OSHO
Soy Osho, y estoy muy feliz de estar con vosotros.
…Silencio…
Acojo a cada uno de vosotros en el silencio de mi corazón y en
la danza de la Eternidad.
Oh, no he venido para daros grandes discursos. He venido a
hablaros muy, muy concretamente y prácticamente sobre algunos elementos que os
fueron comunicados desde hace muchos meses, pero más adaptados específicamente
a este período que se vive en la tierra.
El Arcángel Anaël mismo, de hecho, y empezaré por ahí, os ha
hablado, creo, de aceptar y de la aceptación. Diría que la aceptación es la
consecuencia lógica del Aquí y Ahora, porque cuando estáis en el aquí y ahora,
no dependéis de nada, ni del pasado, ni de la razón, ni de la emoción, ni de la
reacción, ni de la anticipación. La aceptación es el Aquí y Ahora, y desemboca
por supuesto en el Amor incondicional, incluso en el seno de la persona. No hay
ningún sitio para la exclusión en el aquí y ahora y en la aceptación. Es así
como la transparencia puede manifestarse más, vivirse y obrar en vosotros.
En general, la aceptación sobreviene cuando entendéis las
particularidades de la situación que sea. La aceptación que ha evocado el
Arcángel Anaël, y que voy a poner en práctica para vosotros, es que todo lo que
se presenta en la pantalla de vuestra conciencia, al no ser la Verdad, siendo
invertida, falsificada, modificada, amputada, siendo falsa, no hay ninguna
razón de ocuparse de ello, ¿no es así? Ocuparse de vuestro cuerpo, sí, ocuparse de vuestra salud, sí,
ocuparse de vuestros allegados, sí, pero el proceso de la aceptación, en el
Aquí y Ahora, cuando el corazón está ahí, todo es vivido con la misma
intensidad y la misma alegría.
Es justamente el rechazo o la adhesión, lo que os paraliza y os
bloquea. Hay efectivamente que ser móvil, y aquí, hablo de vuestra conciencia.
Esta movilidad se hace en el silencio y en la inmovilidad del cuerpo, es la
danza del Espíritu. Entonces, habéis empleado unas palabras, unos conceptos,
hoy tenéis que vivirlos, totalmente. Experimentadlo. Intentad, ante algo que os
molesta, a lo que os oponéis, que rechazáis, aceptarlo, aunque pueda resultarle
intolerable a vuestra persona. Sobre todo cuando es intolerable, y sobre todo,
diría yo, en vuestro cotidiano. No hablamos aquí de unos conceptos, no hablamos
aquí de unas ideas, de unos pensamientos, sino que hablamos de la realidad de
vuestra vivencia.
Si queréis ser ligeros, si no queréis estar afectados por
ninguna resistencia, si no queréis ver ocultarse vuestros sentidos o ver
manifestarse de una manera importante vuestras venas, vuestros corazones,
vuestros cerebros, entonces hay que ser ligeros. La ligereza, la
disponibilidad, resultan de un emplazamiento de la conciencia, esto lo sabéis.
Si habéis refutado lo suficientemente, si habéis visto una parcela misma de la
Ilusión, si habéis seguido todos los procesos que había que vivir, incluso sin
vivirlos, simplemente escuchándolos, leyéndolos, aunque no hayáis vivido nada
hasta hoy, os digo: felices los simples de espíritu y felices los simples en
energía y en vibración. Hoy, sois los más próximos a la Verdad. Os basta con
asentir, os basta, ante cualquier acontecimiento que sobrevenga en vuestra
vida, de permanecer en la inmovilidad y en el silencio, con el fin de que
vuestra conciencia baile con evidencia la danza de la Vida y siga todos los
movimientos permaneciendo inmóvil.
Acordaos que en el seno de la Ilusión, ¿qué queréis defender? ¿Qué queréis demostrar en el seno de la Ilusión? Por supuesto, hay reglas, que están ligadas a la vida en sí, en
la organización de la vida. Ésta, la veis como falsa, falsificada, alterada, no
tiene ningún valor. Lo que tiene un valor ahí, es la Vida, no vuestra vida sino
la Vida. Entonces de alguna manera, se os pide ser la Vida en lugar de ser
vuestra vida. Entonces por supuesto, al nivel de vuestra persona es
intolerable, incluso es una tortura. Vuestras mismas costumbres, como fue
explicado, son un inconveniente mayor en la Libertad interior, sean cuales sean
las costumbres. Que sean unas costumbres espirituales, de hecho, como las
costumbres meramente rutinarias. Romped esto. Seguid la evidencia, la
facilidad. Seguid lo que os parece lo más ligero y no lo qué queréis. Para
esto, por supuesto, no hay que proyectar nada. No hay que anticipar ningún
resultado. Efectivamente hay que situarse en totalidad aquí, en el corazón, en
el instante presente, en la aceptación, en el Aquí y Ahora.
Y esto es válido, no solamente como precepto espiritual, sino
sobre todo, hoy, a través de las tres vías que se ofrecen a vosotros. Bien
evidentemente, lo podéis imaginar, hay una vía que es la más agradable, que es
la vía de la Felicidad, hay una vía que es muy angustiosa, sobre todo ahora,
que es la vía del sufrimiento, y hay una vía muy desconcertante, que es la vía
de los velos, creo que lo han llamado así, es decir el momento en que los
sentidos dejan de ser funcionales. Os incumbe elegir, por así decirlo, pero la
única y verdadera elección posible, en definitiva, ya que dos de las vías sólo
son la traducción de vuestro no-emplazamiento en la aceptación… no aceptáis. En
el seno de vuestro personaje y de la historia que vivís, no aceptáis a vuestro
marido, a vuestra mujer, la situación, el fin del mundo. No aceptáis que el fin
del mundo no haya pasado ya o que vaya a pasar. No aceptáis vuestro destino,
vuestra salud.
Tenéis que aceptaros. Porque es a partir del momento en que os
aceptáis hoy, no os lo hubiera dicho mientras vivía, si aceptáis, demostráis
con esto que dejáis todo el sitio a la Luz y a nada más. Os volvéis ligeros, os
aligeráis, ya no estáis encadenados a vuestras costumbres, y que sin embargo os
parecían tan elementales para mantener vuestra salud, vuestra homeostasis,
vuestra regularidad. Pero, ¿quién os ha dicho que
el Amor debía ser regular?
