ERELIM EL DRAGON
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
NUESTRO FUEGO ES UN FUEGO DE AMOR QUE DEVORA.
Soy
Erelim, dragón de Fuego de la Tierra. Doy gracias a vuestra Presencia, a
vuestro Amor.
Vengo entre vosotros a dar testimonio de la gran alegría que sentimos nosotros, los pueblos de la naturaleza, a través de los contactos y comuniones experimentados, aquí y en otras partes, por un número cada vez más grande de humanos encarnados. Damos gracias a vuestra constancia y a vuestro trabajo.
Vengo entre vosotros a dar testimonio de la gran alegría que sentimos nosotros, los pueblos de la naturaleza, a través de los contactos y comuniones experimentados, aquí y en otras partes, por un número cada vez más grande de humanos encarnados. Damos gracias a vuestra constancia y a vuestro trabajo.
Damos
gracias también a las diferentes entidades de la Confederación Intergaláctica
de los Mundos Libres por su avanzada espectacular que permite en adelante a
cada uno de vosotros – los humanos - percibirnos, entablar con nosotros una
relación de corazón a corazón, lo que nos retrotrae a nosotros - los dragones -
a aquellos tiempos muy antiguos de la tierra cuando no había separación alguna
entre los diferentes pueblos que transitaban por la tierra y cuando la comunión
desde el corazón era la misma esencia de nuestra presencia, de nuestros juegos
y de nuestras vidas.
Como lo comprobáis y lo iréis comprobando más y más, se os hace – y se nos hace también – cada vez más fácil comunicar, comulgar, vernos mutuamente, apreciarnos. La invitación es a que seáis cada vez más numerosos en apoyaros en nuestros encuentros para reencontraros más íntimamente aún en la verdad de quienes sois. Nuestra presencia y nuestros encuentros, estén donde estén, despliegan vuestro Fuego vibral, vuestro Fuego de Amor, vuestro Espíritu.
Vengo, pues, a dar testimonio y a dar gracias como ya dije por todas las oportunidades que se nos ofrecen a unos y otros – pueblo de los dragones y pueblos de la Tierra - de entrar en resonancia, de reencontrarnos concretamente, aquí mismo, en el plano de la tierra. A medida que avance la Luz, a medida que se efectúe la Ascensión de la Tierra, estamos más que nunca a vuestro lado, en vuestra realidad, a fin de servir y amar, sin frustración por nuestra separación ocurrida hace mucho tiempo ya.
Como ya dije, los dragones actúan sobre la estructura de la Tierra, sobre su manto, pero actuamos también, lo reitero, sobre vuestro Fuego, sobre la calidad del intercambio y del Amor que irradia y emana espontáneamente de vosotros - y de nosotros - en nuestros encuentros, en las oportunidades que se multiplican para vernos y compartir.
Nuestros encuentros, en cualquier parte que sea, despliegan vuestro Fuego y vuestro Amor. Muchos de los que – entre vosotros - nos habéis contactado y encontrado, constatáis cambios reales en vuestra emanación de Amor en este mundo. Tenemos a bien nosotros – como pueblos de la naturaleza y en especial los dragones – dar gracias por ello. Muchos de vosotros habéis vencido las resistencias, los miedos y la ausencia de percepción de nuestra presencia. En cada encuentro tenemos el gusto – más allá del compartir y de la comunión – de insuflar directamente este movimiento de despliegue de vuestro corazón en vuestra carne y alrededor vuestro en vuestra encarnación.
Cada vez más se da – y algunos de vosotros lo habéis comprobado – que ya no es necesario desplazaros hasta nuestras aldeas. El trabajo notable realizado por los elfos en el planeta entero nos facilita en adelante el movimiento sin dificultad alguna, incluso a veces hasta el umbral de vuestras casas y en ciertos casos hasta en el mismo interior de vuestras moradas. Tened presente que nuestro tamaño es cambiante y transformable y nos adaptamos a vuestro entorno, a vuestros lugares, a vuestro corazón. Son muchas, como bien sabéis, las variedades de dragones, tal como son muchas en vuestra humanidad las razas pero – básicamente – nuestro corazón es el mismo que el vuestro. Algunos de nosotros estamos destinados a compartir más intensamente con vosotros. Podemos incluso desde ya acompañaros más tiempo, permanecer al lado vuestro, quedarnos con vosotros para sosteneros y por el gusto de estar con vosotros, pues el Amor que comienza a expresarse en muchos de vosotros desconoce las heridas y los encierros sufridos por vosotros y están ya superados.
Estamos todos profundamente felices de volver a posicionarnos al lado vuestro y – para algunos de vosotros – acompañaros en los últimos pasos que hay que dar. Cuidamos a nuestra manera vuestro cuerpo, no para repararlo sino para proporcionarle el flujo de Luz que le permitirá repararse. Para algunos de vosotros nuestra conciencia queda tan cerca que os parece a veces convertiros en dragones al recuperar así una fuerza que os parece desconocida, la fuerza del Amor, su poder en el mismo seno de estos mundos basados en el carbono que habitamos desde hace tiempos inmemoriales, más allá de todos los cataclismos y de todos los encierros cíclicos de esta Tierra. Nos mantenemos fieles y ahora aplaudimos vuestra fidelidad.
La comunidad de los dragones en su conjunto, aquí y en todas partes en este mundo, ha sido encargada de una acción (más que de una misión) en relación con algunos de vosotros, posteriormente a la Llamada de María, a fin de ayudaros a trasladaros a vuestro lugar, fuere cual fuere. Los que nos habéis permitido acompañaros fuera de nuestras aldeas, incluso a veces hasta dentro de vuestras moradas, habéis podido palpar esta libertad de Amor y nuestro sentido del servicio, más allá de la raza, más allá de la evolución y más allá de toda forma manifestada en este mundo.
Os acompañamos y os seguiremos acompañando más y más, como lo hacen los elfos y demás pueblos de la naturaleza, según sus especialidades y según sus funciones. Nuestra acción a vuestro lado, más allá de los encuentros, consiste – como ya dije - en favorecer la emanación de vuestro corazón y del Amor en la espontaneidad, en ausencia de todo freno. Más os abrís a nosotros, más os encontramos y más os acompañamos. Sin embargo, de haber humanos que no tengan esta oportunidad, no veáis en eso debilidad alguna o diferencia alguna. Esto se debe simplemente a que existen otros pueblos de la naturaleza, otros miembros de la Confederación Intergaláctica – ligados tal vez a vuestra historia, a vuestros linajes, a vuestro origen - que están más adaptados a lo que sois en una forma.
Para quienes os acompañamos ya – y que seguiremos acompañando cada vez más numerosos – tened presente que no estamos ahí para discurrir – y vosotros tampoco – en esta relación íntima que aceptamos y llevamos a cabo con benevolencia y sentido innato del servicio sino más bien para vivificar vuestro Espíritu y vuestra alma, de estar ella todavía presente. Aportamos tonos particulares a vuestro soplo, a vuestra esencia. Esto se verifica sin palabras, aunque podamos intercambiar y dialogar. Lo importante es nuestra relación, nuestra presencia a vuestro lado para algunos de vosotros.
