JESÚS
CRISTO* no sospechan que los tiempos anunciados y profetizados se celebran en
este momento ante vuestros ojos, y en vuestra carne
Que la Paz sea con todos vosotros.
En
la Paz del Corazón, vengo a vosotros. Hermanos y hermanas presentes sobre la
Tierra, como yo-mismo lo fui hace mucho tiempo, me presento a vosotros. Os pido
que desde ahora dejar las nociones históricas que me conciernen, porque antes
de ser una forma, como vosotros, presente y caminando sobre este mundo, yo ya era
un Principio.
No
vengo a recordaros unos hechos históricos, ni incluso proféticos, vengo
simplemente hacia vosotros porque la llamada de vuestro corazón ha sido
escuchada en el más alto de los Cielos.
Yo
fui a la vez aquel que fue llamado Jesús-Cristo, pero no veáis a una persona,
ni incluso una historia, aunque fuese la más auténtica en aquella época.
Lo
que yo fui, muchos de entre vosotros hoy lo son.
…Silencio…
En
este período de la Tierra, os ha sido dado de a ver la egolatría e inutilidad
de lo que hace la vida en este mundo.
Vengo
a mostraros lo que Sois, porque sois, tanto como yo, el Camino, la Verdad y la
Vida; sois tanto como yo, los Hijos del Padre.
Un
largo trabajo ha sido realizado por vosotros-mismos y por vuestros hermanos de
Luz, para permitiros llegar a este mismo
momento.
…Silencio…
Siempre
he enunciado de que mi Reino no era de este mundo. Vine a traer la palabra del
Padre. Pasé por todas las etapas, en las que habéis pasado. Hoy llegáis de
alguna manera, al final de la historia, a las dichas de vuestra Resurrección en
la verdadera Vida.
Para
muchos de entre vosotros, la preparación ha durado casi treinta años. Si vuestra edad es
suficientemente avanzada,
vuestro
camino, cualquiera que haya sido la forma, ha sido el mismo que el mío, a vuestra escala, la de
vuestra vida.
Hoy,
la realidad de vuestra Resurrección, a través de vuestros signos interiores y
los signos visibles en la superficie de este mundo, no deja lugar a ninguna
duda sobre la realidad de lo que se celebra. Por supuesto, muchos hermanos y hermanas
de esta Tierra, no sospechan ni un segundo que los tiempos anunciados y
profetizados se celebran en este momento ante vuestros ojos, y en vuestra
carne.
No
he venido de nuevo a enseñar lo que sea, pues todas las enseñanzas ya han sido
dadas. Esta enseñanza se resume en una única cosa, lo sabéis y lo vivís: el
Amor. El Amor que ha sido tan distorsionado, corrompido y alterado en este
mundo, por la voluntad de algunos sedientos de sangre, de poder y de
ascendencia sobre vosotros.
Hoy,
a las puertas de vuestra Resurrección, más que nunca la enseñanza de entonces
es de actualidad. No hay nada a quitar; y no hay nada que añadir.
Como
fue dicho en la cruz, os atañe entregar
vuestro Espíritu al Padre, para vivir la vida eterna, la que no conoce
principio ni final. No he venido a dar nuevas reglas ni nuevas instrucciones,
sino porque me reconozco y me veo a mí mismo, en muchos de entre vosotros.
Desde hace muchos años, una cantidad suficiente de hermanos y hermanas de
la Tierra, han concluido su trabajo alquímico de Resurrección y renacimiento, proporcionando una ayuda
suficiente para realizar y cumplir las profecías en su propósito.
Muchos
de entre nuestros hermanos y hermanas, están seducidos por este mundo más que
por la vida eterna. No los juzguéis porque ellos no lo saben. Pero vosotros lo
sabéis porque lo vivís. No sois ni superiores ni inferiores, simplemente estáis
en otro momento de vuestra conciencia.
Vuestra misión en estos tiempos, es de ofrecer vuestra Luz a la Tierra, y
a todos los hermanos y hermanas.
No lo hagáis como persona ni os preocupéis de dirigir y ofrecer ese Amor.
