MIKAËL
Soy Mikaël, Príncipe y
Regente de las Milicias Celestiales. Bien amados hijos de la Ley del Uno,
acojámonos los unos a los otros dentro de la Eternidad y el Amor.
…Silencio…
Saludo y honro a cada
uno de vosotros en su verdad eterna de Luz. Bendito sea el Eterno.
…Silencio…
Hace algunos meses, en
términos terrestres, os anuncié el arado de la superficie de la Tierra. Hoy, eso es
visible a través de la actividad de los Elementos. Ya sea por el Fuego, ya sea
por el Agua, por el Aire o por la Tierra, el Fuego Ígneo se revela a vosotros
en cualquier lugar al que dirijáis vuestra mirada. La evidencia de esto, ya no
podrá ser ignorada.
El Arcángel Uriel actúa ahora en vosotros para revelar
el Blanco de la perfección, de la belleza y de la Verdad.
Como María os ha dicho, no os dejéis engañar por
ciertos aspectos impresionantes de mi Presencia -mi Presencia, por supuesto,
que está también dentro de vosotros en el Fuego ardiente de vuestro Corazón, en
la intensidad del Amor. Eso se vive ahora, de forma directa, concreta y
palpable.
Es en vosotros, no en el escenario de este mundo ni en
la escena de este personaje, donde se encuentra la única Verdad, accesible por
mi arado y acción sobre los elementos; esto permitirá al Ángel Uriel, Ángel de
la Presencia, y Arcángel de la Reversión, haceros vivir y ver la Verdad. No
necesitáis ningún equipaje, ningún requisito; eso forma parte del don de la
Gracia que la Tierra vive en este mismo momento.
No os desviéis de la Verdad, por ningún elemento de vuestro
cuerpo o de vuestra vida, o de este mundo; manteneos firmes en la Verdad y todo
lo demás os aparecerá con evidencia, no la evidencia de los acontecimientos,
sino la de vuestro Corazón. Ha llegado el momento de vivir todo lo que hemos
preparado juntos para la celebración final, para las Bodas finales.
Olvidad todo pasado, toda experiencia y permaneced en
la desnudez de vuestro Corazón que solo es la Verdad y la belleza inefable, a
nada parecido. El Ángel Uriel irradiará todo lo que es falso, todo lo pasajero
para que no quede más que la Blancura inmaculada, la inmaculada Alegría.
A partir de ahora -y
las circunstancias de vuestras vidas os llevarán también a ello-, solo existe
lo esencial: vuestro corazón. Cada circunstancia de este mundo, cada
circunstancia de vuestra vida en el personaje y en la historia, os conducirá
con fuerza o con suavidad al mismo lugar, a la misma verdad común a todos, allí
donde no hay ninguna diferencia, allí donde está la Libertad y allí donde está
la Alegría. Como María os ha dicho, únicamente depende de vosotros y solo de
vuestra conciencia, que lo viváis y lo reveléis con facilidad y majestad.
Mi arado y mi siembra
continuarán de manera más y más intensa, a medida que Nibiru avanza, cuyos
efectos son ya perceptibles antes de su visibilidad. Como sabéis, toda la
Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, los Arcángeles, los
Ancianos, las Estrellas, los pueblos galácticos, están tan preparados como
vosotros para vivir esto. Todo lo demás desaparecerá de vuestra vista, la
Verdad estará desnuda y todo se regenerará; nada será igual en vuestra densa
realidad.
Cualesquiera que sean
las sirenas exteriores, sean cuales sean las resistencias y los vínculos o la
ignorancia existente en muchos de vosotros, no os alarméis, todo sucederá a la
perfección. La majestad de la Luz, así como su despliegue visible, no permitirá
el más mínimo error, la más mínima anomalía ni la más mínima desviación. La
Verdad está desnuda, el corazón se reencuentra. Recordad que no hay nada más
que hacer, nada que emprender, solo estar ahí, estar íntegramente ahí. Todo lo
demás lo hará la Gracia, la misma Luz, en su Inteligencia y en su Presencia. Ya
nada va a depender de vosotros, si no es para volveros hacia vosotros mismos,
no para huir de cualquier acontecimiento, de cualquier elemento de vuestro
cuerpo o de vuestra vida, sino para establecer la Verdad de manera visible.
María os ha dicho que
no hay ninguna circunstancia previa, ningún estado anterior que constituya un
obstáculo para la Verdad del corazón; eso se produce ahora mismo y se reforzará
cada día un poco más, hasta el momento de la Llamada y de la Revelación en vuestros
cielos.