El Amor, es estar vivo, es aceptar – sin ninguna condición –
todo lo que se presenta. Atañe a la persona. Pero si actuáis en el seno de la
persona, ¿cómo queréis ver que no sois la persona? Entonces, romped todos los ritmos, romped todas las costumbres,
experimentadlo. Obedeced, no a las reglas, a las leyes que os habéis fijado y
que están ahí, que ya ni siquiera veis, vuestros automatismos, creo que fue
llamado así. Aceptad lo nuevo, aceptad el imprevisto, lo imprevisible, lo
inesperado, y veréis lo que ocurre. Olvidadnos incluso a nosotros, los
Ancianos, los viejunos gruñones, olvidad los Arcángeles, olvidadlo todo. Sed
nuevos y vírgenes de todo. Que vuestro momento del instante presente no esté
coloreado por ningún otro momento.
« Aceptar », es verdaderamente una palabra muy grande la
que os ha dicho el Arcángel Anaël. Porque aunque el Abandono a la Luz era
difícil de explicar, pues la aceptación no presta a ninguna discusión. Aceptar
no quiere decir dejarte pisotear por lo que sea. Aceptar quiere decir ser
verdadero, y es decir y ver por la experiencia, que cuando aceptáis, aunque lo
que os parece desagradable e imposible se resuelve, no por vuestra voluntad
sino por la Luz misma. ¿Confiáis en la Luz
que sois y en la Luz que está ahí, o confiáis en este mundo? ¿Confiáis en vuestra
vida o confiáis en la Vida? ¿Veis las diferencias? Vividlo. No os
preocupéis de nada más que de este instante presente. Olvidad el fin de los
tiempos, olvidad las elecciones, olvidadlo todo. Olvidar no quiere decir no
ver, olvidar no quiere decir estar enganchado a lo que sucede. Permaneced en la
inmovilidad y en el silencio del corazón, ahí donde la Vida baila, ahí donde
sois la Vida y donde ya no sois vuestra vida.
Entonces por supuesto, si no conocéis y no vivís el corazón, ¿qué es la Vida para vosotros, si no es vuestra vida? Pero estar vivo, no es vuestra vida. Estar vivo, es celebrar la
Vida, y no la vuestra, con sus inconvenientes y sus ventajas. Es dejar de estar
identificado a la historia que sea. Es estar disponible para el Amor,
disponible en el instante, disponible en cada instante y tener una total
confianza en la Luz. Porque demostráis con esto que realmente pasáis al
sacrificio consciente y lúcido, no de vuestro personaje sino de vuestra
conciencia efímera. Por supuesto, esto tendrá unas traducciones al nivel de
vuestro cuerpo, de vuestra vida, pero éstas serán un aligeramiento. No habrá
ningún sufrimiento, no habrá ningún velo, sólo habrá la posibilidad de la
Felicidad. Veis, es simple. Pero, ¿sois capaces de
aceptar? Tal y como acepté de hecho, en mi última encarnación, que me
envenenaran con radiaciones. Hubiese podido muy bien no acostarme en esa cama.
Lo acepté. Y si hubieseis visto la felicidad que fue.
Así es el fin. El fin es la Libertad, la muerte es el verdadero
comienzo. Aquí, estáis muertos, totalmente muertos. Estáis amputados, no del 10%, sino del 90% de lo que sois. Estamos encerrados en
unas formas. No podemos escapar de esta forma como en los mundos libres,
estamos obligados a jugar el juego sin comprender nada, aplicando las leyes de
este mundo y las falsas leyes de la espiritualidad. ¿Sois la Vida? ¿Queréis ser la Vida? Entonces, olvidaos.
Aceptad y ya veréis. Me encargaré del servicio post-venta, si la ocasión se
ofrece.
Pero como decía vuestro amigo Bidi, y el mío también de hecho,
es muy simple, no sois esta persona. No juguéis el juego de la persona, jugad
el juego de la Eternidad. Es de hecho por esto que cuando vivía, creaba siempre
unas ceremonias para romper con la rutina. Era, como decís, de hecho los
Ancianos me llaman así, “el excéntrico”. ¿Cuál es el mejor modo
de romper los códigos del encierro que de ser excéntrico, de no seguir la moda,
de no seguir a su vecino, de no seguir a nadie? Dejarse llevar por
la Vida no quiere decir no ser responsable, sino justamente, ser totalmente
responsable. Porque en la responsabilidad, donde interiormente no hay ninguna
regla, donde no hay ninguna costumbre, estáis disponibles para vosotros. Habéis
aceptado. La Felicidad sólo puede salir de ahí. Todas las demás alegrías, y
vuestras experiencias os lo han enseñado, no duran. Un día estáis felices,
experimentáis la Gracia, y un día desaparece.
Cuando estaba encarnado, dije que nada tenía que ser fijo, todo
debe cambiar, todo es cambio, todo es movimiento. Pero para vivir este
movimiento perfecto de la Vida, hay que estar inmóvil en el seno de la persona,
no tener ningún proyecto. Por supuesto que podéis tener un proyecto pero,
establecéis vuestro proyecto, vuestra cita, y luego lo olvidáis. No fijéis
vuestra conciencia en un objetivo. Para un objetivo material, sí, para vuestras
vacaciones, para vuestros estudios, para lo que queráis, pero no para lo que
sois, si no, estaréis sometidos a lo que habéis creado.
Ahora que la co-creación conciente del Femenino sagrado se
expresa cada vez más, ahora que la Verdad estalla ante vuestros ojos, para
vosotros como para cada uno, retened que lo más sabio y lo más simple es
aceptar. Entonces por supuesto, cada uno es diferente con lo que ocurre, y de
hecho, ha sido explicado perfectamente, hay tres vías. Son unas vías provisionales,
son unos caminos que tomáis desde un punto a otro, que es el punto que va desde
hoy o los días que acaban de pasar, hasta finales de vuestro mes de julio.