Vuestra presencia es eminentemente más importante que toda palabra o todo
discurso que pudierais pronunciar.
Si tenéis la ocasión,
en este período, de encontrar tiempo, si vuestras obligaciones en este mundo os
dejan la oportunidad, os pido de velar y de orar conmigo para que todas las
circunstancias de los tiempos proféticos sean acompañadas de una más grande
dulzura y apertura colectiva a la realidad y a la verdad del Amor.
No
necesitáis reivindicar de mí, ni de ningún otro maestro; vosotros sois vuestro propio
maestro, más que nunca.
Os incumbe a vosotros mostrar vuestra autonomía, vuestra libertad y vuestra
transparencia, simplemente por vuestra presencia amante, que vela y ora.
Muchos
de entre nuestros hermanos y hermanas no son conscientes todavía de lo que va a
producirse, pero presienten instintivamente el contenido, aunque se nieguen a
admitirlo o de verlo. Estad seguros, como se os ha dicho en muchas ocasiones,
que cada hermano, cada hermana, cada acontecimiento, cada situación es
exactamente Justicia y Verdad. Lo esencial en el Amor, es la Paz, esa Paz, esa
Alegría que como sabéis y vivís, no depende de ninguna circunstancia ni condición.
De la misma forma que muchas Presencias sutiles os acompañan y os
encuentran, en vuestra cama, en la naturaleza o en otras circunstancias, vengo
a anunciaros que, estando presentes en vosotros por vuestro estado de Cristo
Interior, muchos de entre vosotros, en este período de la tierra, estáis
llamados a encontrarme. No
veáis aquí a un personaje histórico, repito, sino un Principio Esencial, que
inicia en cada palabra del encierro, el proceso de liberación del
confinamiento.
Entonces,
sois muchos ahora los que podéis seguirme, verme y oírme. Cuanto más se acerque
la Tierra a su solsticio de invierno, más se hará sentir mi presencia,
mostrándoos que realmente estoy en vosotros desde la Eternidad.
Vosotros
sabéis también, que se me ha llamado el Salvador, aunque erróneamente; yo no puedo salvaros en contra de vosotros o en
contra de vuestra libertad. No hablo de liberación que está adquirida, sino más
bien de destino. Sabed también que sea cual sea vuestra asignación vibral,
nadie puede prejuzgar el destino de su hermano hasta el último momento, porque
contrariamente a las apariencias de este mundo y de su confusión, nunca habéis
estado tan preparados para vivir vuestra verdad Eterna.
De
por nuestro acercamiento, no solo la mía sino la de todas las Fuerzas de la
Luz, como las de la Confederación o las de los Arcángeles, por ejemplo, me es
posible ahora de manifestarme en vosotros. Desde ahora, os es posible de poner
vuestros pies en mis pies y os es posible de poner vuestro Corazón en mi
Corazón.
Vayan
más allá de todas las informaciones que hayáis podido leer o estudiar relativas
a mí. Sean vírgenes de todo a priori, de toda referencia y de toda
personalización. Al igual que vosotros, he conocido la herejía de este mundo, y
lo mismo que lo he podido sufrir, también conocí las alegrías de la
encarnación, aunque ella fue breve.
…Silencio…
Así
que cuando la Luz Blanca os invade, cuando el Fuego Ígneo os recorre, yo estoy muy
cerca de vosotros, muy cerca de vuestra conciencia. Es en estos momentos
cuando tendremos la oportunidad de encontrarnos, de comulgar y de reforzar
vuestra estabilidad de aquel que ha renacido: el Cristo.
Así
como fue anunciado por mi profeta bajo mi dictado, el bien amado Juan, hoy vengo a comulgar con
vosotros, vengo a lavar vuestras vestiduras y os vengo a escuchar. No vengo a juzgaros sino a
ayudaros a cortar lo que deba ser cortado. Se os ha dicho que era la
Inteligencia de la Luz la que actuaba; más que nunca hoy, de diferentes formas,
lo vivís o lo descubrís. Entonces, velad y orad porque sois muchos los que podéis
recibirme y
me recibiréis en esos momentos especiales, que sea en vuestros días o vuestras
noches, en presencia y en compañía del Fuego Ígneo, en presencia de la Luz
Blanca vista en el interior de vosotros mismos donde yo podré encontraros. No
para lavar vuestras vestiduras, sino para fortaleceros en vuestra Resurrección.