Como lo comprobáis y lo iréis comprobando más y más, se os hace – y se nos hace también – cada vez más fácil comunicar, comulgar, vernos mutuamente, apreciarnos. La invitación es a que seáis cada vez más numerosos en apoyaros en nuestros encuentros para reencontraros más íntimamente aún en la verdad de quienes sois. Nuestra presencia y nuestros encuentros, estén donde estén, despliegan vuestro Fuego vibral, vuestro Fuego de Amor, vuestro Espíritu.
Vengo, pues, a dar testimonio y a dar gracias como ya dije por todas las oportunidades que se nos ofrecen a unos y otros – pueblo de los dragones y pueblos de la Tierra - de entrar en resonancia, de reencontrarnos concretamente, aquí mismo, en el plano de la tierra. A medida que avance la Luz, a medida que se efectúe la Ascensión de la Tierra, estamos más que nunca a vuestro lado, en vuestra realidad, a fin de servir y amar, sin frustración por nuestra separación ocurrida hace mucho tiempo ya.
Como ya dije, los dragones actúan sobre la estructura de la Tierra, sobre su manto, pero actuamos también, lo reitero, sobre vuestro Fuego, sobre la calidad del intercambio y del Amor que irradia y emana espontáneamente de vosotros - y de nosotros - en nuestros encuentros, en las oportunidades que se multiplican para vernos y compartir.
Nuestros encuentros, en cualquier parte que sea, despliegan vuestro Fuego y vuestro Amor. Muchos de los que – entre vosotros - nos habéis contactado y encontrado, constatáis cambios reales en vuestra emanación de Amor en este mundo. Tenemos a bien nosotros – como pueblos de la naturaleza y en especial los dragones – dar gracias por ello. Muchos de vosotros habéis vencido las resistencias, los miedos y la ausencia de percepción de nuestra presencia. En cada encuentro tenemos el gusto – más allá del compartir y de la comunión – de insuflar directamente este movimiento de despliegue de vuestro corazón en vuestra carne y alrededor vuestro en vuestra encarnación.
Cada vez más se da – y algunos de vosotros lo habéis comprobado – que ya no es necesario desplazaros hasta nuestras aldeas. El trabajo notable realizado por los elfos en el planeta entero nos facilita en adelante el movimiento sin dificultad alguna, incluso a veces hasta el umbral de vuestras casas y en ciertos casos hasta en el mismo interior de vuestras moradas. Tened presente que nuestro tamaño es cambiante y transformable y nos adaptamos a vuestro entorno, a vuestros lugares, a vuestro corazón. Son muchas, como bien sabéis, las variedades de dragones, tal como son muchas en vuestra humanidad las razas pero – básicamente – nuestro corazón es el mismo que el vuestro. Algunos de nosotros estamos destinados a compartir más intensamente con vosotros. Podemos incluso desde ya acompañaros más tiempo, permanecer al lado vuestro, quedarnos con vosotros para sosteneros y por el gusto de estar con vosotros, pues el Amor que comienza a expresarse en muchos de vosotros desconoce las heridas y los encierros sufridos por vosotros y están ya superados.
Estamos todos profundamente felices de volver a posicionarnos al lado vuestro y – para algunos de vosotros – acompañaros en los últimos pasos que hay que dar. Cuidamos a nuestra manera vuestro cuerpo, no para repararlo sino para proporcionarle el flujo de Luz que le permitirá repararse. Para algunos de vosotros nuestra conciencia queda tan cerca que os parece a veces convertiros en dragones al recuperar así una fuerza que os parece desconocida, la fuerza del Amor, su poder en el mismo seno de estos mundos basados en el carbono que habitamos desde hace tiempos inmemoriales, más allá de todos los cataclismos y de todos los encierros cíclicos de esta Tierra. Nos mantenemos fieles y ahora aplaudimos vuestra fidelidad.
La comunidad de los dragones en su conjunto, aquí y en todas partes en este mundo, ha sido encargada de una acción (más que de una misión) en relación con algunos de vosotros, posteriormente a la Llamada de María, a fin de ayudaros a trasladaros a vuestro lugar, fuere cual fuere. Los que nos habéis permitido acompañaros fuera de nuestras aldeas, incluso a veces hasta dentro de vuestras moradas, habéis podido palpar esta libertad de Amor y nuestro sentido del servicio, más allá de la raza, más allá de la evolución y más allá de toda forma manifestada en este mundo.
Os acompañamos y os seguiremos acompañando más y más, como lo hacen los elfos y demás pueblos de la naturaleza, según sus especialidades y según sus funciones. Nuestra acción a vuestro lado, más allá de los encuentros, consiste – como ya dije - en favorecer la emanación de vuestro corazón y del Amor en la espontaneidad, en ausencia de todo freno. Más os abrís a nosotros, más os encontramos y más os acompañamos. Sin embargo, de haber humanos que no tengan esta oportunidad, no veáis en eso debilidad alguna o diferencia alguna. Esto se debe simplemente a que existen otros pueblos de la naturaleza, otros miembros de la Confederación Intergaláctica – ligados tal vez a vuestra historia, a vuestros linajes, a vuestro origen - que están más adaptados a lo que sois en una forma.
Para quienes os acompañamos ya – y que seguiremos acompañando cada vez más numerosos – tened presente que no estamos ahí para discurrir – y vosotros tampoco – en esta relación íntima que aceptamos y llevamos a cabo con benevolencia y sentido innato del servicio sino más bien para vivificar vuestro Espíritu y vuestra alma, de estar ella todavía presente. Aportamos tonos particulares a vuestro soplo, a vuestra esencia. Esto se verifica sin palabras, aunque podamos intercambiar y dialogar. Lo importante es nuestra relación, nuestra presencia a vuestro lado para algunos de vosotros.
Intercambiamos,
nos nutrimos unos con otros con un gozo que no os es todavía perceptible por
entero pero, sin embargo, percibís la calidad de este Amor que nos une y nos
pone en resonancia unos con otros.
Proponemos nuestro acompañamiento, nuestra relación, nuestro contacto a todos los humanos cuya estructura del cuerpo de Êtreté lo permite. Iniciamos con vosotros un acompañamiento particular en el que no es necesario el sensacionalismo ni siquiera cualquier historia. Nuestra dulzura con vosotros iguala nuestro poder y nuestro Amor. Nuestro acompañamiento hasta la Llamada de María, de un modo periódico o permanente, es prueba de vuestra libertad. Nuestro consejo es que acudáis a por nuestro servicio y nuestra presencia en todo cuanto tengáis todavía para disipar, para eliminar, en todo cuanto entorpece todavía vuestra conciencia o vuestro cuerpo para llegar a ser vosotros mismos. Lo reitero, esto se logra a través de nuestra presencia y nuestro Amor común.
Como ya dije, son muchas las formas de dragones, son muchas las razas, por decirlo así como vosotros, y eso no hace ninguna diferencia. Estemos aquí desde hace mucho tiempo, como es el caso de casi todos los dragones que estamos en esta Tierra desde mucho antes que los humanos, o que hayamos llegado más recientemente, como es el caso de algunos de nosotros, eso no cambia nada, está la misma calidad y misma intensidad de servicio.
