miércoles, 27 de abril de 2016

GEMMA GALGANI ESTASIS Y RESURRECCIÓN – EXTRACTOS DE RELEVANCIA E INTERÉS RELATO DE LO QUE ACONTECERÁ DESPUÉS DE LA LLAMADA DE MARÍA 25 ABRIL 2016







GEMMA GALGANI ESTASIS Y RESURRECCIÓN – EXTRACTOS DE RELEVANCIA E INTERÉS RELATO DE LO QUE ACONTECERÁ DESPUÉS DE LA LLAMADA DE MARÍA 



Estasis y Resurrección

Soy Gema Galgani. Hermanos y hermanas, reciban todo mi Amor. Vengo como Estrella Unidad, encargada por María de desvelar ciertos elementos que sobrevendrán en el momento de la estasis y de vuestra Resurrección.

La Luz Blanca es la Luz de la Certeza, del Amor inexpresable e incondicional de Cristo, y de la Fuente, que es nuestra naturaleza esencial, en toda manifestación y en toda creación.

La Luz Blanca es la Luz que aparece cuando una manifestación o creación va a nacer, en cualquier dimensión que sea. La Luz Blanca se relaciona a la Unidad, así como a la Paz, y al mismo tiempo a la Morada de Paz Suprema. La Unidad es una Luz donde no existe ninguna forma, ningún principio ni fin, y que colma todo espacio. Así es el Éter Original, así es el Éter de la Creación. La Creación permanente e infinita. No tiene principio ni fin, y va a manifestarse según los espectros de color visibles e invisibles, mucho más allá, de lo que los ojos de la carne puedan ver.

La Unidad se traduce por la Paz, y por la desaparición de todo elemento de separación con la Luz, de distanciamiento, de formas, de tiempo o espacio.

La estasis de la Unidad, es sensiblemente parecida al éxtasis de Shantinilaya o Morada de Paz Suprema.

La Luz Blanca es la Luz de la Fuente, la que aparece desde el momento en que lo increado cede todo lugar a lo creado. La Luz Blanca es la primera emanación de la Fuente y del Arcángel Metatrón, que corresponde a la conexión del cordón invisible que une a toda vida, en toda dimensión, así como en toda manifestación. Es la Luz del Espíritu revelándose a sí-mismo, que no tiene coloración, ligada al alma y señala la desaparición total de lo que pueda existir, de lo llamado intermediario entre el cuerpo de manifestación, en esta dimensión, y el Espíritu.

El Alma no es un vehículo indispensable, el Espíritu es todo poderoso. La coloración del alma, es un color de manifestación según las dimensiones. La coloración más conocida por vosotros, aquí en este mundo, es la Luz Dorada, que corresponde a la franja más alejada de la materialidad de la matriz, y corresponde al cuerpo causal. En cuanto la Luz Blanca aparece, en vosotros como al exterior, eso significa el desgarro del cuerpo causal, su disolución, su desaparición, dejando todo el espacio al Espíritu. Desde ese momento ya no puede haber coloración. Solo puede existir ese Blanco uniforme, donde no existe ni formas, ni tiempo, ni espacio.

Esta Luz Blanca, algunos ya la vivieron. Las primicias son las siguientes: adormecimiento del cuerpo, indiferencia, disminución, y desaparición incluso de la percepción de la envoltura corporal como de las envolturas sutiles. Entonces en ese momento la vibración ha alcanzado, diría, su apogeo, donde ella se borra ante la majestad de la Luz. Por supuesto, la vibración puede ser previa por la activación de lo que se llama la Corona, o por la reactivación de algunos centros energéticos. Pero esto se fusiona en lo Blanco, y a la Luz de la Creación, allí donde están todos los posibles, allí donde está nuestra Fuente común y nuestra primera emanación común en la manifestación.

En cuanto que el alma, como Espíritu individualizado, ha de vivir ciertas experiencias por el simple interés de la experiencia, sin restricción, ni otra cosa que Amor y Libertad, y la Responsabilidad de sí-mismo, así como de toda vida y creación. Así se organiza y se estructura la vida en las numerosas Moradas del Padre.