Aceptar, es la mejor cosa que podéis decidir para vivir la
Libertad. Una vez más, aceptar no quiere decir descuidar las necesidades que
sean sino tomarlas con ligereza, lo que permite verdaderamente recuadrar este
instante presente, este aquí y ahora.
No olvidéis de pasar unos buenos momentos con vuestra persona.
Esos buenos momentos no son necesariamente unos placeres. Tened tiempo sobre
todo para no hacer nada, para ser perezosos. No para meditar o alinearos,
aunque todavía sea útil, por así decirlo, pero la cosa más útil hoy, es la
pereza. Ah, por supuesto, a algunos les chocarán estas palabras. ¡Qué
irresponsabilidad! Pues no, es la más grande de las responsabilidades ser
perezoso. Ser perezoso no quiere decir ser ocioso. Ser perezoso quiere decir
simplemente estar en el aquí y ahora. Porque no hay nada que hacer, en
definitiva, lo que sois ya es perfecto. Es vuestra persona que es imperfecta.
Entonces, ¿queréis mejorar
vuestra persona, vuestra historia, vuestro personaje, o estar vivo, vivir la
Vida en lugar de vuestra vida, que proporciona todas las satisfacciones mucho
más que todo lo que podéis conquistar en este mundo? Averiguadlo.
Todo es entretenimiento, todo es juego, incluso el sufrimiento.
Por supuesto, desde el punto de vista de la persona, concibo que podáis no
estar de acuerdo, y es evidente, y no me esperaba que estuvierais de acuerdo en
el seno de vuestra persona, pero vuestra eternidad, ella, está de acuerdo.
Entonces por supuesto, muchos de vosotros han pasado por unas desapariciones,
por unas deslocalizaciones, y ahora por la vía del velo, por la vía del
sufrimiento. ¿No estáis hartos de
jugar al juego de este mundo?
Sabéis, soy un revolucionario. Y ahora que las condiciones son
propicias, no contéis conmigo para hablaros de los Elementos que represento. He
venido para insuflaros la sed de la Libertad. ¿Queréis ser libres? No hay ninguna libertad posible en este mundo, lo sabéis.
Estáis cada vez más encerrados, cada vez más controlados. ¿Dónde queréis escaparos? ¿A una cueva al otro extremo de una isla? No, escapaos a vuestro interior, ya que todo está en vosotros.
Averiguadlo, sed perezosos, aceptad. HIC y NUNC. Sed ligeros. Entonces por
supuesto que hay unas obligaciones, pero nada no os impide ser ligeros. La
obligación no debe volveros pesados. Esas obligaciones, de hecho lo veis, se
vuelven cada vez más insignificantes. En todo caso, vosotros en Occidente,
todavía tenéis comida, todavía tenéis vuestra comodidad. Disfrutadlo.
Sed perezosos, la aceptación vendrá sola. Ocupaos de lo que hay
que hacer, pero incluso ocupándoos, no sed serios. Sed ligeros, sed alegres,
aunque las circunstancias no sean para nada alegres – y sobre todo si no son
alegres. Porque si os negáis, quiere decir que negáis la Vida. Daos cuenta,
habláis de Amor, vibráis, y luego algunos de vosotros rechazan su vida porque
están esperando el fin, porque tienen miedo de mañana, porque tienen algunas preocupaciones
con su pareja, porque tienen algunas preocupaciones con sus hijos. Sed ligeros,
no hay otra posibilidad que la ligereza. O bien sois densos, o bien sois
ligeros. O bien vuestra alma existe y os llevará cada vez más hacia la materia,
o bien se ha volcado y os aligera cada vez más. Es un mecanismo meramente
mecánico. No es cuántico, no es la conciencia, es la verdad.
Y de hecho, los que están felices, lo veis, se vuelven ligeros.
Son ligeros, despreocupados, aunque tengan, y sobre todo si tienen algunas
preocupaciones que solucionar. La despreocupación permite solucionar las
preocupaciones. Esta despreocupación, es la aceptación, es el aquí y ahora, no
hay otra libertad. Si pretendéis y pretextáis querer ser libres con el fin del
mundo, os equivocáis muchísimo. Estaréis liberados, es seguro. Es un hecho, es
una certeza, pero os recuerdo que hay de todos modos algunos momentos difíciles
que pasar. Entonces, sed ligeros ahora cuando esos momentos difíciles todavía
no están, o que sólo conciernen a vuestra persona, vuestro cuerpo, vuestra
vida. Sed la Vida, totalmente e integralmente, sin escrúpulos, sin
remordimientos. Aligeraos. Aligerar no quiere decir separaros de lo que os
pesa, que sea un marido o una mujer la más odiosa que sea, que sea un niño muy
difícil, que sea una condición social terrible o la más cómoda que sea; no
cambia nada.
Y de hecho, vosotros mismos lo observáis, cuanto más poseéis,
cuanto más tenéis riquezas, más es pesado, aunque vosotros seáis ligeros,
porque hay la obligación de administrar, de decidir, de elegir. Felices los
simples de espíritu, tal vez lo habéis olvidado. Felices los niños, porque el
Reino de los cielos les pertenece.
Entonces os diré, el mejor consejo con relación a esto, no es
una técnica, es simplemente de ocuparos de vosotros. Pero de vosotros, no en la
persona, sino de regar vuestro jardín interior, de bailar la Vida. No podéis
aligerar lo que es pesado, sólo podéis ponerle dulzura y ligereza, y la pesadez
desaparecerá por sí sola. No os imaginéis que haya una escalera que va de la
pesadez a la ligereza, o es uno o es otro, y lo sabéis, y será cada vez más así
– y ya es cada vez más así. Es la ley del todo o nada, el Amor o el miedo, el
Amor o el sufrimiento, la ligereza o la pesadez, la enfermedad o el bienestar,
los velos o la claridad. Podría seguir así hasta el infinito.