Estamos aquí para amaros y sosteneros, a veces para dialogar – pero no tanto – porque existe entre vosotros y nosotros una forma de alquimia cercana a lo que llamáis vosotros, los humanos, así como os fue explicado – las Llamas gemelas. Nosotros recreamos este tipo de resonancia espontáneamente en cuanto hay afinidad, llevándoos a vivir la fusión con vosotros mismos en espíritu, en verdad y en totalidad, a la velocidad propia de cada cual, a vuestro ritmo, y estaremos más aún en ese momento mayúsculo para la Tierra que esperamos ya con gozo y con cierta exaltación porque – en ese momento, como bien sabéis – todos los velos caerán. Incluso quienes de entre vosotros – los humanos – jamás tuvisteis la oportunidad de relacionaros con nosotros, de contactaros con nosotros, de ser acompañados por nosotros, nos veréis de manera muy clara.
Obviamente quienes sólo perciben la forma y no el contenido corren el riesgo de quedar desestabilizados pero ante eso, nada podemos. La mirada que sólo ve la forma no puede dar con el corazón, ya sea entre nosotros como entre vosotros. Así nuestra presencia, ya sea a través del shock como a través del gusto, actúa para ayudaros a prescindir de toda forma y vivir el Amor al desnudo, independiente de vuestra historia, de nuestra historia, de toda vida en un mundo basado en el carbono, y expresa perfectamente lo que puede asemejarse a la fusión de las Llamas gemelas. Es la misma calidad de resonancia, la misma calidad de vibración y la misma calidad de Amor, en que nos reconocemos uno y otro en la misma llama, en la misma verdad, en el mismo origen y en el mismo gusto por la vida.
Debido a nuestro posicionamiento en el seno de la 5a dimensión invaginada en la Tierra desde tiempos inmemoriales hemos mantenido, como los elfos, nuestra presencia, sin sufrir las fuerzas de encierro que os aplastan desde hace tanto tiempo (a los que estáis aquí desde el inicio del encierro). De tener que abandonar vuestro cuerpo carnal, seguiremos ahí, hasta el momento de vuestra liberación final, de vuestra Ascensión o de vuestro destino. De tener que mantener vuestro cuerpo hasta lo último, nuestra presencia y nuestro contacto, nuestro acompañamiento, se tornarán, por así decirlo, más que palpables y visibles.
Mediante nuestra simple comunión, mediante nuestro simple Amor común, se va insuflando en vosotros la fuerza necesaria para vivir lo que os corresponde vivir, sin temor, sin traumatismo, con dicha y gozo. Así que, mi consejo es que celebréis nuestros encuentros futuros, que nos llaméis, bien sea que nos hayáis contactado ya en nuestras aldeas, bien sea que hayamos llegado ya hasta vosotros, bien sea que os acompañemos ya o no. No es necesario que nos llaméis por nuestro nombre, no es necesario que digáis mi nombre o el de cualquier otro dragón, hay una resonancia y una atracción que se crean a partir de vuestros cuerpos sutiles, de vuestro cuerpo de Êtreté, de su estructura.
Nosotros os vemos, estéis donde estéis en vuestra Tierra. No nos hace falta ahora la cercanía de un entorno tal como lo vivís quizás en el seno de nuestras comunidades. Os vemos más allá del tiempo y más allá del espacio. Vemos vuestra esencia de manera mucho más fácil para nosotros que antes, lo que explica nuestra cercanía cada vez mayor con algunos de vosotros.
Oímos todo cuanto pensáis, digáis lo que digáis. Estamos por lo tanto mucho más sensibles a vuestros pensamientos que a vuestras palabras, las que no llegan todavía hasta nosotros por completo. Así el hecho de ver la verdad de lo que está en curso en vuestros envoltorios sutiles nos permite comprenderos y entablar una relación perfecta, por así decirlo, ya que tomé el ejemplo de las Llamas gemelas. No por nada porque durante nuestros encuentros – más allá de la sorpresa, quizás las primeras veces, más allá incluso del Amor que experimentamos unos y otros – y creedme que sentimos lo mismo que vosotros en esos momentos – tenemos esa capacidad de dejar fluir vuestra espontaneidad, vuestro Amor, de llevaros a trascender y dejar atrás todo sufrimiento, todo miedo e incluso toda indecisión en vuestro Amor. Forjamos vuestro Amor, a través de nuestra relación, en el diamante más puro donde el conjunto de las facetas de vuestro cuerpo de Êtreté y de vuestro corazón brilla esplendorosamente.
Estabilizamos también en vosotros – quizás lo hayáis notado, sobre todo cuando os acompañamos – tanto vuestro humor como vuestros pensamientos y vuestras estructuras vibrales del cuerpo de Êtreté. No se trata de una acción como podrían contemplarla, por ejemplo, quienes se proponen ayudaros a nivel del cuerpo físico, como son los gnomos, sino más bien el resultado de nuestra comunión. Eso significa también que más intensa se vuelve nuestra comunión, más firmes os tornáis y más os convertís en el Amor manifestado. No puede ser de otra forma. Esto es una constante ya existente en los tiempos antiguos muy anteriores a Lemuria entre los dragones y los hombres. Los dragones digamos « primarios » - por mantenernos presentes a lo largo de tiempos larguísimos a escala de vuestra encarnación – fuimos partícipes, hace veinte millones de años, de la siembra de la Tierra de la mano con los Maestros genetistas de Sirio y los cristales traídos, las matrices cristalinas traídas a la Tierra en aquellos tiempos inmemoriales. Muchos de vosotros mantenéis en la memoria el recuerdo aquel, la huella aquella, lo que forja vuestro Amor y vuestra firmeza en el Amor.
Por ahora el contacto más físico que podemos realizar con vosotros se sitúa a nivel de nuestra mirada. Nos hundimos con deleite en vuestros ojos como os zambullís en los nuestros porque el Fuego del Espíritu ahí mora y porque el recuerdo de aquellos tiempos inmemoriales os acerca también a vuestra Madre celestial y al cristal.
Como tal vez sepáis, en principio podéis amplificar nuestra resonancia común con la piedra que nos agrada, que es nombrada Septaria, sea cual sea su forma, sea cual sea su procedencia, por supuesto que esto no es indispensable porque rápidamente, y ahora es cada vez más rápido, podremos resonar juntos en la misma frecuencia, la del Amor más puro y cristalino que comúnmente vive en nosotros.
Lo que os desvelo entonces, es esta capacidad cada vez más amplia de relación, de comunión, diría yo, para algunos de vosotros, a unos niveles todavía más íntimos y más profundos que los que habéis podido vivir con los intervinientes humanos que os comunicaron los elementos esenciales para llegar hasta el día de hoy. No necesitamos nada más que vuestra mirada y vuestro corazón para daros el nuestro.
Conforme pase el tiempo hasta el invierno, nuestra acción se volverá cada vez más perceptible con respecto a vuestras peticiones, si por supuesto están acordes con la Inteligencia de la Luz y la ley de Gracia, porque sólo conocemos ésta. No necesitáis ni formular, ni pedir, por el Verbo o por la palabra, lo vemos instantáneamente en vuestras envolturas sutiles, en vuestros ojos y en vuestro cuerpo.