Todo eso va a pasar en el momento de la Llamada de María, en el que el mecanismo de la estasis comenzará. Tendréis las primicias en vuestro mundo. No solo por el descenso de las partículas Adamantinas, ni por la agregación de algunas de éstas partículas, formando elementos de Luz tomando formas. Actualmente, constatarán que existen capas de Luz Blanca, como capas de niebla, pero no es eso, y corresponde a lo que os dijo el Comendador. Penetrar esta Luz Blanca y vivirla hace desaparecer instantáneamente todo lo que pueda existir como bloqueo en la persona, así como en el alma, respeto a la propia disolución.

El mecanismo de Transición, y de la estasis, os recuerdo que están destinados a haceros vivir nuevamente la totalidad de vuestra Esencia, Esencia situada en la Luz Blanca. Es así como que veréis las primicias en vosotros como en vuestro entorno, por la aparición de dolores fulgurantes y sorpresivos, como en momentos en los que os parecerá desaparecer sin haberlo querido, o situaciones que pueden ser molestas, para vosotros cuando la persona es necesaria. Como para conducir un vehículo o llevar una conversación. Eso no lo controlaréis, y lo dominaréis cada vez menos, porque es la Luz que elige y no vosotros.

Donde solo podéis someteros y sumergiros en el océano de Beatitud, de Felicidad y de Paz, donde ninguna referencia a este cuerpo, y en esta vida intervienen más.

De este modo la Luz Blanca os conduce al umbral de lo Increado, os lleva a la Fuente, y reactiva además lo que sois en Eternidad y os permite fundirse en este origen primordial, que es nuestra Esencia y la de todos.

Cuando no existen más barreras, es cuando no existen más límites, ni del cuarto donde estáis, ni de percepción del cuerpo. Este se entumece, puede vibrar y desaparecer totalmente. En esos momentos, ya no puede haber ninguna duda sobre lo que se vive y se experimenta. Pero al regreso, siempre tendréis la opción de vivirlo permanentemente o de volver a los juegos de experiencia en la materia, o inmersión dada.

El momento del Tránsito, además, no os dejara opción. Seréis prevenidos, como sabéis, algunos días antes por los anuncios del Cielo y de la Tierra y los Anuncios de María. Sentiréis, como una languidez que os invade, la necesidad de reposo y de acostarse. Una incapacidad más o menos profunda para poder pensar y reaccionar ante lo que sucede, poniéndoos en la postura del espectador que no puede modificar nada de lo que se celebra. Y en determinado momento perderéis toda noción de identidad, toda noción corporal, toda noción de dimensión. Seréis bañados totalmente en esta Luz Blanca, ya sea que la aceptéis, o que la rechacéis.

En ese momento, si la aceptáis totalmente, el Si será establecido de manera definitiva, haciéndoos aptos a vuestra Resurrección final y de obrar en vosotros y en lo que atribuyáis. Por supuesto que, si hay resistencia y no reconocimiento a este estado de Amor incondicional y original, habrá miedo e inestabilidad, con la dificultad a permanecer inmóvil por la ausencia de control del cuerpo.

La Luz Blanca, no es identificable con nada, ni nada conocido en este mundo excepto en las primicias que viváis, ya sea por la vista, visitando algunos lugares de la naturaleza, en vosotros o en momentos fulgurantes que ocurren, con forma o sin forma, en general rápidos. Tal vez habéis vivido eso desde hace algunos años, al acostaros por la noche a oscuras, que hay un enrejado o cuadricula etérica que se dibuja en el techo del dormitorio. A veces veis ahí Presencias, formas móviles, que no es sino la inmersión de vuestra conciencia en lo que viene y que llega totalmente ahora. Eso es el regreso del Cristo en vosotros, el regreso del Espíritu del Sol, el regreso del hijo, del Hijo Ardiente del Sol, del KI-RIS-TI, que Sois.

Por supuesto todos tenemos un modelo. Y ese modelo sabéis que es Cristo, no en su acepción religiosa, si no como Principio cósmico, Universal, de la pureza del cuerpo de Êtreté. Encontrar la Luz Blanca en el momento del paso y de la estasis, si lo aceptáis, y os sumergís totalmente en lo que se presente, os dará acceso entonces al último Paso, que corresponde a la Luz Blanca lo que fue llamado la Nada. Pero esa nada, el Absoluto, ese Todo, más allá de la Luz y de la manifestación que está más allá de la Luz, es lo que os vine a mostrar, la base y el origen de la Fuente misma.

