del corazón; eso se produce ahora mismo y se reforzará cada día un poco más, hasta el momento de la Llamada y de la Revelación en vuestros cielos.



Vivid simplemente lo que la Vida os propone, tanto en las penas como en las alegrías porque sean cuales sean las penas y las alegrías efímeras, son pasajeras, solo permanece el Amor, solo queda la Verdad.



La llamada del Espíritu, la llamada del Fuego Ígneo os toca cada vez más físicamente a través de diversas manifestaciones. Dejaré para eso, al Arcángel Anaël que os dará algunos detalles, algunos elementos que os servirán tal vez para tranquilizaros y animaros.



A medida que trabajo en la superficie de la Tierra, corto en vosotros, por vuestra aceptación, lo que debe ser cortado, eliminado, para dejaros vivir la Verdad libremente, en la alegría inigualable del Amor.



Os aparecerá de manera obvia, si no está ya hecho, que solo la interioridad del corazón y el silencio, permiten el florecimiento de la Luz, en vuestra Presencia, ayudándoos a la desaparición de vuestro personaje de diferentes maneras específicas en cada uno, antes de la Llamada de María.



Nadie sabe la fecha ni la hora, ni siquiera ahora, en el calendario terrestre, pero solo puedo confirmaros que es ahora. Sea cual sea el desarrollo, sean cuales sean las etapas y lo que se ve, la Verdad está ahí. Sean cuales sean las gesticulaciones relacionadas con el miedo, la evidencia prevalece sobre la confusión.



Todo sucede en la verdad de vuestro corazón. Todo lo que podáis observar fuera -y ese exterior es todo menos el corazón, ya se trate del exterior de vuestro cuerpo, de vuestro entorno, de la escena del mundo-, son solo las agitaciones estériles de los que todavía no se han reencontrado. Perdonadlos, porque ellos no saben todavía lo que son.



Todos los juegos terminan con la misma potencia, destruyendo las ventajas que todavía podían encerrar a vuestro corazón, limitarlo y forzarlo. María os ha dicho que solo tenéis que mirar hacia vuestro corazón para que la conciencia lo siga y vuestro personaje esté en silencio.



La Luz es simple, la persona será cada vez más compleja, también la vida ilusoria, pero la Vida real tomará cada vez más poder. Tanto si lo sabéis o no, como si lo vivís o no, eso no cambiará nada.



Todo está listo, todo se ha cumplido, todo se materializa para desaparecer en el Fuego del Amor. El Espíritu está por todas partes, la Verdad irrumpe en todas partes. Casi no hay zonas desprovistas de Luz y claridad. Son solo los últimos sobresaltos de la agonía de la Ilusión que no tiene nada que ver con lo que sois, independientemente de vuestra persona y de vuestra historia.



La Luz os quiere siempre más disponibles para la Verdad y no para los juegos ni para el sufrimiento. La Luz que sois, ya no puede estar obstaculizada o limitada en ningún sentido o por ningún acto de la locura humana. Ellos no saben lo que están haciendo.



Así que alegrémonos, estéis donde estéis porque todo cambia, todo se transforma para dejar solo a la Verdad. No os preocupéis de nada, solo de ser vosotros mismos, solo de encontraros. La facilidad será entonces vuestro lote diario, la Evidencia será una Gracia enriquecida; se puede decir así.



La Luz ilumina vuestro corazón. Iluminaréis el interior poniendo fin a las luces de neón del mundo, a las imágenes engañosas, a esos sustitutos de la vida.  No puede haber ninguna vacilación, ninguna duda, desde el instante en que vuestra conciencia se vuelve realmente hacia la Eternidad. No tenéis nada que comprender, nada que tomar, nada que justificar ni siquiera explicar.



Solo tenéis que reconoceros a vosotros mismos y eso no puede pasar, en ningún caso, por vuestra cabeza, eso no puede pasar bajo ninguna circunstancia por la linealidad de vuestra historia, independientemente de lo que hayáis experimentado algunos, durante muchos años. Sed nuevos, vírgenes de toda suposición. Así tiene lugar la verdadera aceptación. Poned fin a toda condición, a todo requisito, a toda suposición y os estableceréis instantáneamente en la Verdad eterna, en el Blanco de la Verdad.



Me dirijo a todos los hijos de la ley del Uno, al corazón de cada uno para deciros: “regocijaos”, no sucumbáis ante ningún sufrimiento, no sucumbáis ante ninguna ilusión o desvío. Estad ahí; eso es suficiente. No hay ninguna otra condición ni requisito, no hay ninguna otra preparación. La Paz solo os pide acompañaros en vuestros últimos pasos en este mundo. La Verdad y el Amor son vuestras guías infalibles en el regreso que vivís.