Ya empezó hace algunos meses, pero vamos a poder también actuar de manera física, no solamente sobre el manto de la Tierra como ya hacemos, sino también en vuestro entorno, sobre todo el que está ligado, como dije, a vuestro Êtreté, a vuestro corazón, a vuestras estructuras, que sean sutiles o que sean del Êtreté.
Podemos también jugar el papel de consolaros a vosotros, y también, cuando es necesario, a vuestro entorno próximo. Penetraremos en lo más íntimo de algunos de vosotros, en el momento en que sumerjamos mutuamente nuestros ojos en los vuestros, porque sea cual sea nuestra potencia, nuestro único motor es el Amor, y a través de la experiencia, diría que es el Amor-sabiduría. Como os dijimos, en los dragones, los más jóvenes de edad son los más sabios.
Nuestra estructura, a base de silicio, vehicula un Fuego depurado con respecto al vuestro. Os ayudamos pues a depurar este Fuego de todas sus escorias vitales, memoriales e históricas. En el momento en que os acompañamos durante un cierto tiempo, de manera episódica o permanente, en el momento en que nuestras miradas se funden el uno con el otro, el intercambio vibral os restituye y os ayuda naturalmente a encontraros a vosotros mismos en vuestra eternidad.
Es lo que el conjunto de la comunidad de los dragones, por mi voz, tenía que deciros, pero lo dirán innumerables voces durante las próximas semanas de vuestro tiempo terrestre. Algunos de nosotros os comunicarán, si os interesa, por otras voces o por vosotros mismos, unos elementos sobre nuestra arquitectura de vida, sobre nuestras estructuras, sobre nuestros orígenes, pero lo esencial no está ahí (aunque puede ser interesante).
Revelamos en vosotros la fuerza oculta. Revelamos en vosotros, como dije, la emanación del Amor en este mundo. Revelamos también en vosotros la intensidad, en el seno de vuestra conciencia común, si ésta permanece todavía un poco, la intensidad de vuestro Fuego, de vuestra potencia y de vuestra benevolencia.
Estos son los elementos formales que tenía que comunicaros. Me quedo sin embargo con vosotros, abriendo un espacio de preguntas, pero exclusivamente, diría yo, acerca de nuestra relación. Si tuviésemos que daros unas informaciones diferentes, lo haríamos de manera estrictamente íntima y personal. Insisto en la noción de nuestros encuentros, de nuestro acompañamiento, de nuestro Fuego, y para algunos de vosotros, de nuestra fusión, semejante a lo que fue nombrado, hace unos años, la fusión de las Llamas gemelas. Entonces escucho vuestras interrogaciones y las contestaré con gran placer, si efectivamente está en relación con lo que acabo de ampliar y de desvelar.
Proponemos nuestro acompañamiento, nuestra relación, nuestro contacto a todos los humanos cuya estructura del cuerpo de Êtreté lo permite. Iniciamos con vosotros un acompañamiento particular en el que no es necesario el sensacionalismo ni siquiera cualquier historia. Nuestra dulzura con vosotros iguala nuestro poder y nuestro Amor. Nuestro acompañamiento hasta la Llamada de María, de un modo periódico o permanente, es prueba de vuestra libertad. Nuestro consejo es que acudáis a por nuestro servicio y nuestra presencia en todo cuanto tengáis todavía para disipar, para eliminar, en todo cuanto entorpece todavía vuestra conciencia o vuestro cuerpo para llegar a ser vosotros mismos. Lo reitero, esto se logra a través de nuestra presencia y nuestro Amor común.
Como ya dije, son muchas las formas de dragones, son muchas las razas, por decirlo así como vosotros, y eso no hace ninguna diferencia. Estemos aquí desde hace mucho tiempo, como es el caso de casi todos los dragones que estamos en esta Tierra desde mucho antes que los humanos, o que hayamos llegado más recientemente, como es el caso de algunos de nosotros, eso no cambia nada, está la misma calidad y misma intensidad de servicio.
Estamos aquí para amaros y sosteneros, a veces para dialogar – pero no tanto – porque existe entre vosotros y nosotros una forma de alquimia cercana a lo que llamáis vosotros, los humanos, así como os fue explicado – las Llamas gemelas. Nosotros recreamos este tipo de resonancia espontáneamente en cuanto hay afinidad, llevándoos a vivir la fusión con vosotros mismos en espíritu, en verdad y en totalidad, a la velocidad propia de cada cual, a vuestro ritmo, y estaremos más aún en ese momento mayúsculo para la Tierra que esperamos ya con gozo y con cierta exaltación porque – en ese momento, como bien sabéis – todos los velos caerán. Incluso quienes de entre vosotros – los humanos – jamás tuvisteis la oportunidad de relacionaros con nosotros, de contactaros con nosotros, de ser acompañados por nosotros, nos veréis de manera muy clara.
Obviamente quienes sólo perciben la forma y no el contenido corren el riesgo de quedar desestabilizados pero ante eso, nada podemos. La mirada que sólo ve la forma no puede dar con el corazón, ya sea entre nosotros como entre vosotros. Así nuestra presencia, ya sea a través del shock como a través del gusto, actúa para ayudaros a prescindir de toda forma y vivir el Amor al desnudo, independiente de vuestra historia, de nuestra historia, de toda vida en un mundo basado en el carbono, y expresa perfectamente lo que puede asemejarse a la fusión de las Llamas gemelas. Es la misma calidad de resonancia, la misma calidad de vibración y la misma calidad de Amor, en que nos reconocemos uno y otro en la misma llama, en la misma verdad, en el mismo origen y en el mismo gusto por la vida.
Debido a nuestro posicionamiento en el seno de la 5a dimensión invaginada en la Tierra desde tiempos inmemoriales hemos mantenido, como los elfos, nuestra presencia, sin sufrir las fuerzas de encierro que os aplastan desde hace tanto tiempo (a los que estáis aquí desde el inicio del encierro). De tener que abandonar vuestro cuerpo carnal, seguiremos ahí, hasta el momento de vuestra liberación final, de vuestra Ascensión o de vuestro destino. De tener que mantener vuestro cuerpo hasta lo último, nuestra presencia y nuestro contacto, nuestro acompañamiento, se tornarán, por así decirlo, más que palpables y visibles.
Mediante nuestra simple comunión, mediante nuestro simple Amor común, se va insuflando en vosotros la fuerza necesaria para vivir lo que os corresponde vivir, sin temor, sin traumatismo, con dicha y gozo. Así que, mi consejo es que celebréis nuestros encuentros futuros, que nos llaméis, bien sea que nos hayáis contactado ya en nuestras aldeas, bien sea que hayamos llegado ya hasta vosotros, bien sea que os acompañemos ya o no. No es necesario que nos llaméis por nuestro nombre, no es necesario que digáis mi nombre o el de cualquier otro dragón, hay una resonancia y una atracción que se crean a partir de vuestros cuerpos sutiles, de vuestro cuerpo de Êtreté, de su estructura.