De la misma manera que una fuente brota de la montaña, y que no veis todo su trayecto, parece nacer en ese lugar, pero ha recorrido múltiples circuitos y trayectos escondidos en el interior de la montaña. Es lo mismo para el Absoluto. El Absoluto subyace a la Luz, él es el agente que permite la manifestación de la primera Luz, como de toda Luz en este mundo, como en toda conciencia y dimensión.

Eso es lo que va a ocurrir. Tendréis la lucidez. Como seres que no solamente están unidos unos a otros en las dimensiones, sino más bien participando en la misma y única a-conciencia, de la misma y única manifestación posible en todos los sentidos, en todo lugar, como en toda dirección. Eso pasará sin inconvenientes, ya que desde ahora os llega por etapas, por momentos, de desaparecer de sí-mismos, ya sea cuando nos escucháis o de imprevisto. Aunque no queden recuerdos, volvéis de esa ausencia en un estado diferente, donde la Paz y la ecuanimidad están por delante del escenario. Este es vuestro alimento y vuestra guía.

En cuanto estéis totalmente bañados en la Luz de la Creación, vosotros mismos asistiréis al origen de esta Creación. Remontareis, diría, el hilo del tiempo, el hilo de las experiencias mucho más allá de los recuerdos de esta tierra, para reuniros con la experiencia primordial, la de la voluntad de la Vida en manifestarse, por la Luz y por Amor, en todo espacio y de toda dimensión creada. Pero estáis más allá de toda Creación, participando en toda creación.

Y es esta fuerza que os será comunicada en ese momento, y que os llevará a la Resurrección en las esferas eternas de Vida, según vuestro programa. No un programa tal como lo conocéis, si no el programa de alma, si es que este corresponde a vuestro programa de Espíritu, como Espíritu individual, viniendo a su turno, a soportar las manifestaciones y los mundos, sin importar cuáles sean. Reuniéndoos a vuestro Origen Estelar o a uno de vuestros linajes, a fin de seguir vuestro periplo, dentro de la manifestación no importa cual, pero en total Libertad, en total Autonomía y total Amor. Es lo que va a ocurrir.

Retened bien que el aprendizaje que vivís en este momento, más allá de las circunstancias comunes de la vida, os llama todavía a momentos extraordinarios.

En esos momentos extraordinarios cualquiera que sea lo que yo llamo, el devenir después de la Resurrección, estaréis ahí solo para mostraros esta aptitud que se abre por sí sola, al mismo tiempo que el Cristo en vosotros, al mismo tiempo que la última envoltura se desgarra para la Tierra, así como vuestras envolturas sutiles. Por supuesto sabéis que la palabra maestra es Amor, y de soltar todo lo que tengáis en ese momento, y hablo de ese momento. Y ahí veréis que, por pequeños toques, y más importantes por momentos, cada uno a su ritmo, pero a un ritmo dentro de un límite, que es el de la aparición del segundo Sol. Así durante ese tiempo, constatareis la amplitud de las oscilaciones entre la conciencia ordinaria y la Supra-conciencia, la de la Supra-mente, la que no conoce ninguna barrera ni límite, donde la Luz Blanca os viene a mostrar vuestra naturaleza, Esencia y manifestación.

En la Luz Blanca, se encuentran todos los potenciales para crear, en devenir en lo increado. Todo eso no tiene ningún límite, no tiene forma, ni tiene tiempo, no tiene espacio, ni referencia que no sean otros que el Amor, que está ahí omnipresente. Es como si la Luz misma, fuera ese Amor, la Luz Blanca misma, fuera el origen de toda cosa, de toda respiración, de todo elemento, es exactamente eso, lo que viviréis. La fusión de los cuatro Elementos arquetípicos, os lleva a la re-creación del Éter original, que es la Luz Blanca de la Unidad. La Luz, en la que no puede existir la menor coloración.

De esa facilidad, hoy y en el tiempo que acaba de pasar, hasta la llegada del segundo Sol, serán cruciales. No por un devenir porque éste os fue asignado, es más bien para mostraros que esta noción de Transición y de Resurrección no es una muerte, sino más bien un verdadero despertar, haciéndoos salir y extrayéndoos totalmente de la ilusión, mostrándoos, en este momento, toda la realidad y toda la ilusión.

Ya no será posible dudar, ni de hacerse preguntas, porque la Luz Blanca es Evidencia, si bien ella trae, no reticencias, sino a veces miedos y necesidad de apropiación. Eso no durará, porque en un determinado momento, todo eso será remplazado, por la desaparición total de lo que llamáis conciencia.