Veis, ahora no hace falta ningún concepto, ni ninguna Puerta, ni
ninguna Estrella, ni ningún Anciano, ni yo, ni nadie. Aceptadlo y averiguadlo
por vosotros mismos. La Vida os es ofrecida en abundancia. Y si creéis que la
vida se limita entre un nacimiento y una muerte, y entre unas muertes y unos
renacimientos, entonces os podéis preocupar porque todo eso va a desaparecer, y
la Libertad puede daros miedo. Es de hecho por esto que sois rígidos, que
tenéis tantas costumbres, porque en definitiva, tenéis miedo a la Libertad.
Entendedlo, no hay otro obstáculo. El miedo o el Amor, decía nuestro
Comendador. Yo os digo, la densidad o la ligereza; yo os digo, la Felicidad o
el sufrimiento.
La Verdad es alegre, y es una buena noticia. No sois lo que
vivís, y esto lo sabéis cada vez más, sea cual sea la aproximación de lo que
habéis vivido. Entonces, ¿qué es lo que os
falta si tenéis los velos? ¿Qué es lo que os falta si estáis sufriendo? Pues, esta Vía de la Infancia, la espontaneidad. Es decir que
en alguna parte sois muy reflexivos, pensáis demasiado en vuestra historia, la
vuestra o la de los finales de los tiempos, pensáis demasiado en vuestro
pasado, pensáis demasiado en lo que piensan los demás. No pensáis lo bastante
en vosotros. Sed egoístas. No en el seno de la persona, sino en vuestro
corazón, con este egoísmo que ofrece el corazón a todo el mundo como el más
valioso de los tesoros que nunca se seca. Ahí está la danza de la Vida. Todo lo
demás sigue, sin ningún problema. Si os falta algo, ya no viviréis la falta, si
estáis demasiado densos, estaréis menos densos, pero no tenéis que decidir nada
más.
Sed la Vida y el resto seguirá. Veis, no tengo, en cuanto a mí,
nada que deciros en cuanto a poner vuestras manos en tal sitio o hacer tal
cosa, os pido ser perezosos. Sed muy perezosos y seréis ligeros, porque
estaréis necesariamente en el aquí y ahora. Y de hecho ya lo constatáis sin
daros cuenta. El tiempo pasa cada vez más rápidamente, tan rápidamente que no
sabríais como contar los minutos, las horas. Una hora pasa en un minuto. Es una
realidad de la conciencia, no del reloj, y sin embargo es lo que vivís. Es
decir que el tiempo ya no quiere decir gran cosa. Quiere decir algo por supuesto
para la organización. Cuando vais a tomar un tren, no se trata de decir – si
tenéis que tomar un tren a las 19 horas, y estáis atrasados –, de decir que no
es grave. Habéis perdido el tren. Pero si no queréis perder la Eternidad, lo
que es imposible de hecho, tenéis que ser perezosos. Trabajar siendo perezoso
no quiere decir necesariamente hacer lo menos posible, sino
considerarlo como un juego y no como una obligación.
La Luz os propone ahora descondicionaros de todo lo que no es
verdadero: vuestra persona, por supuesto, vuestras costumbres, vuestras vidas
pasadas, y el futuro. Si esperáis el final de los tiempos para vivir la Vida,
vais a afrontar vuestra propia dureza hacia vosotros mismos, vuestros propios
marcos de referencia, vuestra propia rigidez. Y estáis rígidos a partir del
momento en que seguís un protocolo, un ritual, un horario, unos convenios sean
cuales sean. Por supuesto, es necesario para la organización de la vida en este
mundo, pero ¿estáis seguros de
todavía estar en este mundo? Lo veis bien. Por
supuesto que tenéis unas tareas que hacer, unos hijos que educar, unas familias
que alimentar. Pero, ¿lo veis? ¿Veis al personaje que
se agita? Esto, es el testigo, el observador. Todos lo veis en diferentes
grados.
Pero en cambio no veis lo que tan habitual es para vosotros, lo
que consideráis como adquirido, y esto concierne esencialmente a la noción de
tiempo, de horarios, de rituales que os imponéis inútilmente, porque cualquier
ritual encierra. Entonces por supuesto, unos rituales os fueron propuestos, que
eran, y la prueba está ahí, lo habéis vivido, iban a acercaros a esta Libertad.
Pero sabéis que sólo vosotros mismos podéis ser libres. Y no dependéis de
ninguna circunstancia, de ningún hándicap, de ningún futuro y de ningún pasado
para esto. Porque si dependéis de algún pasado o de una anticipación de algún
futuro, aunque fuese el más feliz o el más detestable, corréis detrás de la
Libertad, y corréis en el exterior de vosotros. Estáis en el alboroto y en el
movimiento, que no es una danza, que sólo es la necesidad de costumbres, la
necesidad de certezas. Pero sabéis muy bien que el Amor no es ni una certeza ni
nada que pueda ser vivido en este mundo.
Ah sí, podéis vivir el amor romántico, el amor sentimental,
hacer el amor. Son unos paliativos, unos sucedáneos, que no tienen ninguna
realidad porque, lo sabéis bien, todos los amores pasan, o bien por la muerte,
o bien por el divorcio, o bien porque los hijos se van, o bien porque estáis
jubilados y el amor por vuestra profesión va apagándose obligatoriamente. Pero
el Amor que está en vosotros, que sois, nunca puede apagarse. Entonces, ¿a qué esperáis para alimentaros de lo que sois? Es igual para la Luz. Muchos Ancianos os han dicho y repetido,
apuntado permanentemente que todo estaba en vuestro interior. No requiere
ningún conocimiento, se os ha explicado ampliamente también. No requiere ningún
modelo, no requiere ninguna tradición, no requiere ningún antecedente. De hecho
ni siquiera requiere ningún ejemplo, ni siquiera requiere ningún maestro y
todavía menos unos viejunos gruñones que somos.
Necesitáis ser vosotros mismos. Todo lo que os hemos propuesto,
en fin yo no, fue destinado a encontraros a vosotros mismos y a haceros
entender, diría yo, una forma de autosuficiencia de la Luz. Y de hecho entre
vosotros, algunos viven la vía de la Felicidad y ellos mismos ven que ninguna
costumbre puede aguantar, que sea el sueño, los alimentos, el humor. El que
pretende estar en el Amor todo el tiempo y permanentemente con el mismo humor no
es verdadero. Hace trampas, ya que la vida es movimiento, ya que la vida es
danza. Sin embargo, ya no podéis hacer trampas, aunque esté ligado a algo que
es inconsciente y simplemente ligado a una costumbre, porque la llamada al
orden de la Luz, lo vivís, es cada vez más sensible. No es la Luz la que hace
esto, es vuestro no-reconocimiento de la Luz.