Nosotros os vemos, estéis donde estéis en vuestra Tierra. No nos hace falta ahora la cercanía de un entorno tal como lo vivís quizás en el seno de nuestras comunidades. Os vemos más allá del tiempo y más allá del espacio. Vemos vuestra esencia de manera mucho más fácil para nosotros que antes, lo que explica nuestra cercanía cada vez mayor con algunos de vosotros.
Oímos todo cuanto pensáis, digáis lo que digáis. Estamos por lo tanto mucho más sensibles a vuestros pensamientos que a vuestras palabras, las que no llegan todavía hasta nosotros por completo. Así el hecho de ver la verdad de lo que está en curso en vuestros envoltorios sutiles nos permite comprenderos y entablar una relación perfecta, por así decirlo, ya que tomé el ejemplo de las Llamas gemelas. No por nada porque durante nuestros encuentros – más allá de la sorpresa, quizás las primeras veces, más allá incluso del Amor que experimentamos unos y otros – y creedme que sentimos lo mismo que vosotros en esos momentos – tenemos esa capacidad de dejar fluir vuestra espontaneidad, vuestro Amor, de llevaros a trascender y dejar atrás todo sufrimiento, todo miedo e incluso toda indecisión en vuestro Amor. Forjamos vuestro Amor, a través de nuestra relación, en el diamante más puro donde el conjunto de las facetas de vuestro cuerpo de Êtreté y de vuestro corazón brilla esplendorosamente.
Estabilizamos también en vosotros – quizás lo hayáis notado, sobre todo cuando os acompañamos – tanto vuestro humor como vuestros pensamientos y vuestras estructuras vibrales del cuerpo de Êtreté. No se trata de una acción como podrían contemplarla, por ejemplo, quienes se proponen ayudaros a nivel del cuerpo físico, como son los gnomos, sino más bien el resultado de nuestra comunión. Eso significa también que más intensa se vuelve nuestra comunión, más firmes os tornáis y más os convertís en el Amor manifestado. No puede ser de otra forma. Esto es una constante ya existente en los tiempos antiguos muy anteriores a Lemuria entre los dragones y los hombres. Los dragones digamos « primarios » - por mantenernos presentes a lo largo de tiempos larguísimos a escala de vuestra encarnación – fuimos partícipes, hace veinte millones de años, de la siembra de la Tierra de la mano con los Maestros genetistas de Sirio y los cristales traídos, las matrices cristalinas traídas a la Tierra en aquellos tiempos inmemoriales. Muchos de vosotros mantenéis en la memoria el recuerdo aquel, la huella aquella, lo que forja vuestro Amor y vuestra firmeza en el Amor.
Por ahora el contacto más físico que podemos realizar con vosotros se sitúa a nivel de nuestra mirada. Nos hundimos con deleite en vuestros ojos como os zambullís en los nuestros porque el Fuego del Espíritu ahí mora y porque el recuerdo de aquellos tiempos inmemoriales os acerca también a vuestra Madre celestial y al cristal.
Como tal vez sepáis, en principio podéis amplificar nuestra resonancia común con la piedra que nos agrada, que es nombrada Septaria, sea cual sea su forma, sea cual sea su procedencia, por supuesto que esto no es indispensable porque rápidamente, y ahora es cada vez más rápido, podremos resonar juntos en la misma frecuencia, la del Amor más puro y cristalino que comúnmente vive en nosotros.
Lo que os desvelo entonces, es esta capacidad cada vez más amplia de relación, de comunión, diría yo, para algunos de vosotros, a unos niveles todavía más íntimos y más profundos que los que habéis podido vivir con los intervinientes humanos que os comunicaron los elementos esenciales para llegar hasta el día de hoy. No necesitamos nada más que vuestra mirada y vuestro corazón para daros el nuestro.
Conforme pase el tiempo hasta el invierno, nuestra acción se volverá cada vez más perceptible con respecto a vuestras peticiones, si por supuesto están acordes con la Inteligencia de la Luz y la ley de Gracia, porque sólo conocemos ésta. No necesitáis ni formular, ni pedir, por el Verbo o por la palabra, lo vemos instantáneamente en vuestras envolturas sutiles, en vuestros ojos y en vuestro cuerpo.
Ya empezó hace algunos meses, pero vamos a poder también actuar de manera física, no solamente sobre el manto de la Tierra como ya hacemos, sino también en vuestro entorno, sobre todo el que está ligado, como dije, a vuestro Êtreté, a vuestro corazón, a vuestras estructuras, que sean sutiles o que sean del Êtreté.
Podemos también jugar el papel de consolaros a vosotros, y también, cuando es necesario, a vuestro entorno próximo. Penetraremos en lo más íntimo de algunos de vosotros, en el momento en que sumerjamos mutuamente nuestros ojos en los vuestros, porque sea cual sea nuestra potencia, nuestro único motor es el Amor, y a través de la experiencia, diría que es el Amor-sabiduría. Como os dijimos, en los dragones, los más jóvenes de edad son los más sabios.
Nuestra estructura, a base de silicio, vehicula un Fuego depurado con respecto al vuestro. Os ayudamos pues a depurar este Fuego de todas sus escorias vitales, memoriales e históricas. En el momento en que os acompañamos durante un cierto tiempo, de manera episódica o permanente, en el momento en que nuestras miradas se funden el uno con el otro, el intercambio vibral os restituye y os ayuda naturalmente a encontraros a vosotros mismos en vuestra eternidad.
Es lo que el conjunto de la comunidad de los dragones, por mi voz, tenía que deciros, pero lo dirán innumerables voces durante las próximas semanas de vuestro tiempo terrestre. Algunos de nosotros os comunicarán, si os interesa, por otras voces o por vosotros mismos, unos elementos sobre nuestra arquitectura de vida, sobre nuestras estructuras, sobre nuestros orígenes, pero lo esencial no está ahí (aunque puede ser interesante).
Revelamos en vosotros la fuerza oculta. Revelamos en vosotros, como dije, la emanación del Amor en este mundo. Revelamos también en vosotros la intensidad, en el seno de vuestra conciencia común, si ésta permanece todavía un poco, la intensidad de vuestro Fuego, de vuestra potencia y de vuestra benevolencia.
Estos son los elementos formales que tenía que comunicaros. Me quedo sin embargo con vosotros, abriendo un espacio de preguntas, pero exclusivamente, diría yo, acerca de nuestra relación. Si tuviésemos que daros unas informaciones diferentes, lo haríamos de manera estrictamente íntima y personal. Insisto en la noción de nuestros encuentros, de nuestro acompañamiento, de nuestro Fuego, y para algunos de vosotros, de nuestra fusión, semejante a lo que fue nombrado, hace unos años, la fusión de las Llamas gemelas. Entonces escucho vuestras interrogaciones y las contestaré con gran placer, si efectivamente está en relación con lo que acabo de ampliar y de desvelar.
Erelim
os deja hablar:
Pregunta: ¿puede ayudar a los que no os ven, a poderos ver?