Vendré
con las manos vacías, no vengo para enseñar nada nuevo, pero vendré a
establecer de alguna manera, mi presencia en vuestra presencia fortaleciéndoos
en vuestra emanación de Luz Eterna en la superficie de este mundo
…Silencio…
Vuestra
presencia sobre la Tierra, es preciosa, ya que habéis viajado hasta el día de
hoy, sean cuales sean vuestros obstáculos, sean cuales sean vuestras alegrías,
sean cuales sean, vuestras ocupaciones.
La
luz hace de vosotros hoy, los enviados de la Fuente, los dignos hijos del
Padre. En cualquier
situación en
la que os encontréis, en cualquier lugar de la Tierra, sea cual sea vuestra
religión, eso no representa ninguna diferencia. Solo es importante lo que sois
y no el papel que desempeñáis.
Os
conozco cada uno de vosotros por la intensidad de vuestro Corazón y responderé
a cada llamada, no para mejorar vuestra situación en la superficie de este
mundo, ni mejorar este mundo, sino más bien para establecer la verdad de la
Eternidad y permitir revelar siempre más, la falsedad de este mundo encerrado.
…Silencio…
Llamadme
también en los momentos en que os parezca, no dudar, sino que os falta firmeza
en el Amor. Desde ahora tengo la posibilidad de entrar en comunión con muchos
de entre vosotros en el mismo instante, en el mismo momento y no me privaré de
eso. Una vez más, no vengo y no vendré a haceros discursos acerca de vuestra
vida. No contéis conmigo para resolver los problemas de este mundo, sino
simplemente para apoyaros en vuestras dudas sobre la Eternidad.
…Silencio…
Mi
forma, que se presentará, será en acuerdo con el ideal que lleváis. No me
reconoceréis necesariamente por una forma que podría ser profundamente diferente
para cada uno, sino por nuestro corazón común. Respondo pues al nacimiento de
vuestro Cristo Interior, que os viene a confortar en las elecciones que habéis
realizado, en las decisiones que habéis tomado y en vuestra experiencia. Repito
que cada conciencia de este mundo está exactamente en el lugar que es el suyo
para vivir estos tiempos. Recordad también lo que dije: “Los que quieran salvar su
vida, la perderán”. Los que pierdan la vida,
encontrarán la Eternidad, sin mirar atrás, sin remordimientos, con una alegría
inconmensurable del corazón, por supuesto, pero también para recuperar la
libertad de la conciencia.
Antes
de mi retorno efectivo, tal y como partí, es decir, que no esperéis encontrarme en
un cuerpo de carne,
aunque ese momento todavía no ha llegado. Para eso es necesario pasar antes por
las tribulaciones que os son propuestas y debéis pasar también por la Llamada
de María que os dirá que sois sus hijos y, sobre todo, os lo hará vivir sin
ninguna duda posible. Pero
mi presencia silenciosa y amante la tenéis adquirida aquí-mismo, en este mundo.
No
busquéis fama ni gloria, ni enseñanza ni diálogo, sino simplemente, como he
dicho, de estableceros en el Amor Eterno. El don de mi Presencia sólo me hace
responder, en definitiva, a vuestro propio don y a vuestro propio sacrificio,
mostrando por ello, que seguís mis
pasos.
La
luz no condena, la Luz no juzga, la Luz ofrece la libertad, de acuerdo con lo
que pensáis de la Libertad o lo que vivís de la Libertad. Diré también que en
este período que precede la Llamada de María, a aquellos que se les ha dado
mucho, les será dado todavía más. A los que no han pedido nada, también les
será dado; así es el Amor. No podemos imponer la Libertad a nadie. No podemos
más que favorecer vuestro retorno a la Luz en vosotros, mostrándola,
permitiendo a vosotros-mismos, de vivirla.