Entonces ahí, entenderéis, si no lo experimentaron en la vida de la tierra, que sois realmente Eso, es decir el Absoluto, el Parabrahman y que participáis en toda creación y en toda manifestación en el seno de los Mundos Libres. Y por supuesto el olvido habrá desaparecido. Y habrá el recuerdo de quienes sois, que será total e íntegramente restaurado. Y cuanto más aceptéis de quedaros tranquilos, de permanecer silenciosos, de estar inmóviles, de aceptar la desaparición en ese momento, tendréis más facilidad para extraeros de toda manifestación, de toda forma y de este mundo, así como de toda atadura que pueda quedar respeto a la vida en todo mundo carbonado.

Ese es el momento de la Libertad, en que el Juramento y la Promesa son actualizados por la inmersión en la Luz Blanca y entonces ahí, estaréis libres.

Libres de servir o de ayudar a otros sistemas confinados, libres de regresar a vuestro Origen Estelar, libres de fusionar con cualquier conciencia, libres de experimentar, de encontraros o de permanecer tranquilos. Y para eso es necesario que la instalación de la Luz Blanca sea evidente durante el lapso de tiempo de la estasis, que durará un poco menos de 72 horas.

Tendréis la ocasión de hacer, también a nivel de la conciencia, pero no del cuerpo ni del mundo, vaivenes a veces entre algunos recuerdos y poco a poco esos elementos iniciales se disolverán por sí-mismos. El sentido de ser una persona, de tener tal relación, tal profesión, tal edad no querrán decir estrictamente nada.

Os encontrareis con la impresión de emerger de un largo sueño que os obligó a experimentar, lo que no es real, a experimentar el sentimiento de separación, no para progresar, ya que sois perfectos desde toda Eternidad. El Velo del olvido es terrible, ya que ha creado la noción de regreso a algo que siempre ha estado ahí. Sin embargo, todos hemos pasado por lo mismo, las Estrellas en su mayoría. Porque el camino de la carne en los mundos disociados es un camino de dificultades, un camino que no tiene otro sentido que el de nutrir a los que fueron depredadores, que se mezclaron con aquellos y aquellas que nos crearon, en todo caso no como almas, sino como cuerpos, en este mundo y manifestación, que era totalmente Libre, os lo recuerdo, en el momento de su siembra.

Así que volveréis a ser los que siempre fuisteis, decidiendo explorar los caminos del alma, o explorar los caminos del Êtreté, o volver directamente a la quietud eterna de la ausencia de conciencia, donde nada es experimentado, porque no hay nada desplegado, donde todo se une, donde solo existe, nada más que ese punto que nunca termina, en el Centro del Centro, el Corazón del Corazón, donde ninguna duda, ni manifestación ni sentimiento de pertenencia a quién sea o a lo que sea puede existir.

De este modo se resolverán en vosotros, los cuatro Elementos arquetípicos correspondientes a la venida del segundo Sol, del cuerpo de Êtreté y a vuestra Resurrección.

En ese momento la crisálida se desgarrará entera y totalmente. La oruga no dejará ni recuerdos, ni restos ni nada. Y habréis renacido en las esferas de la Eternidad. Habréis renacido como amigo del Cristo, o esposa del Cristo. Seréis libres, estaréis maduros, seréis responsables, sin pasar por fases de aprendizaje, aunque serán necesarias para los que quieran explorar algunos Mundos Libres, y de recuperar el perfecto y completo empleo del cuerpo de Êtreté, como un recién nacido, un niño que aprende a caminar y a mantenerse de pie.

Así reaprenderéis lo que es el vuelo, el vuelo en conciencia, el vuelo con alas, lo que son saltos dimensionales, los viajes en un vehículo llamado nave de Luz, que no es otro que el cuerpo de Êtreté, desplegado en una dimensión. Veréis que el mismo concepto de dimensión, el portador de todas las simientes de la creación, no es sino el placer del juego en toda libertad. Es la Alegría de la Vida, la Alegría de la Creación, la Alegría de la expresión en toda manifestación, la Danza de la Vida en toda dimensión, la Danza de la Vida en toda conciencia.