Tal y como lo estipulé, no estáis todos destinados a vernos, por unas razones que no están ligadas a nuestra voluntad o a nuestro deseo, ni siquiera a vuestro deseo o a vuestra voluntad, sino más bien a unas afinidades vibratorias. No es porque nos veis, no es porque os acompañamos, que estáis más cerca de la Libertad. Se trata simplemente de unos mecanismos de sincronicidades, de unos mecanismos que permiten acompañar a aquellos para los cuales es deseable. Algunos de vosotros tendrán más afinidades con otros pueblos de la naturaleza. Pero en general, más allá de vernos, será más fácil percibirnos, aunque sólo pasemos, aunque sólo nos encontremos en nuestros lugares, o como dije, incluso en vuestras casas.
Los elementos de facilitación, lo dije, pueden ser de naturaleza cristalina, pero no vuestra curiosidad, ni siquiera vuestra petición. Recordad que vemos vuestras envolturas sutiles antes que cualquier cosa, y cuando nos acercamos cada vez más a vosotros, entonces son los ojos que se sumergen en vuestros ojos, o vosotros que os sumergís en nuestros ojos. No hay propiamente dicho otra facilitación que no sea la disolución, cada vez más integral, de los velos aislantes. Así que no tengo ninguna técnica o modo de proceder que daros.
La novedad, es que incluso algunos de vosotros que no nos han encontrado en nuestros lugares, algunos nos verán llegar a sus casas, o en la naturaleza. Otros finalmente vivirán unos contactos más ligeros, si puedo decirlo así. No nos atañe a nosotros, sino que es simplemente por las circunstancias vibrales, las afinidades vibrales existentes o reapareciendo, porque os dije que después de la Llamada de María, no habrá ningún velo, y esto será para cualquier humano en la tierra.
Ya sabemos que algunos de vosotros – por sus miedos, por su encierro, por sus resistencias–, podrán vernos cómo demonios, como extraterrestres o como fantasía. Ahí no podemos hacer nada y tampoco podéis hacer nada. En cuanto haya afinidad, y no hablo de vuestro estado vibratorio o de la apertura de una u otra estructura, hablo directamente de la afinidad de conciencia. Corresponde tanto a los dragones primarios como a los dragones que han venido a posarse, si puedo decirlo así, más recientemente, porque ahora somos innumerables. Nuestras comunidades, como sabéis, son reducidas, pero estas comunidades se implantan de manera importante por todas partes en la tierra.
¿Tenéis más preguntas?
Pregunta: como guardianes del Fuego, ¿puede hablarnos de sus poderes de regulación del fuego en la Tierra, los volcanes y demás?
Nuestro trabajo, hasta ahora, sobre el manto terrestre ha consistido en agrandar la Tierra para permitir, llegado el momento, su expansión física y digamos, de manera apropiada para la 5ª dimensión. Por supuesto, todo lo que atañe al fuego, los volcanes, el magma, el núcleo de la Tierra y su núcleo cristalino, no somos, propiamente hablando, los guardianes sino que vigilamos. Llegado el momento, haremos que los flujos de lava, el fuego de la tierra y el fuego del cielo se estructuren según los deseos de la Tierra, de su conciencia, con la cual, por supuesto, estamos profundamente conectados, en todo caso nosotros, los dragones primarios. Hemos acompañado, os lo recuerdo, la fecundación de la Tierra. Nuestro sentido del servicio continúa ahora para algunos de vosotros, tal y como acabo de explicar. Éstas son nuestras atribuciones, nuestras funciones, desde tiempos inmemoriales pero sobre todo durante estos tiempos particulares. No tengo nada más que añadir con relación a esto.
Pregunta: ¿podemos esperar tener unos contactos físicos con usted o algunos de sus hermanos?
Este contacto es casi físico, incluso podríais decir que casi carnal para algunos de vosotros. Lo que llamas físico, tal y como lo entiendes, será la evidencia misma después de la Llamada de María – que también esperamos, no para nosotros sino para la Tierra y para vosotros. Cuando digo físico, también quiere decir que, más allá de vernos, de comulgar, de intercambiar en conciencia, tendréis realmente la posibilidad, que tengáis este cuerpo de carne o no, de tocarnos, al igual que os tocaremos también en ese momento.
Acordaos de todos modos de esta advertencia, no tenéis que estar acompañados todos con tal proximidad. Pero la simple resonancia, la simple visión, nuestro simple paso basta para modificar vuestra conciencia. Es por esto que hemos empezado, hace ya un año, de manera silenciosa si puedo decirlo así, a sobrevolar algunas de vuestras casas, algunas de vuestras viviendas y determinados lugares, de manera invisible para vuestros ojos de carne, pero perceptible al nivel del aire o del fuego.
Esta acción, la calificaría de importante también, aunque no sea en la intimidad de nuestro acompañamiento, porque allí donde volamos, allí donde nos posamos, dejamos un rastro. No son, propiamente dicho, lo que nombráis unos vórtices, como es el caso con los elfos, pero dejamos una huella indeleble y perceptible por la Luz, perceptible por la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres, y sobre todo por los que están destinados a obrar, para algunos de vosotros, lo más próximo también, es decir los Ángeles del Señor, pero no solamente. Todos los pueblos intergalácticos de 3ª dimensión unificada llamados a manifestarse en esta tierra, se sirven en cierto modo de nuestras marcas para moverse y desplazarse.
Pregunta: ¿a qué corresponden los círculos de ceniza que se ven cerca de sus pueblos?
Los dragones de Fuego de la Tierra, como sabéis, poseen un soplo capaz de quemar la tierra, no para destruirla sino para dejar, allí también, una huella, más discreta que la que dejamos cuando sobrevolamos vuestros lugares. A menudo nuestro soplo quema la tierra en vuestras viviendas o al lado de vuestras viviendas (raramente de manera visible) cuando es necesario, y de manera mucho más vasta en nuestras comunidades. Es la marca de los dragones, es la marca de nuestro soplo. El fin es estabilizar la Tierra en su expansión y su Ascensión. No siempre están estos agujeros circulares que creamos, a veces simplemente hay una forma circular de ceniza que estabiliza nuestros lugares en diferentes planos, y no únicamente físicos. Esa es su utilidad.
Si tenéis la oportunidad de encontrar cerca de vuestra casa esta ceniza de tierra, o bien en el seno de nuestras comunidades, si queréis podéis recoger esta ceniza para usarla o simplemente para tenerla con vosotros. Tiene algunas virtudes que podríamos llamar de terapéuticas, que os ayudan para las transformaciones, para los cambios. Es todo lo que puedo decir en general.
Pregunta: le percibo y le oigo pero no veo sus ojos, sólo veo la cola. ¿Tiene algún significado?
No. Como dije, la fusión de ojo a ojo, de ojos a ojos, sólo ocurre cuando vuestras estructuras sutiles y de Êtreté son aptas, si puedo decirlo así, para vivirlo, en el momento, diría yo, oportuno. En muchos casos hay una forma de progresión, desde nuestro sobrevuelo, desde nuestra percepción en el seno de nuestras comunidades hasta nuestro acompañamiento – que no es, lo recuerdo, una obligación, y que depende de vuestras circunstancias vibrales.