Vivid simplemente lo
que la Vida os propone, tanto en las penas como en las alegrías porque sean
cuales sean las penas y las alegrías efímeras, son pasajeras, solo permanece el
Amor, solo queda la Verdad.
La llamada del
Espíritu, la llamada del Fuego Ígneo os toca cada vez más físicamente a través
de diversas manifestaciones. Dejaré para eso, al Arcángel Anaël que os dará
algunos detalles, algunos elementos que os servirán tal vez para tranquilizaros
y animaros.
A medida que trabajo
en la superficie de la Tierra, corto en vosotros, por vuestra aceptación, lo
que debe ser cortado, eliminado, para dejaros vivir la Verdad libremente, en la
alegría inigualable del Amor.
Os aparecerá de manera
obvia, si no está ya hecho, que solo la interioridad del corazón y el silencio,
permiten el florecimiento de la Luz, en vuestra Presencia, ayudándoos a la
desaparición de vuestro personaje de diferentes maneras específicas en cada
uno, antes de la Llamada de María.
Nadie sabe la fecha ni
la hora, ni siquiera ahora, en el calendario terrestre, pero solo puedo
confirmaros que es ahora. Sea cual sea el desarrollo, sean cuales sean las
etapas y lo que se ve, la Verdad está ahí. Sean cuales sean las gesticulaciones
relacionadas con el miedo, la evidencia prevalece sobre la confusión.
Todo sucede en la
verdad de vuestro corazón. Todo lo que podáis observar fuera -y ese exterior es
todo menos el corazón, ya se trate del exterior de vuestro cuerpo, de vuestro
entorno, de la escena del mundo-, son solo las agitaciones estériles de los que
todavía no se han reencontrado. Perdonadlos, porque ellos no saben todavía lo
que son.
Todos los juegos
terminan con la misma potencia, destruyendo las ventajas que todavía podían
encerrar a vuestro corazón, limitarlo y forzarlo. María os ha dicho que solo
tenéis que mirar hacia vuestro corazón para que la conciencia lo siga y vuestro
personaje esté en silencio.
La Luz es simple, la
persona será cada vez más compleja, también la vida ilusoria, pero la Vida real
tomará cada vez más poder. Tanto si lo sabéis o no, como si lo vivís o no, eso
no cambiará nada.
Todo está listo, todo
se ha cumplido, todo se materializa para desaparecer en el Fuego del Amor. El
Espíritu está por todas partes, la Verdad irrumpe en todas partes. Casi no hay
zonas desprovistas de Luz y claridad. Son solo los últimos sobresaltos de la
agonía de la Ilusión que no tiene nada que ver con lo que sois,
independientemente de vuestra persona y de vuestra historia.
La Luz os quiere siempre más disponibles para la
Verdad y no para los juegos ni para el sufrimiento. La Luz que sois, ya no
puede estar obstaculizada o limitada en ningún sentido o por ningún acto de la
locura humana. Ellos no saben lo que están haciendo.
Así que alegrémonos, estéis donde estéis porque todo
cambia, todo se transforma para dejar solo a la Verdad. No os preocupéis de
nada, solo de ser vosotros mismos, solo de encontraros. La facilidad será
entonces vuestro lote diario, la Evidencia será una Gracia enriquecida; se
puede decir así.
La Luz ilumina vuestro corazón. Iluminaréis el
interior poniendo fin a las luces de neón del mundo, a las imágenes engañosas,
a esos sustitutos de la vida. No puede haber ninguna vacilación,
ninguna duda, desde el instante en que vuestra conciencia se vuelve realmente
hacia la Eternidad. No tenéis nada que comprender, nada que tomar, nada que
justificar ni siquiera explicar.
Solo tenéis que reconoceros a vosotros mismos y eso no
puede pasar, en ningún caso, por vuestra cabeza, eso no puede pasar bajo
ninguna circunstancia por la linealidad de vuestra historia, independientemente
de lo que hayáis experimentado algunos, durante muchos años. Sed nuevos,
vírgenes de toda suposición. Así tiene lugar la verdadera aceptación. Poned fin
a toda condición, a todo requisito, a toda suposición y os estableceréis
instantáneamente en la Verdad eterna, en el Blanco de la Verdad.
Me dirijo a todos los hijos de la ley del Uno, al
corazón de cada uno para deciros: “regocijaos”, no sucumbáis ante ningún
sufrimiento, no sucumbáis ante ninguna ilusión o desvío. Estad ahí; eso es
suficiente. No hay ninguna otra condición ni requisito, no hay ninguna otra
preparación. La Paz solo os pide acompañaros en vuestros últimos pasos en este
mundo. La Verdad y el Amor son vuestras guías infalibles en el regreso que
vivís.