Pero para eso necesitáis pasar irremediablemente por el silencio total de la manifestación de este mundo. Por supuesto que muchos elegirán quedarse en esta tierra, en vuestra nueva dimensión a nivel de la Intra-Tierra. Otros elegirán, conservando su alma de ir a ayudar a otros pueblos de dimensión carbonada Libres, no habiendo permanecido confinados, ya que allí, por vuestras capacidades, seréis útiles, porque vuestro placer y alegría de experimentar serán también útiles. Cada uno encontrará la Libertad que ha concebido, que ha aceptado y reconstruido, para él como para cada uno.

Porque en efecto no se puede reivindicar la Libertad que uno se concede a sí-mismo, privando a sus hermanos de la suya, ya que el otro y vosotros, vosotros y el otro es lo-mismo, jamás lo olvidéis. Esto es lo que se os presentará, justo antes de la instalación definitiva de la Luz.

El bien y el mal serán trascendidos por la Luz Blanca, donde os los recuerdo, ninguna oposición o contradicción pueden existir. Y desde ahí al día de la Resurrección, os lanzareis hacia la Libertad más total o hacia los centros de enseñanzas que os permitirán dominar vuestra alma, dominar la marcha de las dimensiones y de las conciencias. Todo eso os será ofrecido porque es vuestro Don y Libertad, es la finalización de lo que es efímero.

Por lo tanto, todo lo que vivís en este momento, como fue dicho por el Comendador, solo está aquí para mostraros, demostraros y prepararos para el encuentro con la Luz Blanca, con el Cristo, y el Regreso de la Esencia. Así que no puede haber temor, salvo para la persona que no esté suficientemente impregnada de la Luz, por las resistencias que hayan estado presentes o porque no se tenga necesidad de Luz, también. Pero ahí en esos momentos, podréis resistir, no por miedo, sino por una forma de aprensión, como antes de lanzarse al vacío cuando os sumergís en el mar, cuando os lanzáis desde muy alto, o cuando os lanzáis en paracaídas sobre la tierra, cuando os descolgáis, es como si el corazón saltara. Eso lo habréis sentido en diferentes ocasiones de vuestra vida. Cuando os encontráis con seres amados, cuando hay un evento, sentís como el corazón salta en el pecho. Este sobresalto lo viviréis también en ese momento. Y ese no será el último suspiro, sino el primer aliento en la Eternidad, de manera lúcida, autónoma, de manera consciente, allí donde no existirá más ninguna oposición.

Si el alma está presente, será porque habréis hecho la elección en ese momento de tomar alguna coloración, de vivir ciertas experiencias, pero nunca más en los mundos confinados. Salvo, por supuesto que sea la elección del alma, o que sea también la necesidad de ayudar y de Servir. En tal caso os será hecho, ahí también, en función de vuestros deseos y según vuestra postura.

De este modo, en el despliegue magistral de la Luz, así como algunos elementos os son aun incomprensibles o difíciles de vivir, todo eso hace parte del juego y desaparecerán como por milagro, desde el momento en que María os haya llamado. Entonces, ahí tendréis todos los elementos y todas las cartas, antes de abandonar la persona que sois, y de reencontraros con vosotros-mismos.

Eso se producirá, ya lo sabéis, durante un lapso de tiempo inferior a una semana. Por supuesto, habrá algunas ayudas porque la tierra vivirá entonces su expansión y su Ascensión. Por supuesto que muchas cosas habrán cambiado. Para entonces os cruzaréis con múltiples formas de conciencia, teniendo aun un cuerpo carbonado o habiéndoos despojado de él. No olvidéis que, de regreso, después de experimentar el Juramento y la Promesa, así como el Absoluto, estaréis entonces en otro estado, que ahora os es difícilmente imaginable o concebible. Eso se producirá en el momento oportuno. Os recuerdo que tenéis las señales que os fueron dadas hace varios años, respecto al Cielo y la Tierra, y de otras dimensiones, por María y por los Ancianos.

Pero todo esto, no es nada respeto a lo que vais a vivir desde ahora en la carne. La aparición de la Luz en algunos puntos del globo, de manera extensiva, va a ser cada vez más aparente, manifestándose en el desarrollo de vuestra vida, por algunas modificaciones abruptas, permitiéndoos de poneros en resonancia con los elementos arquetípicos de forma más intensa y más verdadera. Todo eso se desarrolla en este momento mismo.