Ver nuestra cola o nuestra forma no es significativo de algo diferente en la relación tal y como hablé de ello, y en la comunión. La etapa de sumergirse en los ojos es, más íntima. Depende de vuestra unicidad, de vuestras estructuras personales sutiles o de Êtreté. No hay necesariamente una progresión hasta la fusión, una vez más, depende de las afinidades vibratorias que son función, tanto de vuestros orígenes, como de las indicaciones puestas cuando vemos vuestras envolturas, para acercarnos a vosotros.
Pregunta: ¿cuál es la especificidad de los dragones del Aire?
Todos los dragones, que sean del Fuego de la Tierra o del Aire, o del Agua (porque existen), es únicamente actuar sobre un elemento complementario.
El dragón de Fuego de la Tierra actúa sobre la tierra, sobre vuestras relaciones con nosotros, sea cual sea nuestro origen. No cambia nada el proceso que he descrito.
Al nivel del aire, es un poco diferente. Los dragones de Aire, podéis imaginarlo, no actúan únicamente sobre el aire o el viento que se encuentra en una región, sino sobre el génesis de sus corrientes aéreas. Controlamos, bastante alto en vuestros cielos, la deriva de las corrientes aéreas y también las corrientes oceánicas.
Los dragones de Agua, ellos, tienen más como especificidad de vigilar las aguas, sean cuales sean. Esta vigilancia no es siempre una acción, sino más bien una forma de purificación por nuestra presencia misma.
Para el Fuego, lo habéis entendido, hay una acción privilegiada por nuestra presencia sobre los volcanes o sobre la tierra, lo que llega a ser lo mismo (la tierra firme). Es todo cuanto puedo desvelar.
Pregunta: la última vez sentí a través suyo, un inconmensurable momento de amor.
Y también dijo que vendría a visitarme por la noche, y no tengo ningún recuerdo. ¿Qué ocurre?
No hablé, me parece, de vencimiento de tiempo. No seáis tan impacientes. Lo que prometí se vivirá, pero nunca hablé de una cita precisa en una fecha dada. Todo depende de lo que observamos en vuestras envolturas después de una primera fusión, lo que tú mismo defines como inconmensurable, lo que es siempre el caso. Algunos de entre vosotros que vivieron esto lo viven regularmente, otros esperan revivirlo, todo depende únicamente, no de vosotros ni de nosotros, sino de nuestra capacidad común a revivirlo. A veces esto es muy cercano, a veces sólo habrá una vez, a veces habrá innumerables veces con unos intervalos que, ahí también, no dependen ni de vosotros ni de nosotros sino únicamente de vuestras envolturas y de nuestras envolturas.
En efecto hace falta que, como en las Llamas gemelas, vuestro y nuestro corazón puedan, si puedo decir, encajar esta potencia – lo vivimos tanto como vosotros en esos momentos. Nuestro Fuego es tal que a veces os hacen falta muchas semanas, o a veces unas horas, para poder revivirlo; esto no depende de mí, ni de algún otro dragón, ni de algunos de vosotros, sino simplemente de las circunstancias. Pero recuerda también de que un único encuentro de éstos deja un recuerdo imborrable, porque no hay nada igual. Sólo el descubrimiento de vuestra Llama gemela, si existe, recrea el mismo proceso. Es algo, como dices, que es a la vez inconmensurable e inaudito, sobre todo de vivirlo en vuestra carne y en nuestra carne.
Pregunta: ¿cómo beneficiarse de las virtudes terapéuticas de las cenizas de Dragón? ¿Tenemos que ingerirlas, llevarlas con nosotros, u otra cosa?
Sería más juicioso de llevarlas sobre vosotros o en vuestro entorno, porque estas cenizas, por supuesto, es una palabra adaptada, no son, como comprendéis, completamente unas cenizas, es tierra cargada de fuerza etérica libre. Tener esto en vuestro entorno tiene efectivamente unos efectos terapéuticos. Me parece que hace ya unos años el arcángel Anael lo había tenido en cuenta, sin pedirnos la autorización además. No obstante, hoy, tener esto al lado vuestro no es un amuleto, sino más bien un objeto, una sustancia que va a actuar e impregnaros, diría yo, de la frecuencia de los dragones. Aplicadlo sobre el lugar enfermo, llevadlo sobre o al lado vuestro, es el modo más adecuado de utilizarlo hoy. No es tampoco un amuleto, es simplemente la posibilidad de acercarnos mutuamente y de tener una acción a veces de sanación, pero en todo caso de solidificación y de erradicación de lo que debe ser erradicado.
Pregunta: ¿una intensa quemadura en todo el costado izquierdo es una señal de vuestra presencia?
No necesariamente, esto puede ser ocasionado por toda Presencia en el seno de vuestra estructura vibral, llamada Canal Marial. Nuestro Fuego no es un fuego que quema, es un fuego de Amor que devora. Sólo arde cuando hay necesidad, en particular al nivel del manto terrestre, y en algunos acompañamientos, como dije, para quemar algunos restos.
Pregunta: durante una meditación, con los ojos cerrados, tuve la visión, algunos segundos, de un dragón que me escupía fuego. ¿Fue real o imaginario?
Las dos son factibles pero el soplo del dragón, que se presente en forma de fuego o en forma de aire, tiene los mismos efectos a nivel etérico. Que esto se haya vivido en tu imaginación, que se haya vivido por la intervención de un dragón, en definitiva no cambia nada. La eficacia, incluso imaginaria, es bien real hoy.
Pregunta: durante una estancia cerca del mar, el dragón que me acompaña me dijo: te llevo a tú «Casa», cuando aún quedaba un día que pasar en este lugar. ¿Era una broma o lo habría hecho?
¿De cuál de tú « Casa » hablaba? Bien evidentemente no de tu casa. Habló de tu Casa original y hablaba seguramente de la misma cosa, tanto más que, cerca del mar, hay por supuesto dragones del Fuego del Agua. Éstos desarrollan los potenciales de mediumnidad, no encuentro otro término mejor, llevándoos efectivamente a hablaros y a dar informaciones. Volver a Casa no quiere decir ir a tu domicilio físico, sino volver a tu Casa o Morada de origen, lo que se llama, creo, el origen estelar. Aquí también la noción de tiempo no puede ser precisada, sino como una certeza del acompañamiento de una u otra de nuestras comunidades. Esto expresa perfectamente lo que expuse respecto a nuestra intervención después de la Llamada de María.
Pregunta: Ayudó a una amiga tratada por radioterapia para quitar el fuego que podía quemar sus órganos alrededor del daño, y hoy esta persona no tiene ningún rastro. ¿Otras personas pueden pedirles esta ayuda?
En este caso, esto fue posible. Estipulé bien que nuestra función no es como la de los gnomos, incluso si efectivamente nuestro soplo puede también sanar como la acción de los gnomos. Nuestra especificidad concierne a vuestro Êtreté, a vuestro Corazón.
Pregunta: es usted quien le había pedido su foto para trabajar sobre ella.
Esto no quiere decir que esto sea sistemáticamente posible, ni que es nuestro fin ni nuestra función, sino nuestro Amor es tal, que a veces sucumbimos.