Vivid cada minuto y cada paso que deis en este mundo,
con intensidad. Cada minuto es el último, cada paso es el último. No quedará
más que la Verdad, sean cuales sean los acontecimientos por los que hayáis
pasado o vayáis a pasar. Entonces, la intensidad de la Vida libre os recorrerá
no solamente a través de las vibraciones, no solamente a través de las
percepciones del cuerpo de Êtreté, aquellos que lo vivís, sino de manera mucho
más directa, en el corazón.
Y la misma posibilidad
es para todos, dondequiera que estén. Tienen la misma facilidad, la misma
evidencia, diga lo que diga su persona o su situación.
…Silencio…
Lo que os digo aquí,
aunque parezca insensato, improbable o una locura a vuestra razón, solo es por
un engaño de los últimos condicionamientos de vuestra persona. No hay obstáculo
y habrá cada vez menos, para los que creen todavía que los tienen. Estos no son
más que trampas.
No hay demora, no hay
distancia y esto es ahora.
Solo debéis recordar
una cosa de todo lo que habéis escuchado, seguido o vivido y es: alegraos, el
corazón está presente, habéis encontrado el corazón.
…Silencio…
Mis palabras son menos
numerosas porque están acompañadas por la espada de la Verdad y el Espíritu del
Sol. Mis silencios son más intensos que mis palabras.
La “Endo-Teofanía” se
realizará ella misma de manera imprevista, en muchos de vosotros, durante los
días que se abren ante vosotros.
Para aquellos que
desesperan de no vivir el corazón, no hay error, no hay demora, no hay
anomalía; simplemente dejad que se haga lo que se tiene que hacer. No luchéis,
no os agarréis a nada. No tenéis que entender ni incluso explicároslo, porque
el corazón es natural, es eterno y vosotros sois Amor, diga lo que diga vuestra
vida, penséis lo que penséis. Y esto es simple, y esto se volverá así, si no lo
es todavía, muy rápidamente, de manera fulminante; en un instante, muchos de
vosotros resucitaréis a la Verdad.
Finalmente, algunos
veréis a la Inteligencia de la Vida purificaros, esculpiros en la Eternidad.
Confiad, la Verdad está ahí para todos e incluso para los que la ignoran
todavía. Simplemente debéis estar en la “Aceptación”, sin proyectar nada ni
buscar nada en el exterior de vosotros. Todo ocurre en vosotros y en ninguna
otra parte, porque la pantalla del mundo es pasajera y pasa cada vez más
rápidamente, sin dejar subsistir ninguna estructura ilusoria.
No hay nada que
preparar, estáis todos totalmente preparados, aunque digáis lo contrario,
aunque se os escape de momento. Tened confianza en el Amor, tened confianza en
la Verdad eterna que sois, aunque no percibáis nada. Lo que os estoy diciendo
no es un estímulo sino simplemente la Verdad establecida que crece con
estrépito todos los días.
No puede haber
amenazas, no puede haber juicio, no puede haber pérdidas en lo que sucede. Y
aunque tengáis que perder vuestro cuerpo, ¿qué diferencia hay desde el momento
en que estáis aquí presentes en el cuerpo de Eternidad? Porque lo que aparece,
nunca desaparecerá; como sabéis, lo viviréis.
…Silencio…
Todos vosotros estáis listos incluso y, sobre
todo, los que dicen que no lo están. Id más allá de las apariencias, más allá
de lo que pueda pareceros una paradoja, pero que no lo es. Verificadlo, vedlo
por vosotros mismos.
…Silencio…
Os bendigo y os honro
a todos vosotros en cualquier lugar que creáis estar fuera del corazón. Conozco
todos vuestros corazones que son el Corazón Uno.
No se necesitan más
palabras ni más claridad porque me dirijo a vuestro corazón y él lo sabe.
Soy Mikaël, Príncipe y
Regente de las Milicias Celestiales. En la Paz de Cristo, en el Amor de María,
os honro. Y me uno, en este instante, a vuestra humanidad. Aunque no conozca la
forma, vuestra transparencia actual me hace ver vuestro corazón. Seáis conscientes
de ello o no, es la verdad.
Id en paz, id en
alegría y anunciad la buena nueva -dentro de vosotros. Y dejad a cada uno en su
libertad de elección. No abruméis a nadie, no enojéis a nadie, sed dulces,
humildes y fuertes en el Amor. Os saludo. Siempre en la Eternidad. Siempre en
el Amor.
…Silencio…
Adiós.
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