Ya no tenéis nada que ocultar. Dejad emerger, dentro de vosotros
como fuera de vosotros, la Verdad que sois, sin prejuicios, sin pensar, con la
más grande de las espontaneidades, y constataréis muy rápidamente, durante este
mes de julio, que todo se resuelve. Ah, a veces puede resolverse con la muerte
de la persona. Sí, si habéis elegido la vía del sufrimiento. ¿Qué importancia para la Eternidad que sois? Ah por supuesto, es muy importante para la sociedad, el no
morir, el vivir lo más viejo posible, el tener una vida satisfactoria, pero ¿qué sabéis de la verdad del otro lado, si no habéis ido allí? ¿Por qué creéis que
muchas de las hermanas Estrellas que os han hablado de su camino, han tenido
esas vidas de sacrificio total casándose con Cristo? ¿Creéis que esas
hermanas eran masoquistas? ¿O que se equivocaban? Tenéis bastantes
testimonios, en Occidente como en Oriente, acerca de unos seres que eran la
bondad, la Felicidad, la Libertad.
¿Qué asuntos queréis
llevar? ¿Cuáles son vuestros
objetivos, ahora, en el instante, ahora mismo? ¿Acaso este objetivo, lo contempláis como algo que hay que
adquirir, conquistar, o es que aceptáis soltarlo todo en el instante presente y
ver lo que pasa? Si no pasa nada, es
que no habéis soltado, es una coartada. Porque os garantizo que hoy, y cuanto
más los días pasen, que sea con las Teofanías, que sea con los acontecimientos
ocurriendo en la tierra o en el cielo, no tendréis otra oportunidad que de
soltarlo todo, vuestras creencias, vuestros certezas. Una vez más, no he dicho
que había que distribuir vuestro dinero o separaros de lo que sea.
En el Amor no tenéis que resolver nada, en la persona
permanentemente tenéis cosas que resolver. Y si tenéis cosas que resolver, ¿qué quiere decir? Quiere decir que
todavía hay una persona que está ahí. El verdadero Liberado, aunque sabe que
tiene que ocuparse de su vehículo, puede perfectamente aceptar la muerte y el
sufrimiento, porque no sufre. Sabe que hay sufrimiento pero no sufre. Entonces
cuando están los velos, es profundamente diferente porque ahí, es una
ocultación de la conciencia. Quiere decir que tenéis tantas costumbres
espirituales que es imposible separaros de ellas. Estáis atados a vuestras
certezas intelectuales y a vuestras experiencias, al karma, a vuestras visiones
futuras, a vuestros protocolos, a vuestros ejercicios. Espiritualmente estáis
atados.
Sois Luz, pero no podéis estar atados y ser Luz. Si estáis
atados, quiere decir que tomáis vuestro alimento de Luz fuera de vosotros, y
que todavía estáis en el juego de las apariencias, esta vez espirituales.
Entended bien que no podéis vivir el Amor en el sufrimiento. La vía del
sufrimiento os pone justamente ante este desconocido, cuando el sufrimiento es
tal que sólo el Amor puede reemplazar el sufrimiento. Es la resiliencia. A nivel
espiritual, es la misma palabra. Pero no lo veis, sobre todo si sufrís. Os
aferráis a algo, si no es a vuestra persona, es a la Luz. Pero no podéis
aferraros a lo que sois, ved esto. Y si sufrís, todo viene de ahí.
Ah, quizás tengáis un buen corazón, habéis vivido la Gracia,
habéis vivido las vibraciones, estáis liberados. Y sin embargo ¿qué es lo que pasa? No habéis visto la
Vida y en alguna parte rechazáis la Vida, aunque ya no estéis en este mundo y
que hayáis hecho todo para no depender más de este mundo, de no tener más
obligaciones, familiares, profesionales, y constatáis que esos hermanos y esas
hermanas siempre están tristes, siempre sufriendo tanto. No han aceptado la
Vida. Han creado las condiciones exteriores propicias, como se ha dicho durante
las Bodas Celestes, pero ya no estáis en aquella época.
El marcador indeleble de la Verdad, es la Felicidad, y el
instante presente, y la aceptación. Si no, es que sois falsos y estáis
equivocados, aunque vibréis. Entonces por supuesto, en el momento tan temido o
tan esperado, seréis libres, es una certeza. Pero ¿qué queréis atravesar entre ahora y ese acontecimiento cuya
fecha nadie conoce? ¿Queréis vivir la Vida para ver que la Vida alumbra vuestra vida,
o queréis, con vuestra vida, conquistar la Vida? Es profundamente
diferente. En un caso, hay un movimiento, en otro caso, hay sufrimiento, en el
otro caso, sólo hay la Felicidad y la beatitud, pase lo que pase, haga lo que
haga vuestro marido, haga lo que haga vuestro hijo, hagan lo que hagan los impuestos,
haga lo que haga vuestro cuerpo.
El sufrimiento no es un castigo de la Luz, es el resultado de
vuestras resistencias. No olvidéis que en este mundo, todo está totalmente
invertido, incluso lo que nombráis el karma. Quiere decir, si os interesa, que
siempre vais a elegir a un pariente que os ha matado. Sin embargo es él quien
tiene el karma, pero el Amor hace que sois vosotros quienes os encarnáis para
permitirle resolverlo. Esto, son los Arcontes que os han convencido de esto.
Sois tan sensibles a la forma, tan sensibles a las apariencias,
tan sensibles a la comodidad. ¿Hay alguna Libertad
ahí? ¿Hay alguna Felicidad
ahí? La única Felicidad, es el corazón. No depende de ninguna
circunstancia de este mundo, porque si dependiera de alguna circunstancia de
este mundo o de vuestra vida, no sería la Verdad. Sería todavía una ilusión y
algo desviado, falsificado. La Felicidad del corazón no se conquista, se vive,
por la aceptación, por el instante presente, todo lo que os ha sido dado y
explicado con palabras, que son unas palabras simples, aunque hayan sido
expresados en unas lenguas más sagradas, por así decirlo. Pero no tiene ninguna
especie de importancia.