Pregunta: después de la proposición del dragón de llevarme a casa, y no estando muy conforme, un gnomo me propuso también de llevarme a mí casa. ¿Por qué vino también? ¿Acaso soy demasiado pesada?
Ningún peso da miedo a un dragón. Ahora ¿por qué un gnomo? Él vino simplemente para reconfortarte en tu resurrección en el seno de tu morada original.
Pregunta: ¿tendría que haber dicho sí?
Ninguna de las dos. Es un hecho adquirido, que digas sí o no. Pero una vez más, no veas allí instantaneidad de lo que fue propuesto.
Pregunta: sin embargo el gnomo dijo: « Tu marido se ocupará de las maletas ».
Los gnomos son bastante chistosos. ¿De qué maletas hablaba? ¿Se trata de las maletas de un desplazamiento, de un viaje, o se trata del que va a ocuparse de lo que queda de resistencias? Pero en ningún caso lo que fue pronunciado por un dragón y por un gnomo corresponde a algo inmediato o físico, llevándote a tu casa física.
Pregunta: yo pinto, y el título de una de mis creaciones me planteó un problema. La llamé finalmente “Llama gemela”. ¿Es uno de los dragones que me inspiró para este título?
Hay mucha suerte respecto a lo que expuse respecto a la fusión con un dragón, emparedándose, como dije, con las Llamas gemelas – en los efectos, y no en la vida común.
Pregunta: el otro día, yo quería absolutamente subir a vuestro pueblo, pero tenía poco tiempo. Pedí a los dragones de aliviarme para llegar allá arriba rápido e hice este trayecto mucho más rápido que habitualmente. ¿Esta ayuda me ha sido concedida realmente por los dragones?
Si, ya viviste anteriormente, lo que es el caso, un proceso de acompañamiento, es decir de acompañamiento de uno de los dragones contigo, te es muy fácil en este momento de llamarnos. No necesitamos de venir, la codificación vibratoria del dragón está en ti y te aporta, en esos momentos, la fuerza necesaria. No necesito, ni yo ni otros dragones de nuestra comunidad aquí, en cuanto que habéis sido contactados o acompañados, basta de pedírnoslo para que la vibración, la frecuencia que corresponda a nuestro poder, se active en vosotros de manera más o menos intensa. No hay necesidad de presencia efectiva.
Pregunta: ¿cuándo necesitamos de un cuidado, en que caso hay que llamar a los gnomos, a los elfos, a los dragones, o a las ondinas?
Me parece haber explicado que no estamos vinculados a los cuidados, sino que nuestra presencia puede ser terapéutica. No podéis pedirnos de sanar esto o aquello, cosa que es posible con los gnomos, por su acción directa. Hace un año, la reina de los elfos os dio un cierto número de elementos para las sanaciones. En cuanto a las ondinas, ellas no os desvelaron todavía, si no es a través de algunas frases, el hecho de que ellas podían penetrar en vosotros por todos vuestros líquidos, que ya es una indicación. Entonces no hay que pedir – los gnomos, además, no aprecian realmente las peticiones – hay que encontrar y dejar celebrarse lo que aporta el encuentro. Pero no vayáis específicamente con un objetivo preciso, incluso ver a los gnomos o de vernos a nosotros.
Estamos al servicio, unos y otros, pero no estamos, si puedo decir, a vuestra disposición. Respondemos, no a vuestras peticiones, lo repito, sino que respondemos a lo que vemos, y lo que vemos, a veces, puede contradecir nuestra intervención. Hay otros modos de pedir una sanación, por otros medios; incluso si nuestro efecto puede ser terapéutico, no es la prioridad. Hablé de solidificación, de potencia del corazón, de emanación del corazón, antes de todo. Por supuesto, nuestro soplo puede sanar como la mano de un gnomo, o sus herramientas, pero no es nuestra especificidad. Podéis, no obstante hacer la petición, pero no hagáis peticiones repetitivas. En este caso, para aquellos que están en contacto y en comunión con nosotros, o en fusión, esto se hace si debe realizarse, espontáneamente. Aquí también eso no depende ni de vosotros ni de nosotros.
Para los gnomos, me parece que os han precisado de no hacer petición específica y de dejar a los pueblos de la naturaleza decidir lo que deben hacer. No podéis orientar, si puedo decir, una sanación. Los elfos pueden responder a vuestras peticiones de diferentes modos.
Las ondinas, (esto no ha sido desvelado aún) incluso si algunos de entre vosotros pudieron aprovecharlo. No me incumbe de desvelar, lo que tal vez, las ondinas desvelarán. Me parece que la Reina del pueblo de los elfos, fue muy locuaz para algunos de entre vosotros, concerniendo a algunos procedimientos de terapia, no apelando además ni a su presencia ni a su acción, sino apelando a los líquidos o a los vegetales. No me incumbe, aquí tampoco, de describir lo que propiamente les pertenece.
No veáis a los pueblos de la naturaleza, cualesquiera que sean, como elementos de sanación física, incluso si es posible y hasta realizable. El fin es otro, os lo dijimos. A veces la sanación está presente pero lo más a menudo, excepto para los gnomos y las ondinas, se trata o bien de nuestro soplo, o bien del agua presente a nivel de los elfos (o de los vegetales), pero no de la presencia efectiva, ella no es necesaria.
Por supuesto, si habéis establecido un contacto más privilegiado con uno de los pueblos de la naturaleza, ellos también pueden, estos pueblos de la naturaleza, proponeros algo. Comprended bien que no hay, a este nivel, que esto sea para los elfos o para nosotros, o para los gnomos incluso, de susceptibilidad o de negativa, sino que simplemente y lo repito, vemos vuestras capas y sabemos lo que es más adaptado. Y lo más a menudo no es según vuestro deseo, es según la realidad vibratoria que es observada. No somos pues – los pueblos de la naturaleza –, los más adaptados como entidades para las sanaciones, tenéis entre los Ancianos, los Arcángeles, y algunas entidades que intervienen directamente, porque esto forma parte de su atribución. A los gnomos les gusta trabajar la materia, lo sabéis, pero son ellos los que deciden, no por fantasía o antojo, sino por necesidad.
Pregunta: a menudo veo las nubes y veo como unos dragones. ¿Me hacen un pequeño saludo o es otra cosa?
No, nosotros creamos estas formas de la misma manera que, aquí mismo me parece, el Comendador os había pedido de mirar en una cierta dirección, para ver su forma. Pero no somos nosotros, es lo que representamos.
Pregunta: ¿cuál es vuestra intención cuando creáis estas formas para qué esto sea visto por nosotros?
Por qué queréis que haya necesariamente una intención, no es acaso una prueba, como lo ha dicho el que llamáis el Comendador. Para nosotros no hay intención, es un placer.
No tenemos más preguntas, le agradecemos.
Érelim os saluda desde su corazón y desde su Fuego. Os quiero.
Hasta muy pronto de todos modos.
8*O.
M. AÏVANHOV PREGUNTAS / RESPUESTAS*LLAMADA DE MARÍA, LA CATALEPSIA PARTE 1
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11*ERELIM *DRAGÓN*PREGUNTAS/RESPUESTAS* NUESTRO FUEGO ES UN FUEGO DE AMOR QUE
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