…Silencio…
El período que se abre hasta el período final de vuestro año terrestre,
representa una ventana de oportunidad a nada igual, tanto por mi presencia a
vuestro lado, como por la Llamada de María, Madre. En la medida de lo
posible, la Luz os llama y también os insto a la oración, a la oración del
Corazón que no es una petición para satisfacer un beneficio en este mundo, sino
un beneficio en la Eternidad, como he dicho y repetido, para fortaleceros en
vuestra vivencia, en vuestra fe y en vuestra verdad
…Silencio…
No
pediré nada más que experimentéis vuestra Libertad, que viváis vuestra
autonomía y vuestro retorno a la Eternidad.
…Silencio…
Estéis
donde estéis en este mundo, si vuestro Corazón vive, entonces, viviré con
vosotros. Vuestra oración (del Corazón y silenciosa),
será una llamada a mi Presencia, más allá de toda religión y de la historia
misma de este mundo.
…Silencio…
Vendré rodeado del Coro de los Ángeles, llevado por el Espíritu del Sol y
por el Verbo.
…Silencio…
Si
esto sucede para vosotros, entonces reforzará vuestra oración y vuestra
Eternidad. Y si eso no sucede en vosotros, en este espacio de tiempo, entonces
es un estímulo para velar y orar más, y estaré ahí de todas formas.
…Silencio…
Desde
hace muchos meses en términos terrestres, se os ha permitido por vuestra propia
Luz, ver vuestra persona (el personaje),
de ver realmente la naturaleza de este mundo donde predomina la codicia, la
depredación, la competencia. El Amor no conoce nada de todo eso, pero vosotros
habéis sido literalmente dirigidos por caminos alterados para desviaros de lo
que Sois. Todo ha sido construido en la sociedad occidental como en las otras
sociedades, para alejaros de lo que Sois, para distraeros, para que no miren en
vosotros ni las desventajas de este mundo. Habéis sido obligados, de diferentes maneras, a
ganaros vuestra vida. La vida no se gana, ella está ya dada, lo que ciertamente está lejos de lo que está
sucediendo, a medida que pasa el tiempo, en la Tierra. El reino del adversario
no tiene más tiempo; ese tiempo ha sido definido por el Padre, y ese tiempo se
acaba.
Vuestro
único deber es de ser Libres. Vuestra única función es ser lo que sois para que
todo lo que es rutina, hábitos, errores, se alejen de vosotros. Es el sentido
de mis palabras: “Velad y orad”.
Una vez más, no para ningún beneficio de este mundo, sino para progresar en
vuestra Eternidad.
…Silencio…
La
falsificación del mundo en este período de Liberación, ha alcanzado su cumbre y
su pleno potencial. Esto ha sido anunciado desde hace mucho tiempo. Y es
justamente en estas condiciones en las que predomina la oscuridad donde os
debéis de encontrar y os habéis encontrado.
No
os sirve de nada juzgar esta sociedad, ni a ningún hermano o hermana; os
corresponde únicamente, estableceros firmemente en lo que sois y mostrarlo, no
por vuestros gestos o vuestras palabras, sino por la realidad de vuestro
corazón, por la verdad de vuestra luz.
…Silencio…
La
cercanía de los mundos sutiles que habéis vivido de múltiples formas y de
múltiples maneras, encuentra hoy su propósito. El Espíritu ha aparecido en
vosotros. Sean cuales sea los nombres que hayan empleado los pedagogos que os
han acompañado, podéis ahora sobrepasar todos esos nombres, todos esos
circuitos, todas esas estructuras vibrales, para ir a lo esencial, y lo
esencial solo es el Amor.
La
Inteligencia de la Luz os desviará cada vez más, y de todas las maneras
posibles, de la Ilusión, mostrándoos, permitiéndoos de atravesarla
absteniéndoos de todo juicio. La Luz no juzgará nunca;
en el Amor, la libertad es total, incluso para los que fueron nombrados “chicos
malos”. El castigo, por así
decirlo, será suficientemente pesado al verse Amor y al ver a las personas con las
que se ha jugado; no es necesario añadir nada más como punición, como castigo. Nadie os juzga y nadie os
juzgará.