Todo esto no requiere de vosotros ningún esfuerzo. Justamente, es más bien en vuestra desaparición y en el Abandono a lo que Sois en Eternidad, a la inteligencia de la Luz, al Cristo, a nosotros, a vosotros mismos, y a todos los hermanos y hermanas, que encontráis la solución. Y esto precede en ese momento, por pequeños toques, a experiencias medidas en función de lo que seáis aptos a soportar. Cualquiera que sea la intensidad, o bien lo intolerable, o bien la bendición, de lo que vivís, en un sentido como en otro, no habrá nunca nada que vaya más allá de vuestras posibilidades: pero si hasta vuestros límites, incluso cuando se establezca la Transición, en el momento de la Llamada o en el momento inmediato que le precede, como una vivencia como ninguna otra igual.

La experiencia del Sí, será la realidad del Sí vivido en permanencia. El Liberado Viviente se dará cuenta de lo que se vive cuando desaparezca en toda conciencia, estando en este cuerpo, como ya es el caso, de lo que veis por momentos a nivel de la trama etérica, es en realidad un mundo completo y complejo en el que todo se rige por mecanismos muy precisos.

Así es la inteligencia de la Luz, donde nada es dejado al azar, incluso en el confinamiento, a fin de que un día, lo que sucede ahora sea posible para todo sistema. Y ahí hay una verdad esencial. Hoy vivís los estímulos y a veces heridas, que son necesarias a vivir, que os hacen más aptos para vivir eso sin interferencias con lo que pueda quedar aun de persona. Así que no os condenéis, ni condenéis a nadie, porque todo lo que pasa, si bien los eventos puedan ser difíciles a vivir, respeto al medio que sea, solo están ahí para ayudar y prepararos mejor, a este ajuste final para la Luz Blanca.

Estas son las pocas palabras que os quería decir sobre el Tránsito. No olvidéis, que cuando sintáis que vuestro cuerpo comience a entumecerse y a desaparecer, el momento en que la conciencia no tenga ninguna señal, viniendo del cuerpo como de la mente, o de las emociones, de las historias personales, o de alguna proyección, el momento en que desaparezca todo mecanismo de visión o de percepción, es en ese espacio y experiencias que se vive la aproximación más integral y completa de la Luz. No subestiméis la Llamada de la Luz, no subestiméis lo que os envía como manifestación en vosotros como en vuestro entorno, porque es exactamente lo que necesitáis, aunque no comprendáis bien los contenidos y los resultados de momento. Pero eso no tardará.

Mantened, no la fe, sino más bien la confianza en la Inteligencia de la Luz, la confianza en la Inteligencia de la vida y en la Inteligencia del Absoluto. Todo eso encarnado por el Cristo, en vuestro tiempo, todo eso presente en vosotros por esta matriz Crística que destruye y disuelve toda matriz confinante. No se trata ya solamente de líneas de predación, sino de toda forma de predacion, sin excepción. Por supuesto, hoy os es dado a ver las últimas predaciones ejercidas por vosotros, o sobre vosotros en toda relación existente, sobre y en todo sistema sobre esta tierra.

Vuestro Reino no es de este mundo y sin embargo estáis en este mundo. Tendréis la prueba formal, absoluta y total, si aún no es el caso. Descubriréis que no hay nada a tener porque la vida os tiene, descubriréis que no hay nada que abandonar porque ya estáis abandonadas y que, en el Abandono, se encuentra lo que es vuestra Esencia, naturaleza, y manifestación. Estas son las palabras que os tenía que dar.

Os propongo un momento más de comunión, en la Luz Blanca y en la Unidad.

… Comunión …


Gracias a vuestras Presencias, al Espíritu del Sol, al Cristo, a Uriel, a Metatrón, a Mikaël y a María, en este instante. Eso será una bendición antes de dejar la palabra, si hay necesidad de esclarecimientos, sobre el proceso que he descrito, y únicamente sobre eso.

Pero hagamos primero silencio. Entremos en lo más hondo del corazón y dejemos a la Gracia del Cristo, a la Gracia de la Luz y el Don de la Gracia tomar posesión de la Libertad que todos Somos, a fin de devenir esa Libertad. ¡Vamos!

…Silencio…


La Unidad es el Don de la Gracia...

Amados del Uno, soy Gema Galgani, y soy vosotros...
En el nombre del Uno, por la Gracia del Cristo, os bendigo…

Hasta pronto.
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