Vivid cada minuto y cada paso que deis en este mundo, con intensidad. Cada minuto es el último, cada paso es el último. No quedará más que la Verdad, sean cuales sean los acontecimientos por los que hayáis pasado o vayáis a pasar. Entonces, la intensidad de la Vida libre os recorrerá no solamente a través de las vibraciones, no solamente a través de las percepciones del cuerpo de Êtreté, aquellos que lo vivís, sino de manera mucho más directa, en el corazón.



Y la misma posibilidad es para todos, dondequiera que estén. Tienen la misma facilidad, la misma evidencia, diga lo que diga su persona o su situación.



…Silencio…



Lo que os digo aquí, aunque parezca insensato, improbable o una locura a vuestra razón, solo es por un engaño de los últimos condicionamientos de vuestra persona. No hay obstáculo y habrá cada vez menos, para los que creen todavía que los tienen. Estos no son más que trampas.



No hay demora, no hay distancia y esto es ahora.



Solo debéis recordar una cosa de todo lo que habéis escuchado, seguido o vivido y es: alegraos, el corazón está presente, habéis encontrado el corazón.



…Silencio…



Mis palabras son menos numerosas porque están acompañadas por la espada de la Verdad y el Espíritu del Sol. Mis silencios son más intensos que mis palabras.



La “Endo-Teofanía” se realizará ella misma de manera imprevista, en muchos de vosotros, durante los días que se abren ante vosotros.



Para aquellos que desesperan de no vivir el corazón, no hay error, no hay demora, no hay anomalía; simplemente dejad que se haga lo que se tiene que hacer. No luchéis, no os agarréis a nada. No tenéis que entender ni incluso explicároslo, porque el corazón es natural, es eterno y vosotros sois Amor, diga lo que diga vuestra vida, penséis lo que penséis. Y esto es simple, y esto se volverá así, si no lo es todavía, muy rápidamente, de manera fulminante; en un instante, muchos de vosotros resucitaréis a la Verdad.



Finalmente, algunos veréis a la Inteligencia de la Vida purificaros, esculpiros en la Eternidad. Confiad, la Verdad está ahí para todos e incluso para los que la ignoran todavía. Simplemente debéis estar en la “Aceptación”, sin proyectar nada ni buscar nada en el exterior de vosotros. Todo ocurre en vosotros y en ninguna otra parte, porque la pantalla del mundo es pasajera y pasa cada vez más rápidamente, sin dejar subsistir ninguna estructura ilusoria.



No hay nada que preparar, estáis todos totalmente preparados, aunque digáis lo contrario, aunque se os escape de momento. Tened confianza en el Amor, tened confianza en la Verdad eterna que sois, aunque no percibáis nada. Lo que os estoy diciendo no es un estímulo sino simplemente la Verdad establecida que crece con estrépito todos los días.



No puede haber amenazas, no puede haber juicio, no puede haber pérdidas en lo que sucede. Y aunque tengáis que perder vuestro cuerpo, ¿qué diferencia hay desde el momento en que estáis aquí presentes en el cuerpo de Eternidad? Porque lo que aparece, nunca desaparecerá; como sabéis, lo viviréis.



…Silencio…



Todos vosotros estáis listos incluso y, sobre todo, los que dicen que no lo están. Id más allá de las apariencias, más allá de lo que pueda pareceros una paradoja, pero que no lo es. Verificadlo, vedlo por vosotros mismos.



…Silencio…



Os bendigo y os honro a todos vosotros en cualquier lugar que creáis estar fuera del corazón. Conozco todos vuestros corazones que son el Corazón Uno.



No se necesitan más palabras ni más claridad porque me dirijo a vuestro corazón y él lo sabe.



Soy Mikaël, Príncipe y Regente de las Milicias Celestiales. En la Paz de Cristo, en el Amor de María, os honro. Y me uno, en este instante, a vuestra humanidad. Aunque no conozca la forma, vuestra transparencia actual me hace ver vuestro corazón. Seáis conscientes de ello o no, es la verdad.



Id en paz, id en alegría y anunciad la buena nueva -dentro de vosotros. Y dejad a cada uno en su libertad de elección. No abruméis a nadie, no enojéis a nadie, sed dulces, humildes y fuertes en el Amor. Os saludo. Siempre en la Eternidad. Siempre en el Amor.



…Silencio…



Adiós.



Para recibir los mensajes en tu bandeja de correo suscríbete en    http://isialada.blogspot.com.es/         y   http://isisalada2.blogspot.com.es/







No hay comentarios:

Publicar un comentario