Cuanto más sois espontáneos, más acogéis la Vida, más sois
verdaderos, independientemente de lo que haya que resolver – o que
aparentemente haya que resolver, porque no sois vosotros quienes resolvéis.
Cuando estáis en el corazón, es la Felicidad la que resuelve, realmente y
concretamente, porque si sois felices realmente, si aceptáis plenamente la
Vida, estáis vivos y ya no sois vuestra vida. Es una vivencia muy diferente.
Entonces no os engañéis a vosotros mismos. Aunque hayáis vivido la Onda de
Vida, aunque hayáis vivido el Fuego del Corazón, el Fuego Ígneo, por todas
partes, mirad vuestra vida y mirad vuestra Felicidad.
El problema, es que si rechazáis algo de este mundo, lo excluís.
Ya no está en vosotros y entonces la Felicidad no puede estar ahí. No podéis
excluir nada, ni el diablo, ni Dios, ni vuestro peor enemigo, porque si Judas
no hubiese existido, Jesús no hubiese muerto en la cruz, ni hubiese resucitado.
Pues veis bien que Judas es tan importante como Juan, incluso más importante.
Tenía un papel muy importante, el de traicionar. Entonces por supuesto, con el
punto de vista de la persona, vais a decirme: « es dramático ». Os diré que no
conocéis nada a la Verdad. Vuestro peor enemigo es vuestra mejor ayuda, y si
rechazáis algo, no podéis ser la Vida, os quedáis en vuestra vida que no es
Amor.
Aunque estéis satisfechos a todos los niveles, os falta algo y
esta falta, son unas resistencias, esta falta, son unos velos. Es esto lo que
hace daño, es esto lo que os priva de la Felicidad. Entendedlo y sobre todo no
lo aceptéis. Demostradlo a vosotros mismos. No pidáis nada a la Luz, es lo que
sois. Estad en la aceptación y la Luz se encargará, más allá del menor deseo
que podáis tener, de todo lo que es necesario para manteneros en la Felicidad.
Ah por supuesto, la persona no puede estar contenta cuando se trata de algunas
privaciones, pero ved más allá de la satisfacción inmediata.
Entonces por supuesto, el Comendador os ha hablado del Amor o el
miedo. Yo, os digo la Vida o el sufrimiento. No es la Bolsa o la vida. Devolved
todo lo que es ilusorio, todo lo que sólo pasa, devolvedlo a la Vida. ¿Cómo enseñáis vuestra confianza de otro modo – a la Eternidad,
no a esta vida? Pero vais a decirme
que en este mundo, necesitáis ser así o asá, tenéis algunas obligaciones,
tenéis algunas cargas, tenéis algunas cosas que pagar. Si me decís esto, es que
no habéis entendido nada y que vuestro ego hace todo para impediros ver la
Vida. Que lo queráis o no, es la verdad. ¿A qué dais cuerpo? ¿A qué dais vida? ¿Qué creáis? No podéis acusar a nadie, aunque haya una anomalía al principio
que es el encierro. Pero incluso en el seno de este mundo donde prevalece el
libre albedrío y la acción-reacción, ¿queréis estar en la
acción-reacción o queréis ser la Vida?
La Luz va a volverse cada vez más insistente, porque es cada vez
más presente y alumbra cada vez más vuestro personaje de pacotilla, que sólo
pasa. Vosotros, nunca pasaréis. Vuestro marido, vuestra mujer, vuestros hijos,
vuestro trabajo, pasarán. Vuestra vida pasará, y ahora pasa muy rápidamente. Lo
veis, va muy rápido, entonces no perdáis el tiempo, tenéis la Eternidad para
esto, pero sed lo que sois y seréis la danza de la Vida.
El observador, el testigo, como fue nombrado, será magnificado y
veréis la Verdad. De hecho la viviréis, porque ya no seréis vuestra vida sino
la Vida. No hay otro modo ni otra condición para vivir la Felicidad. De hecho
lo veis. Tenéis algunos hermanos y hermanas que han vivido todas las
vibraciones, las Coronas, el encendido de las Puertas, la Onda de Vida, hasta
arriba. No están felices. ¿Por qué no están
felices? Pero, porque no han entendido que eran la Vida, y que en alguna
parte, hay unas costumbres, unos comportamientos que hacen que estén en
rechazo. Pero si sois la Vida, no podéis rechazar nada, y sobre todo no la
experiencia que vivís en el seno de este mundo, aunque sea falsa. Porque
siempre sois la Vida, incluso aquí, aunque lo hayáis olvidado, aunque no lo
veáis. Porque si no hay Vida, no podríais vivir ninguna vida, ni experimentar
nada.
Entonces dejad que crezca la Felicidad, dejad crecer el niño
interior, dejad crecer y florecer la Vida.
Y cuando Bidi hablaba del punto de vista, es exactamente esto. ¿Cuál es el punto de vista que tenéis sobre vuestra vida, sobre
la Vida, sobre vuestros sufrimientos, sobre vuestros dolores, sobre vuestras
emociones? ¿Sentís que esto
desencadena unas emociones, unas distorsiones? u ¿os sentís ligeros? Seréis ligeros sólo
cuando dejéis de ser vuestra vida – y cuando hayáis aceptado vuestra vida
viendo que no sois vuestra vida. No podéis rechazar nada de la vida, si no, no
estáis vivos, estáis en la persona.
Entonces, ahora que la Felicidad invade a unos hermanos y unas
hermanas cada vez más numerosos a vuestro alrededor, ¿por qué seguís resistiendo, sufriendo, teniendo velos? Tal vez lo tengáis con vuestro marido, vuestra mujer, vuestros
hijos, vuestros amigos, vuestros hermanos y hermanas espirituales, en vuestra
familia. ¿Qué es lo que os impide ser igual? No hay ninguna
condición de este mundo que pueda impedíroslo, ni la enfermedad de vuestro
cuerpo, ni vuestro problema psicológico, ni la falta, ni la plenitud. No hay
ningún obstáculo. Todos los obstáculos están creados ahora por los
automatismos, y por vuestras adhesiones espirituales a las leyes de este mundo.