Como ya dije, se os hará exactamente según vuestra fe, según vuestra
conciencia, y no según vuestra historia, según vuestras responsabilidades. Esto
forma parte de las últimas gracias que no son decretadas ni por mí, ni por mi
Madre, sino por el mismo Amor.
No
existen ni faltas ni pecados, como se dice, “mortales”;
eso es una herejía de los que se han apoderado de mi vida para anclar otra falsificación.
…Silencio…
Recuerden
que el Amor, independientemente de la Paz y de la Alegría que os procura, es
una fuerza inalienable e invencible, no en el sentido de un combate a librar,
no en el sentido de una lucha, sino como una evidencia que se instala en cada
uno, despierto o no.
…Silencio…
Os
ánimo, todo lo posible, a cada uno de vosotros, a dedicar un espacio de tiempo
para encontraros con vosotros-mismos. Bien en la naturaleza, por el Silencio,
por una siesta, por una oración activa, por el reposo, poco importa. Necesitáis
que vuestra vida se llene de Luz
independientemente de vuestro cuerpo o de vuestra vida.
No tratéis ya de modificar el curso de vuestra vida, sino modificar simplemente vuestro corazón, mantener vuestra casa limpia. Como he dicho, vendré como un ladrón en la noche, primero para algunos de vosotros, y en el momento adecuado, para el conjunto de todos vosotros sin restricción.
No tratéis ya de modificar el curso de vuestra vida, sino modificar simplemente vuestro corazón, mantener vuestra casa limpia. Como he dicho, vendré como un ladrón en la noche, primero para algunos de vosotros, y en el momento adecuado, para el conjunto de todos vosotros sin restricción.
Los
tiempos de la Resurrección son también, para muchos de vosotros, los tiempos de
la Redención. Sabed que, por la redención, no hay errores que corregir, no hay
faltas que perdonar, sino que tenéis que reconoceros a vosotros, más allá de la
persona, de vuestra carne e incluso de vuestra alma.
…Silencio…
No
os vengo a juzgar, sino a ayudar a cortar lo que debe ser cortado si es esa
vuestra Libertad.
…Silencio…
Yo
insuflo ahora y ya, de forma que podríais calificar de invisible, la
determinación del Amor y la fuerza del Amor para acompañaros en las últimas
fases de vuestra Resurrección y vuestra libertad.
…Silencio…
Mis
hermanos, mis hermanas, es tiempo de resolver lo que parece que tenéis que
resolver. Yo os dije;
“lo que está atado en este mundo, será desatado en
este mundo”. “Lo que esté atado en el cielo, será desatado en el cielo”.
Entonces id y trabajad por lo que la Inteligencia de la Vida os ofrece vivir,
haciendo todo tranquilamente y con calma, no olvidando nunca, incluso en las
actividades más triviales, la realidad de vuestro Corazón. Apoyaos en él; está
cada vez más presente y más fortalecido, sea lo que pensáis y vivís como
dificultades todavía.
…Silencio…
El
Amor os quiere enteros y no fragmentados. Y el Amor se impone él mismo, sin
violencia, cada día y cada minuto un poco más de lo que pensáis y de lo que
decís.
…Silencio…
Sea
cual sea la intensidad de lo que vais a vivir en vuestro efímero, sean cuales
sean las dificultades o las alegrías de este mismo efímero, no olvidéis nunca
que el Amor es todo, que el Amor todo lo puede y que el Amor es lo que Sois, a
pesar de todas las apariencias contrarias. Vuestra única fuerza, en estos
tiempos, vuestro único alimento en estos tiempos es, ante todo, el Amor; lo
demás sigue y fluye desde ahí. Eso se os ha dicho muchas veces. El Amor es
simple, el Amor es humilde, no requiere de ningún conocimiento en los dominios
del Espíritu. Además, yo había dicho: “os debéis volver como un niño”.
No frente a este mundo, sino frente a la Luz.