No hay nada más. No hay nada que pagar, sólo está la Gracia. Entonces si no
estáis en estado de Gracia, quiere decir que no sois verdaderos.
Las Teofanías, las pasadas como las que vienen, os han
permitido, para muchos, descubrir al observador y entender que no erais lo que
vivía en el seno del efímero. Entonces por supuesto, muchos de vosotros, ¿qué han hecho? Habéis intentado
convencer al otro y compartir lo que vivíais, y os han mandado a pasear, es
ineluctable. Los que no están vivos, que sólo viven su vida, no pueden vivir la
Vida. Es imposible. Y es igual para vosotros. Y cuando vivís la Vida, sois
confiados. Ni siquiera es fe, es una certeza inquebrantable, pase lo que pase
en vuestras vidas. Ya habéis pasado a la Eternidad. Es el camino que os han
mostrado las hermanas Estrellas, es el camino que han vivido algunos Ancianos,
es el camino que he vivido.
Esto no está en ningún libro. No necesita ningún antecedente ni
ninguna condición previa. Sólo os necesita a vosotros, pero no en vuestra vida,
no en vuestra persona, vosotros en la Vida, en el Amor, en la espontaneidad, en
la Infancia, en la aceptación del Aquí y Ahora. Porque no podéis saber que
cuando os pasa algo, aunque encontraseis la causalidad en este mundo o en otras
vidas, no podéis saber la Verdad si os adherís a esto. Aunque funcione, aunque
sea lógico. El Amor no tiene ninguna lógica. El Amor es Inteligencia y la
Inteligencia es Libertad. Es la conexión, es la espontaneidad, es la
co-creación conciente, es el Verbo, es el Amor. En fin, es la Vida, pero no es
en absoluto vuestra vida.
Entonces, ¿sois portadores de la
Felicidad? ¿Habéis decidido ser
felices? Oh, es una decisión muy simple, pero que es tan molesta y
difícil de ver para el ego, para la persona. Es de hecho por esto que muchos
Ancianos, Estrellas, Arcángeles os han hablado de esta Felicidad en lugar de la
vibración ahora. Porque algunos de vosotros se aferran a sus vibraciones. Están
un poco atados a la vibración, más que a la Vida. Ha llegado el momento ahora
de soltar la mismísima conciencia y no preocuparos de las vibraciones que
percibís, sentís, vivís o no. No lloréis si no las vivís, no os vanagloriéis de
ello si las vivís, porque si estáis ocupados a estar afligidos por no vivirlas,
u ocupados en vibrar, no podéis ser la Vida, porque habéis excluido todo lo
demás.
Tened el corazón de un niño. Estad disponibles para el juego de
la Vida, independientemente de lo que la Vida os haga vivir, y sobre todo si os
parece injusto e injustificado. Acordaos que en la persona, hay unas
estratagemas, hay unos circuitos de conciencia y de energía que están ahí para
impediros ver la Verdad. Todo lo que aparece en la pantalla de vuestros ojos
sólo está hecho para distraeros. Todos los miedos, todas las guerras sólo son
unas distracciones para impediros ver la Verdad. Todos los placeres, incluso
los más inauditos, que sea en el sexo, que sea en la satisfacción profesional,
en el encuentro amoroso, todo esto está ahí sólo para ocultar lo esencial: la
verdad de la Vida. Y todos nosotros hemos caído dentro en lugar de caer en el
corazón.
Aceptad. Tal y como dijo el Arcángel Anaël, sed verdaderos y
espontáneos. No os preguntéis nada. Estad totalmente presentes en el instante
que haya que vivir, que sea a través del sentido corporal y sobre todo en la
Felicidad. No podéis decidir la Felicidad, en todo caso esta Felicidad; sólo
podéis verla, constatarla, o no verla. Sólo podéis constatar las modificaciones
que la Felicidad produce. Que la llaméis Paz, serenidad, éxtasis, íntasis,
Shantinilaya, Morada de Paz suprema, Sí, supramental. Olvidad las palabras,
olvidad los conceptos, olvidad los conocimientos. Acoged, y aceptad sobre todo,
y veréis.
Entonces traté de emplear unas palabras extremadamente simples y
que giran siempre entorno a la misma cosa. Es adrede. Porque es evidente. Si no
lo vivís, puede parecer muy complicado. Estáis sometidos a las influencias de
este mundo, estáis sometidos al sufrimiento de vuestro cuerpo, estáis sometidos
a la persona; no hay ningún espacio de libertad ahí, aunque hagáis unos
esfuerzos importantes. El Amor no es un esfuerzo, es un relajamiento, es la
Vida. La Vida no personal, la Vida que no conoce ninguna historia, la Vida que
no conoce ninguna dimensión, aunque pueda explorar todas las dimensiones, que
no está atada a nada y que ama, en la Libertad. Daos cuenta el número de seres
humanos, de hermanos, de hermanas, incluso despiertos, que hablan de Amor y que
son incapaces de amar.
De hecho empezamos a verlo. El Amor nunca es una posesión ni una
depredación, es la Libertad. Es hacer que el otro sea libre, totalmente libre.
Incluso de abofetearos, de irse. Si no, no amáis verdaderamente, estáis en el
apego. La Libertad, el Amor, es querer que el otro sea tan libre como vosotros,
y si se quiere ir, es su libertad. ¿En nombre de qué vais
a influir en la libertad del otro? Acordaos, sin
siquiera hablar de depredación, si priváis a alguien de la libertad que es
suya, de pensar, de expresar algo, aunque esté equivocado y sobre todo si está
equivocado, no podéis estar vivos, ni felices. Todavía estáis en el control,
todavía estáis en los perjuicios, todavía estáis en las costumbres y en las
costumbres morales.