…Silencio…
Vengo
hoy a anunciaros mi regreso. No me busquéis en un cuerpo de carne, porque el
que pretenda otra cosa que ser el Cristo resucitado, estará en la mentira. Pero
el que es Cristo resucitado no necesita cuidado, no necesita discursos, no
necesita representar un rol; es simplemente él mismo amando, tolerando en la
Paz y en la Alegría. Él se pone en el lugar de cada uno y vive a cada uno en su
propio Corazón, no para medir o juzgar, sino para estar en armonía, para estar
en la comunión y para estar en el perdón, frente al error de este mundo, al
error de las sociedades, al error de la depredación y de la competición.
…Silencio…
Después
de estos reencuentros probables para muchos de vosotros, después de la Llamada
de mi Madre, veréis, tengáis un cuerpo o no, la nueva Tierra y los nuevos
Cielos, aunque ese no sea vuestro destino, mostrándoos y demostrándoos la realidad
de la nueva Tierra ascendida.
En un lapso de tiempo corto, un poco más de un tercio de año, dos realidades diferentes,
dimensionales, se superpondrán, vosotros iréis naturalmente, por la
Inteligencia de la Luz y el estado de Gracia, allí donde os lleva la Luz, allí
donde está vuestra verdad, sin dificultad. No os preocupéis por los eventos, sean los que sean.
Yo os dije: “¿Acaso
el pájaro se preocupa de lo que va a comer mañana?”.
En el Amor, jamás tendréis hambre; en el Amor, jamás tendréis frío; en el Amor,
no os faltará nada. Eso es una promesa y una certeza que, por supuesto no está
de actualidad en lo que se vive en ese momento, pero cuando la Llamada de
María, de mi Madre, se haya realizado, no podréis dudar de esta verdad.
Entonces, no os preocupéis de nada relativo a los eventos. Vivid vuestra vida, asumid
vuestras tareas del mejor modo que podáis, pero no olvidéis, velar y orar al
mismo tiempo.
Yo os insuflaré a muchos de vosotros lo que os pueda ser útil para fortaleceros y estableceros definitivamente en vuestra Resurrección.
Yo os insuflaré a muchos de vosotros lo que os pueda ser útil para fortaleceros y estableceros definitivamente en vuestra Resurrección.
…Silencio…
Es la hora de la Libertad interior. Sean cuales sean las privaciones de libertad
exterior, no tienen ninguna importancia, frente a lo que sois. Todo lo más, esa
importancia puede aparecer durante estos tiempos, pero eso no hará más que
pasar y no podrá durar más allá de lo que es tolerable para la conciencia
global de la humanidad.
…Silencio…
El
Arcángel Mikaël que ara vuestros cielos desde hace muchos meses, va a tocar
cada vez con más frecuencia, el suelo de la Tierra, no os alarméis. A medida
que los acontecimientos exteriores tomen importancia alrededor de vosotros, os
daréis cuenta que el Amor se afianza en vosotros. No es ninguna paradoja, es
simplemente el establecimiento del Amor, en vosotros, y que dependerá cada vez
menos, de las circunstancias de vuestras vidas, de vuestra situación, de
vuestra edad, de vuestras obligaciones.
…Silencio…
Este mensaje no está dirigido exclusivamente a vosotros, que habéis activado vuestras
Coronas, o que vivís el Fuego Ígneo, sino a cada hermano y cada hermana que
tiene preparado el Corazón, aunque no viva nada.
Como
vosotros, no conozco ninguna fecha. Como dije cuando vivía: “sólo
el Padre conoce la fecha”. El efecto sorpresa, y lo
sabéis, es uno de los elementos mejores de la Revelación, no para sorprender,
sino para asombrar al corazón, para que el corazón efímero, durante este
asombro, se abra al Corazón eterno, al Corazón del Corazón.
Así
que, no impongáis nada a ningún hermano o hermana. Todos aquellos que debíais
estar al corriente, ya sea recientemente o desde hace treinta años, lo estáis.
Todos los que no sospechaban nada, no sospecharán nada hasta el último momento,
porque es la mejor forma para ellos, de vivir el Corazón. No impongáis nada,
pero imponeos la oración, imponeos la Presencia y velad.
No
olvidéis de seguir más que la Inteligencia de la Vida y de la Luz que hacen
todo para que estéis en el lugar apropiado, sin ningún desequilibrio, no en
relación a vuestra situación efímera, sino por lo que tenéis que vivir para
vuestra Resurrección. No se trata de una sumisión a la Luz, sino de un
reconocimiento de la Luz.
No
hay nadie a someter o convencer, sólo la realidad simple de lo que se
desarrolle y que evidentemente es vista de manera muy diferente o no es vista,
según lo que sois en ese momento preciso. Sea cual sea la adversidad aparente
en vuestra persona o en vuestra vida, permaneced en la alegría y la Paz, como
un tesoro, porque esta Alegría y esta Paz son el testimonio de vuestro Amor y
que son el salvoconducto para la Resurrección en curso.
…Silencio…
Así
como posiblemente lo vivís y como tal vez estáis informados sobre las señales
de la Tierra y del Cielo, estas alcanzan un nivel jamás conocido sobre la
Tierra, incluso en los ciclos precedentes. Y como mi Madre os ha dicho, no
habrá ningún respiro, habrá una intensificación de todas las revelaciones. Todo
lo que deba arreglarse en la Tierra, será arreglado, todo lo que deba desatarse
en el cielo, será desatado. Vais a ser justamente, lo que sois, cada día de
manera más intensa, cada vez más evidente y cada vez más amorosa.
…Silencio…
En
estos tiempos especiales, el Amor es el salvoconducto, vuestra única certeza,
vuestro único alimento, vuestra única meta. La Inteligencia de la Luz hará cualquier
cosa por acercaros a ese objetivo último.
…Silencio…
Si
esto os posible, no busquéis más señales en el cielo y en la Tierra (todas
ellas están presentes), no busquéis fecha, pero
buscad tiempo para velar y orar. Eso os permitirá de consolidar, no solamente
el Amor, sino de aumentar la Alegría y la Paz, las únicas cosas que necesitáis
tanto para vosotros como para el mundo.
…Silencio…
A
diferencia de vuestros reencuentros con los pueblos de la naturaleza o también,
a la forma en la que entráis en contacto con los interventores que están
expresándose desde hace muchos años por el Canal Marial, os recuerdo que más
que eso, yo soy el Cristo Interior y, por tanto, apareceré directamente en vuestro
corazón -
y solamente en vuestro corazón. Aunque exista la visón de una forma que
corresponde a lo que pensáis, ese no será el elemento determinante, sino más
bien lo que se celebre en vuestro Corazón, es decir, no solamente el Fuego
Ígneo, no solamente las Coronas radiantes, sino verdaderamente un Amor indecible
e increíble, con una intensidad tal que todo lo demás será barrido; todo lo
demás, no existirá más.
Viviréis
en ese momento, lo que algunas Estrellas os han narrado relativo a su
Matrimonio Místico conmigo. Es eso lo que vengo a mostraros. No se trata de una
enseñanza, no se trata de un impulso, no se trata de palabras, no se trata de
demostraciones, se trata de la evidencia. Entonces os repito, “no tengáis miedo”. Paz a vosotros, Paz sobre
vosotros y Paz en vosotros. No puede ser de otra forma en el Amor, aunque todas
las instituciones de este mundo y de vuestras vidas se desagreguen una detrás
de la otra. El Amor es vuestro salvoconducto, el Amor es vuestro alimento, más
que nunca en este período.
Os
agradezco que hayáis estado presentes. Os pediré también que difundáis esto que os he
dicho, independientemente de cualquier otro elemento como ha hecho mi Madre
hace unos días. No formo parte de un intercambio, ni de un encuentro ni de un
calendario, pertenezco a la libertad de vuestro corazón y eso es lo esencial.
…Silencio…
Permitidme
ahora y ya, de daros mi Paz y de daros mi Corazón. De mi Corazón a vuestro
Corazón, que la Paz, la Alegría, el Amor, sean siempre.
…Silencio…
En
nombre del Amor Uno, os amo.
Para
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gracias
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