Entonces buscad el Reino de los Cielos que está dentro de
vosotros, no quiere decir buscar, quiere decir estar ahí. No hay nada más que
buscar, no hay ningún esfuerzo que hacer. Si tenéis la impresión de hacer un
esfuerzo, es que no sois verdaderos. Ha sido explicado, la vía del sufrimiento,
la vía de los velos, y al lado, la vía de la Felicidad. Y esto depende, lo
repito, de absolutamente nada del exterior como de vuestro cuerpo. No podéis
generar la Felicidad, esta Felicidad. No podéis hacer trampas con esto. Al
igual que no podíais hacer trampas con la vibración, existe o no existe. Igual
para la Onda de Vida, se ha vivido o no se ha vivido.
Pero al nivel de la persona y de vuestra vida, nada puede ser
simple, sobre todo que todo está alterado y además, todo es falso. ¿Cómo queréis que sea simple? Aunque estéis en la
opulencia. Siempre hay que contestar a algo, siempre hay que reaccionar a algo,
siempre hay que emprender algo, algo que hacer. Pues sed perezosos, sed
verdaderamente perezosos. Entonces la pereza, es otra palabra para
desaparición. Simplemente, la diferencia, es que hace todavía algún tiempo,
desaparecíais inopinadamente sin haber pedido nada. Hoy, no os pido desaparecer
por vosotros mismos sino de ser perezosos en el seno de la persona.
Y veréis que incluso si hay algún trabajo, se hará. Ya no estáis
implicados. Es así que mostráis y demostráis la Felicidad a vosotros mismos, no
de otra manera. Podéis tener todos los conocimientos espirituales, conocer
todos los textos, haber vivido todas las vibraciones y encontraros sin
Felicidad, y os preguntáis por qué, ya que la vibración es conciencia, y la
conciencia que se expande al supramental, es la Felicidad. Pues la prueba es
que no. Todavía hay algunos entre vosotros que están tristes. Pero, porque
estáis encerrados vosotros mismos, en vuestros preceptos, en vuestros
conceptos, en vuestras creencias, en vuestras ideas, en vuestras costumbres, en
vuestras ilusiones espirituales.
Entonces para mí, “aceptar” – y vosotros averiguadlo –, es dejar que la Vida obre. Bailar
la Vida, no es ir a gesticular en una pista de baile, eh, es percibir el
movimiento primordial de la Vida. Es el movimiento infinito del corazón, la
infinidad de las potencialidades de manifestación en la forma que sea. Y está
también en este mundo, aunque sea falso. Porque sin ello, no viviríais vuestra
vida. Pues, incluso este mundo encerrado y alterado está vivo, esto, no podéis negarlo.
Son las condiciones de la vida que no son justas, vuestras costumbres, la
necesidad de premunirse, de tener un techo, una mujer, una profesión, una
cuenta bancaria, una tarjeta de crédito, un medio de transporte, para obedecer
a las leyes de este mundo, a la moral, a las reglas, a las emociones, a las
costumbres como dije. Pero, ¿qué libertad hay ahí? Hay una satisfacción personal, es cierto, pero esta
satisfacción personal, ¿qué es? Es el ego, nada más.
Mientras no os habéis dado, que no lo habéis todo a la Luz,
aunque tengáis toda la comodidad, no podéis ser libres, y sobre todo, no podéis
ser felices, vedlo. Todos, lo vivís de diferentes maneras. Excepto los que
realmente están felices, todos lo vivís en estos momentos. Os corresponde
elegir la vía de la Felicidad, así que sed perezosos. No le deis vueltas a la
cabeza, ni con el fin del mundo, ni con vuestra opulencia o vuestra falta de
dinero. No le deis vueltas a la cabeza con nada, sobre todo al nivel de la
espiritualidad. Entonces dadle vueltas a la cabeza si queréis ver vuestro
cuerpo curado, sobre todo con lo que se manifiesta ahora, a menos que tengáis
unas enfermedades de antes, sólo es la expresión de unas resistencias según los
esquemas que fueron explicados durante estos últimos meses. Primero la pierna
derecha, luego algunas Puertas, ahora las venas, los órganos de los sentidos.
En la Felicidad, no os falta nada aunque falte algo en vuestra vida, porque ya
no sois vuestra vida, sois la Vida.
Esas son las palabras que quería daros, y que son tremendamente
simples. No he hecho ningún gran discurso, tomé simplemente lo que venía
espontáneamente por el Verbo y el Espíritu. Por supuesto, siempre está
coloreado por lo que soy, y no lo que he vivido. Entonces esta coloración, por
supuesto, vienen de los linajes, de los orígenes, también diría de las
costumbres espirituales, esta vez. Pero ésas no son nefastas, porque esas
costumbres espirituales que habéis nombrado orígenes estelares, linajes, nacen
en la Libertad, donde la pregunta acerca de la Libertad ni siquiera se hace,
donde la noción de muerte no existe, ni siquiera el nacimiento, donde sólo está
la conciencia libre que experimenta, que juega.
Simplemente, lo habéis entendido, el juego en este mundo,
mientras estáis vivos, es un poco difícil, por no decir otra cosa, lo sabéis, y
todos lo sabemos. Lo vivimos cada día cuando estamos encarnados, sea cual sea
nuestro emplazamiento y nuestro punto de vista, hasta el momento en que nos
volvamos la Vida, hasta el momento en que hayamos aceptado, hasta el momento en
que estemos en el Aquí y Ahora.
Entonces con estas palabras, en todo caso lo espero, voy a
desearos unos grandes accesos a la pereza, a la aceptación, y sobre todo a la
Felicidad. La Felicidad, se ha dicho, es el testigo de vuestra libertad; si no
sois felices, no sois libres, es tan simple como esto. Sobre todo no os
culpabilicéis. Sed verdaderos y vedlo claramente, y sobre todo probadlo,
experimentad lo que os dije. Os lo dije, me encargaré del servicio post-venta.
Porque estoy seguro de que lo que dije sólo puede funcionar.
Soy Osho y permitidme bendeciros en la danza de la Vida. En la
danza del corazón, y en la inmovilidad, y en el Silencio. Es mi Teofanía
personal con vosotros. Es infinita, y no depende ni de mí, ni de vosotros.
..Silencio…
Os bendigo, os amo, y sobre todo, estad vivos. Es un juego.
Hasta luego.
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